Un artículo científico publicado recientemente por investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR) informa sobre el primer avistamiento de un neonato de tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) en la Isla del Coco, en el Pacífico costarricense.
Además, se detectaron hembras potencialmente embarazadas de la misma especie, lo que sugiere que el parto puede tener lugar en ese parque nacional o en sus alrededores.
La importancia del estudio radica en que la información sobre la ecología reproductiva del tiburón tigre es escasa y, sobre todo, porque los datos históricos demuestran que la Isla del Coco había sido utilizada por esta especie únicamente como un área migratoria y no con fines de reproducción.
El posible neonato fue grabado nadando por encima de un fondo marino arenoso en la Bahía Yglesias, el pasado 16 de octubre del 2020, por medio de estaciones de vídeo con cebo que se colocan en diferentes puntos del lugar para el monitoreo de los tiburones.
El individuo mostraba características físicas reportadas anteriormente en neonatos de esta especie, como por ejemplo la forma cónica de la cabeza, su cuerpo robusto y una aleta caudal desproporcionada al tamaño de su cuerpo.
La Escuela de Biología, el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) y el Museo de Zoología de la UCR, estuvieron representados en el avistamiento de la especie y en el desarrollo del artículo científico de este descubrimiento.
Lo anterior es posible gracias al aporte de conocimiento y el trabajo de investigación de la estudiante de postgrado en Biología, Marta Cambra Agusti; el profesor Dr. Mario Espinoza Mendiola y el estudiante Sergio Madrigal Mora.
El equipo de investigación lo completan Isaac Chinchilla y Geiner Golfín Duarte, funcionarios del Parque Nacional Isla del Coco y del Área de Conservación Marina Cocos (ACMC), del Sistema Nacional de Áreas de Conservación, así como Cristopher G. Lowe, de la Universidad Estatal de California, en Long Beach.
“El hecho de pensar en la Isla del Coco, no solo como un espacio de alimentación y de paso, sino también como un sitio de reproducción para los tiburones tigre, podría generar una serie de repercusiones en el ecosistema, por ser un gran depredador natural”, aseguró la bióloga marina, Marta Cambra.
Para los científicos, es muy temprano considerar si la reproducción de la especie tiene impactos positivos o negativos en el ecosistema marino de la Isla. Sin embargo, la identificación temprana de la zona como un área potencial de reproducción es fundamental para la planificación de la conservación de la especie.
“Tiene un impacto en el ecosistema porque es una de las especies de tiburones más grandes y podemos decir que es uno de esos depredadores que están en lo más alto de la cadena trófica, por lo que lo llamamos un depredador de control de otras especies”, confirmó el biólogo Mario Espinoza Mendiola.
Buena calidad y cantidad de comida, variedad de hábitats, bahías y cuevas profundas son algunas de las condiciones favorables que la especie consideraría para reproducirse en la región.
Mientras la mayoría de especies de tiburones están en declive en la Isla del Coco, la población de tiburones tigre se encuentra en aumento, debido a su posible reproducción y a su resistencia ante las condiciones adversas.
“Uno de los factores importantes es que esta especie es más resistente que las demás al factor pesquería, resiste mejor al efecto de la pesca que los tiburones martillo (Sphyrna mokarran) y silky (Carcharhinus falciformis), por lo que puede tener mayor cantidad de condiciones favorables para la reproducción”, afirmó Cambra.
Sin embargo, los investigadores aseguran que aún no está claro si la presencia de un solo recién nacido es un evento aislado o evidencia que la especie se está reproduciendo en las aguas de la Isla del Coco.
Es por esto que en las próximas expediciones de control se usarán otros métodos para profundizar sobre las conductas reproductivas de la especie, como realizar pruebas de sangre y ultrasonidos en hembras para comprobar si están embarazadas.
“Muchos tiburones y especies de tiburones más grandes equivalen a una mayor salud del ecosistema, lo cual ayuda a la economía en torno a la extracción de recursos marinos. De ahí que las áreas marinas protegidas como la isla del coco juegan un papel vital para la salud de las aguas costarricenses y del mundo en general”, concluyó Mario Espinoza.
El galeocerdo cuvier, por su nombre científico, presenta una serie de características específicas que lo hacen un individuo importante en los ecosistemas que habita. Puede repasar algunas de esas características aquí.
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