El miércoles 18 y 19 de noviembre de 2021, la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR) y la compañía Roche estarán recolectando medicamentos vencidos, en mal estado o sin uso, de 8:00 a. m. a 11:30 a. m.
El lugar de recolección será únicamente el Centro de Vacunación de la UCR (comedor estudiantil) ubicado en la sede Rodrigo Facio.
Este esfuerzo se da en el marco del curso de “Intervenciones de salud pública en farmacia de comunidad”, liderado por las y los estudiantes que cursan la carrera de Farmacia de último año.
De acuerdo con la Dra. Angie León Salas, docente del curso por parte de la Facultad de Farmacia, la campaña pretende evitar un potencial riesgo de salud producto de la acumulación innecesaria y peligrosa de los fármacos. Estos pueden causar graves consecuencias ante un consumo equivocado o, incluso, de automedicación.
“Esta actividad la estamos desarrollando con estudiantes del curso, en el cual uno de los ejes de acción es desarrollar estas iniciativas para que las personas dispongan adecuadamente de los medicamentos, se reduzca el impacto de estos al medio ambiente, se prevengan posibles intoxicaciones y, al ser destruidos adecuadamente, no puedan ser utilizados para actividades ilícitas como la falsificación”, destacó la Dra. León.
Los tipos de desechos de medicamentos que se estarán recibiendo son tabletas, cápsulas, antibióticos, botellas de jarabes o incluso aerosoles de hasta 10 ml, cremas, ampollas, entre otras.
Es importante resaltar que no se recibirán jeringas de ningún tipo, frascos de medicamentos quebrados, sucios o con derrames del producto.
Esta campaña de recolección de fármacos en mal estado (o sin uso) se vuelve fundamental ante la actual situación ambiental que vive Costa Rica.
Un reciente artículo publicado durante el 2020 en la prestigiosa revista Science of the Total Environment denominado “Ocurrencia de fármacos, evaluación de peligrosidad y ecotoxicológica en plantas de tratamiento de aguas residuales en Costa Rica”, encontró 33 compuestos de fármacos en aguas residuales del país.
Lo anterior fue ampliamente explicado en el suplemento C+T, en el cual se destacó que esas 33 moléculas se podían dividir en distintos grupos terapéuticos.
Entre ellos estaban los antibióticos, los analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los fármacos psiquiátricos, los estimulantes del sistema nervioso central (SNC) y los reguladores de grasas, principalmente.
Luego del tratamiento de las aguas residuales, se hallaron 30 de los fármacos. En este caso, los más frecuentes fueron la cafeína, el naproxeno (para aliviar la fiebre y el dolor de cabeza) y el gemfibrozil (regulador de grasas), seguidos por el ibuprofeno y el 1,7-dimetilxantina.
La presencia de esos 30 químicos después del tratamiento del agua genera una llamada de atención importante, pues son los compuestos que, finalmente, quedarán expuestos al ambiente.
“El enfoque estimó el mayor peligro en las aguas residuales urbanas, mientras que los resultados ecotoxicológicos mostraron la mayor toxicidad en las aguas residuales de los hospitales y los rellenos sanitarios”, se menciona en el artículo científico.
El Dr. Carlos Rodríguez Rodríguez, microbiólogo del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA-UCR) y uno de los investigadores del artículo científico y del proyecto “CEmerge– Contaminantes emergentes: monitoreo y diseño de estrategias para la mitigación de su impacto ambiental”, indicó que tirar a la basura convencional los fármacos que ya no sirven por una u otra razón los convierte en contaminantes emergentes.
¿El motivo? La liberación de los compuestos químicos potencialmente dañinos, los cuales afectan a los microorganismos que están en contacto con las aguas residuales del país. Pero no solo eso, sino también se incentiva la presencia de microplásticos producto de la desintegración de los blísteres.
“Los fármacos de consumo humano son contaminantes ambientales de gran importancia. Por eso, la gente no debería tirar pastillas sin usar o vencidas, y tampoco sobredosificarse con ellas”, señaló el Dr. Rodríguez en el C+T.
Otros de los detrimentos ambientales del mal desecho de los fármacos está en la resistencia a los antibióticos. En la última comunicación emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se indicó que la resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos.
“Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia”, anotó la OMS en su página oficial.
Así, el desecho adecuado de estos recursos es crucial para evitar el desequilibrio ambiental y alteraciones en las comunidades de microorganismos tanto acuáticas como terrestres.
“Cuando se finaliza un tratamiento médico, los envases en donde vienen empacados los medicamentos, como por ejemplo los frascos de vidrio, láminas de aluminio y cajas de cartón, no deben desecharse en un basurero común. Lo mismo sucede si hubiera sobrantes del medicamento o si este estuviera vencido. No se recomienda tirarlos por desagües o en el servicio sanitario, ya que podrían llegar a fuentes de agua y suelos, en donde las bacterias ambientales podrían comenzar a adaptarse, desarrollar mecanismos de defensa y proliferar en el ambiente. Además, si las personas enferman con este tipo de bacterias disminuyen las opciones de tratamientos que puedan ser efectivos para tratar estas infecciones”, explicó Gina Gutiérrez, farmacéutica y coordinadora de calidad de Roche.
La campaña de recolección también será un espacio para educar a la población costarricense en el manejo responsable y seguro de los medicamentos.
Actualmente, gran parte del presupuesto que tiene la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se invierte en medicamentos. Esto es un gasto importante para el país, por lo que es necesario aprovechar estos fármacos de manera óptima.
En caso de que no pueda acudir a la campaña de recolección, se les recomienda acercarse a su Ebáis o clínica más cercana y consultar si pueden ser recibidos sus medicamentos vencidos, así cómo aprovechar otras campañas de recolección de medicamentos para que se les pueda dar un manejo adecuado a estos desechos.
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