Estudiantes de las carreras de Ciencias de la Comunicación Colectiva (ECCC) de la Universidad de Costa Rica (UCR) desarrollaron la campaña “A mí no me traman”, la cual busca sensibilizar a la población joven sobre la trata de personas.
La iniciativa, dada a conocer el jueves 27 de agosto en una conferencia de prensa virtual, se llevó a cabo en un curso denominado “módulo integrador” donde convergen estudiantes avanzados de los diversos énfasis de la carrera para atender alguna temática por medio de la comunicación.
El proceso de trabajo liderado por la docente Mónica Quirós incluyó espacios de investigación y diagnóstico respecto a la problemática, que según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la tercera actividad delictiva más lucrativa del mundo sólo superada por el narcotráfico y el tráfico de armas.
La campaña se propone informar y prevenir sobre este fenómeno a partir de diversos productos digitales que, durante las próximas cinco semanas, serán divulgados en las redes sociales de la iniciativa en las plataformas de Facebook e Instagram.
Según la estudiante Daniela Brenes, quien fue parte del proceso de trabajo, a diferencia del tono institucional con el que suele abordarse la temática, en este caso se utiliza un lenguaje cercano y horizontal a la población a la que se dirigen los mensajes.
“A mi no me traman” cuenta con el respaldo del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la UCR y del Observatorio Latinoamericano de Trata y Tráfico de personas (ObservaLaTrata), del cual forma parte la institución.
Según la investigadora del CIEM y coordinadora del ObservaLaTrata Capítulo Costa Rica, Mónica Sancho, el contexto económico y social generado por la crisis sanitaria del COVID-19 incrementa la importancia de abordar el tema.
La experta detalló que las dificultades impuestas por la pandemia colocan a las personas en una condición de mayor vulnerabilidad frente a procesos de captación que realizan los tratantes a partir de “promesas de ingreso económico para las familias”.
Las víctimas de trata son captadas por medio de secuestros o engaños y una vez retenidas, son trasladadas lejos de sus redes de apoyo para dar inicio a los procesos de explotación que suelen estar vinculados con el comercio sexual, los trabajos forzados, la servidumbre y la esclavitud.
“En el actual contexto crecen los procesos de captación y de explotación y se minimiza la posibilidad de detectar la trata, ya que la situación de encierro vuelve más difícil saber si una persona está con su burbuja social o fue capturada por alguna red de crimen organizado” señaló Sancho.
La abogada celebró la consolidación de esta iniciativa que, en el actual contexto de distanciamiento físico, se valdrá de las plataformas digitales para facilitar a las víctimas potenciales información que les permita detectar eventuales situaciones de riesgo.