“No ha habido un crecimiento en el suministro de agua, pero el incremento de las temperaturas ha provocado aridez, aumentando también la evaporación potencial en zonas como el noroeste de Guanacaste, que tiene el clima más seco del país”.
De esa forma se inicia el primer resumen de políticas que posee Costa Rica en materia ambiental y que se encuentra como anexo del prestigioso informe internacional “The Lancet Countdown 2021”. Este reporte alerta sobre la situación climática que vive el mundo y, ahora, también la región costarricense.
De acuerdo con el documento, desde la década de 1980 Costa Rica ha experimentado un aumento continuo en las temperaturas de la superficie, mientras que las precipitaciones no han registrado una señal constante.
Lo anterior ha provocado suelos más secos y un aumento significativo en el número de incendios forestales. Estos últimos impactan directamente la salud de las personas, especialmente agricultores, que trabajan al aire libre y que están más propensos a sufrir las condiciones extremas de la estación seca.
“The Lancet Countdown nos convocó a varios investigadores y a mí para generar un Policy brief para Costa Rica (un resumen de políticas). Lo que hicimos fue estudiar los resultados para Costa Rica del Informe Global de Lancet 2021 sobre los indicadores de cambio climático y salud. Con un equipo interdisciplinario, analizamos los datos a la luz de la realidad nacional e identificamos puntos álgidos y de especial atención”, explicó la Dra. Zaray Miranda Chacón, una de las escritoras del documento y docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El Informe de Lacent Countdown 2021 posee cinco áreas. Una es sobre el impacto del cambio climático, la segunda es de adaptación y resiliencia para la salud. La tercera es sobre acciones de mitigación y la cuarta de economía y finanzas. Por último, la quinta trata sobre compromiso público y político.
El equipo costarricense, conformado por seis investigadores y siete revisores, centró su análisis en solo tres componentes: cambio climático, adaptación y mitigación.
“¿Por qué solo esos tres? Porque encontramos puntos de acción muy específicos que merecen resaltarse. Uno de los indicadores de Lancet tiene que ver con la pérdida de horas laborales por exposición al calor. Para el caso de Costa Rica, en comparación con el resto de los países analizados, se encontraron diferencias significativas. Hay un aumento en la pérdida de horas laborales debido al estrés por calor. Aquí, además, hay una vinculación adicional con otra problemática: la enfermedad crónica no tradicional”, compartió la Dra. Miranda.
El padecimiento anterior al que se refiere la Dra. Miranda se conoce como Enfermedad Renal Crónica (ERC), un daño en los riñones producto de varios factores. ¿Los principales? Las extensas jornadas de trabajo bajo un sol intenso que suelen estar acompañadas de una falta de hidratación.
Según un artículo científico del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica (2016), se calcula que solo en Guanacaste la ERC ha provocado el fallecimiento de más de 1 700 personas en dos décadas.
“Esa enfermedad no tradicional ha aumentado en los últimos años. Ya los medios a nivel mundial están poniendo atención en el tema porque es una característica de Mesoamérica. Es común que los trabajadores del campo estén expuestos a altas temperaturas y el efecto final es que su riñón deja de funcionar. Dicha situación representa incapacidad y, a veces, la pérdida del principal sostén de toda una familia”, comentó la Dra. Miranda.
El tener esa enfermedad abre las puertas a una serie de eventos desafortunados. La persona queda incapacitada, la principal fuente de ingreso desaparece y, en cambio, se obtiene a un familiar grave que requiere de hemodiálisis con gran costo para ellos y para el sistema de salud.
“El país ha venido trabajando en algunas líneas y estableciendo políticas, pero nos parece que desde el punto de vista epidemiológico es importante resaltarlo. No es solamente por el aumento de las temperaturas extremas. Ya no solo va a ser el sector pacífico del país, sino otras zonas de alto riesgo. Por ejemplo, trabajadores expuestos a altas temperaturas como el sector de la construcción. El sistema se tiene que preparar para la futura demanda que esto podría significar”, ahondó la médica.
Otro de los aspectos claves del análisis está en la evaluación de riesgos del cambio climático en la ciudad. El Reporte de Lancet Countdown 2021, indica que un 81 % de las ciudades al rededor del mundo participó en la encuesta del Carbon Disclosure Project (CDP).
Los que fueron parte del sondeo han completado o están implementando evaluaciones de riesgo del cambio climático. Sin embargo, en Costa Rica no se ve el mismo panorama.
Solo 14 de un total de 82 municipalidades participaron en la encuesta, y estas corresponden a cantones con un índice de desarrollo humano alto o muy alto, cita el informe.
“Este es el segundo punto de análisis en el eje de adaptación: el abordaje territorial. En el caso de Costa Rica, solamente hay un pequeño grupo de municipalidades que están incorporando la evaluación de riesgo y política en relación con la adaptación al cambio climático. Estos cantones tienen altos índices de desarrollo humano que no son, necesariamente, las zonas más vulnerables y en donde se debería priorizar estas acciones”, comentó la Dra. Miranda.
De los 14 municipios participantes, ya ocho identificaron riesgos a nivel de salud y en sistemas de salud pública asociados al cambio climático.
El análisis del equipo costarricense señala enfermedades transmitidas por vectores, interrupción de los servicios de salud y de agua potable, saneamiento y aguas residuales, principalmente.
“El cambio climático podría afectar aumentando la incidencia de estas enfermedades (en la mayor parte del país), en especial si ocurre un aumento en la temperatura. La temperatura afecta todo el proceso de transmisión donde se involucra el ser humano, los mosquitos (Ae. Aegypti) y los virus (los que nos infectan y causan la enfermedad del dengue, Zika o chikungunya) en todo el contexto ambiental”, indicó la Dra. Adriana Troyo Rodríguez, profesora catedrática de la Facultad de Microbiología de la UCR y también del equipo de redacción del Policy Brief.
De igual forma, la Dra. Troyo agregó, “no dejo de mencionar que hay otros factores, además de la temperatura, que pueden ser producto del cambio climático y pueden afectar estas enfermedades. Esto incluye los patrones de lluvias (que inciden directamente los criaderos de los mosquitos), duración de las estaciones, frecuencia y magnitud de eventos extremos (huracanes, tormentas, sequías, etc)”.
Así, el llamado en este caso va orientado a generar un abordaje local del problema y a empoderar a las municipalidades de los cantones con un menor índice de desarrollo humano. La idea es que puedan integrar políticas.
“Es algo que hay que hacer, el abordaje debe ser territorial. Los problemas del pacífico norte jamás serán los mismos que tienen las personas de Escazú, es un tema que hay que abordarlo desde el punto de vista municipal”, amplió Miranda.
Alrededor del 18 % de las emisiones globales de C02 provienen del sector del transporte. A pesar de los esfuerzos por electrificar la flota de vehículos y aumentar el número de vehículos eléctricos a nivel mundial, estos representan menos del 1 % del total (Informe de Políticas para Costa Rica, 2021).
Laura Rodríguez RodríguezEl tercer punto es el de mitigación y aquí se dio énfasis al transporte sostenible. En esta arista, el análisis del equipo costarricense menciona que la situación en Costa Rica es crítica.
Y, ¿cómo se ve reflejado? Un ejemplo es el 50 % de los trabajadores que se desplazan de su lugar de residencia, con costos económicos derivados de la congestión del transporte.
A ese escenario hay que añadirle un crecimiento sostenido en el uso de combustibles fósiles para el sector transporte. En el 2019, el consumo de estos combustibles fue un 8,2 % superior al de 1992.
“El Informe Estado de la Nación lleva bastantes años resaltando el transporte principalmente urbano y el gran consumo de hidrocarburos que representan una gran contaminación. Si bien es cierto que Costa Rica es un país atento en términos de mitigación, lo que puede aportar por disminución de derivados del carbono todavía no es lo suficientemente representativo”, explicó la Dra. Miranda.
Desde el punto de vista de salud pública, la importancia de trabajar el tema del transporte no tiene solo que ver con la calidad del aire, sino con la calidad de vida.
Para la Dra. Miranda, si las personas se pueden movilizar mediante otros medios como caminar o bicicleta, eso también va a favorecer la salud cardiovascular y prevenir la primer causa de muerte a nivel global: la cardiopatía isquémica. Esta enfermedad ha incrementado de manera importante en los últimos años por efectos de la contaminación ambiental, divulgó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El transporte también tiene que ver con la salud mental. Cuando hay que invertir entre 6 a 7 horas de viaje de ida y vuelta de sus casas a centros laborales, por supuesto que afecta la salud mental”, enfatizó la Dra. Miranda.
El estudio profundiza que Costa Rica tiene el tercer mayor número de vehículos privados por mil habitantes en América Latina. Asimismo, el transporte representa el 66 % del consumo de hidrocarburos y el 54 % del Emisiones de CO2.
En 2019 se consumieron más de dos millones de litros de combustible, de los cuales 1,4 millones fueron gasolina y 1,3 millones diésel.
“En este aspecto, nosotros invitamos a retomar las recomendaciones efectuadas por el Reporte del Estado de la Nación en el 2018, con respecto a desatar los nudos de gobernanza. Los principales obstáculos del avance en este tema han sido legales, administrativos y políticos. Es necesario que dejemos de abordar el tema de transporte de una forma política y de intereses. En cambio, debe verse desde el punto de vista científico, que es desde donde nosotros podemos hacer nuestro aporte”, resaltó Miranda.
Los planteamientos ofrecidos por el equipo son tres muy concretos. El primero es promover mecanismos de intervención local y evaluación oportuna del estrés térmico en el lugar de trabajo.
El segundo es desarrollar e implementar planes de acción para reducir localmente las emisiones de gases de efecto invernadero, con un enfoque de género y de equidad especialmente en poblaciones vulnerables.
El tercero es priorizar la prueba científica y los objetivos ambientales en la toma de decisiones relativas al transporte y la movilidad.
“Las soluciones para el cambio climático no vienen solo desde la academia o la gobernanza, sino del trabajo conjunto entre todos interdisciplinariamente. De los cinco indicadores, consideramos aquellos en los que pudiéramos dar recomendaciones pertinentes acordes al contexto nacional. En estos momentos estamos en el instante preciso para que los sistemas de salud empiecen a planificar y replantear la mirada. Todavía estamos a tiempo”, reflexionó la Dra. Miranda.
Esa opinión la respalda el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el 9 de agosto de 2021.
El reporte ofrece nuevas estimaciones sobre las probabilidades de sobrepasar el nivel de calentamiento global de 1,5 ºC en las próximas décadas.
Además, concluye que, a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, limitar el calentamiento a cerca de 1,5 ºC (o incluso a 2 ºC) será un objetivo inalcanzable.
“Este resumen de recomendaciones políticas surge en momentos coyunturales claves tanto a nivel nacional como internacional. Costa Rica, así como nuestros países hermanos de Centroamérica, ha sido duramente golpeada por la crisis del COVID-19 y por la consecuente recesión económica. No debemos olvidar que el cambio climático es un multiplicador de crisis, en la cual las inequidades y desigualdades sociales ya existentes son y serán exacerbadas por un clima cambiante, irrespectivamente de la pandemia. Es por ello que los grandes esfuerzos que hemos hecho como país en materia climática no deben verse mermados”, aseguró Marisol Yglesias González, investigadora en Salud y Cambio Climático para The Lancet Countdown en Sudamérica, y quien estuvo a cargo de la revisión.
Yglesias recordó que esta década es determinante para el futuro y es vital acelerar la transición de nuestras economías hacia la descarbonización, fortalecer nuestras capacidades de adaptación y evitar llegar a un punto de no retorno.
Ante el panorama político que se tiene, adicional a la recuperación económica, la crisis climática debe ser un tema prioritario en la agenda del próximo gobierno.
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)01787-6/fulltext
Redactores
El resumen de políticas fue escrito por
Zaray Miranda Chacón (Facultad de Medicina, UCR).
Ana Leonor Rivera Chavarría, INCIENSA – UCR).
Geison Rivera-Bermúdez (UCR).
Dra. Adriana Troyo , PhD (CIET – UCR).
Prof. Hugo G. Hidalgo, PhD (CIGEFI – UCR).
Prof. Eric J.Alfaro, PhD (CIGEFI - UCR).
Revisiones por:
Michelle Soto
María Jesús Arias
Paula Barrantes
Oscar Campos
Angélica Carvajal
Adela Chacón
Valeria Díaz
Glen Martínez.
La revisión a nombre de Lancet Countdown estuvo a cargo de Marisol Yglesias-González, MScIH; Assoc. Prof. Andrés G. Lescano, PhD; Dra. Frances MacGuire, PhD y Dra. Marina Romanello, PhD.
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