El 5 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Voluntariado, fue decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución A / RES / 40/212 el 17 de diciembre de 1985, una fecha que busca resaltar la importante labor que realizan todas aquellas personas que deciden por voluntad propia y sin percibir remuneración alguna, dedicar su tiempo y esfuerzos a acciones solidarias y altruistas para hacer de nuestro mundo un mejor lugar. Es una oportunidad para agradecer todos los esfuerzos realizados por las personas voluntarias y sus organizaciones, así como promover sus valores y dar a conocer los logros que consiguen en sus comunidades, ya sea a través de organizaciones no gubernamentales (ONGs), entidades gubernamentales o el sector privado.
El voluntariado es clave para la transformación social, cultural, ambiental y económica de las sociedades. De este modo, es capaz de influir en las formas de pensar, costumbres, comportamientos y formas de relacionarse con el mundo de todas las personas involucradas, toda vez que estas se convierten en agentes de cambio que, unidos por un mismo ideal, buscan el progreso local, nacional e internacional hacia el desarrollo humano sostenible y la paz mundial.
El voluntariado permite que las personas trabajen juntas, desarrollando oportunidades y soluciones colectivas a gran diversidad de situaciones, conectando a personas y comunidades con el conjunto más amplio de sistemas de apoyo. Como actividad transformadora es un recurso fundamental para el tejido de todas las sociedades, exaltando valores que abogan por el bien común como: libre elección, compromiso, equidad, solidaridad, compasión, empatía y respeto por las demás personas.
El servicio voluntario también abre canales, conectando a los miembros de la comunidad con el conjunto más amplio de redes de apoyo. La resiliencia es más fuerte cuando las personas están integradas en redes, relaciones y conexiones diversas que ofrecen capacidades y mecanismos de adaptación que no están disponibles para las personas que actúan en solitario.
Según el Informe sobre el estado del voluntariado en el mundo 2018: El Lazo Que Nos Une, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, indica que la fuerza de trabajo voluntaria mundial equivale a la de 109 millones de trabajadores a tiempo completo, cifra que supera a la de muchas de las principales industrias mundiales. De estos 109 millones, el 30% corresponde a servicio voluntario que se realiza formalmente a través de organizaciones, asociaciones y grupos. La mayor parte de la actividad voluntaria global (el 70%), que es más difícil de capturar y generalmente menos visible para los actores principales del desarrollo, se realiza directamente a través del compromiso informal entre individuos.
Como el voluntariado es un comportamiento social, la geografía, el género, la edad y otras realidades sociales, económicas y políticas afectan la capacidad de las personas que se ofrecen como voluntarias. En general, las mujeres realizan más servicio voluntario que los hombres: un 57% frente a un 43%. El servicio voluntario formal se distribuye de manera bastante uniforme entre hombres y mujeres, pero las mujeres representan una proporción mayor de acciones voluntarias informales (casi el 60% en todo el mundo). Esto es significativo, entre otras cosas, porque el servicio voluntario informal tiende a tener un estatus más bajo y atrae menos apoyo práctico de los asociados externos a la comunidad.
El voluntariado es una de las acciones más solidarias que pueden existir en tanto se hace entrega de los recursos propios, especialmente en tiempo y talento humano para lograr una conexión con aquellas personas y sectores que más necesitan de una mano amiga. Ser persona voluntaria es fuente de mucha satisfacción cuando se sabe que se puede ser agente de cambio y aportar acciones significativas que impacten en la propia historia y en la de las personas, comunidades y entornos que se ven beneficiadas por la acción voluntaria.
En la Universidad de Costa Rica, el Programa de Voluntariado (PV) fue creado en 1997, adscrito a la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, con los objetivos de promover el desarrollo integral de la población estudiantil universitaria y estimular la solidaridad social, mediante el involucramiento voluntario en proyectos que le permita a la población estudiantil acercarse a diversos contextos y situaciones del país, participar en el aporte de soluciones y enriquecer su experiencia personal. Por otra parte, el voluntariado permite desarrollar relaciones sociales que, a su vez, forjan vínculos de solidaridad en los que se logra desarrollar una sana y enriquecedora convivencia con personas que poseen ideas y objetivos en común, un aliciente para el desarrollo de redes de apoyo que son fundamentales para la permanencia en la Universidad.
Para Gabriel Salas Solano, estudiante de Antropología, haber encontrado este espacio le ha permitido sentirse una persona útil para su entorno, en donde aportar voluntaria y desinteresadamente es un acto de rebeldía y resiliencia contra el individualismo imperante en nuestras sociedades, con dinámicas destructivas para la sociedad y el ambiente. Efectivamente, el voluntariado ha sido beneficioso para su salud mental, pues simultáneamente ha encontrado espacios de esparcimiento, aprendizaje y reforzamiento de ese sentimiento de arraigo social.
En los últimos meses, cuando la pandemia por COVID-19 arrasaba por todo el mundo, las personas voluntarias han destacado en primera línea de la respuesta. En los campos sanitario, comunitario y social se ha reconocido la labor voluntaria en diversos aspectos: ayudar a proporcionar atención médica, hacer compras de víveres para apoyar a personas vulnerables, realizar llamadas a las personas mayores que viven solas y apoyar campañas de vacunación, entre otros.
Durante el presente año y el año 2020, el contexto mundial de pandemia por COVID-19 presentó diversos retos para el PV, ya que previo a este acontecimiento todas las actividades que se realizaban eran bajo la modalidad presencial. Tras la incertidumbre del año anterior, en este 2021, el PV retomó las actividades presenciales, gracias a la mejoría en la situación sanitaria, y se ha podido iniciar paulatinamente una mayor presencialidad en las actividades, aplicando los protocolos sanitarios respectivos y realizando todas las coordinaciones para garantizar la seguridad de las personas participantes. Para este periodo, se han realizado 48 proyectos de manera virtual y 18 proyectos presenciales, brindando un aporte de 21 517 horas de trabajo voluntario.
Dentro de los proyectos realizados este 2021 cabe destacar el apoyo de la población estudiantil voluntaria en la campaña de vacunación del Área de Salud Carmen-Montes de Oca, bajo el convenio CCSS-UCR, con un aporte de 11 760 horas voluntariado entre el 28 de abril y el 30 de noviembre del 2021.
«No podemos vivir aislados. Nuestras vidas están conectadas por mil hilos invisibles, y a lo largo de estas fibras solidarias, nuestras acciones se desarrollan como causas y vuelven como resultados». - Rev. Henry Melvill
¡Muchas gracias a todas las personas que realizan voluntariado!
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