La celebración de este año es diferente a las acostumbradas, los campus están vacíos, los encuentros y el aprendizaje se mudaron a la virtualidad y, aunque la comunidad universitaria no está reunida en esta ocasión, sigue junta con el propósito de continuar contribuyendo, desde muchas áreas, al desarrollo del país.
El Dr. Carlos Araya Leandro, rector de la Universidad de Costa Rica, señaló que la Institución ha sido testigo del paso del tiempo, pero sobre todo protagonista de la historia reciente de nuestro país.
“Desde sus campus se han gestado importantes movimientos transformadores de su cultura y su desarrollo democrático, y los logros de quienes han pasado por las aulas de la UCR se acumulan en los anales nacionales e internacionales”, destacó Araya.
Al cumplir 80 años, la madurez y la experiencia respaldan la calidad de la educación superior pública de múltiples generaciones, la pertinencia de miles de investigaciones y el impacto del trabajo en comunidad con alcance nacional.
El rector, además, hizo un recorrido por algunos hitos puntuales de la UCR que, a la luz de 80 años, es apenas una pincelada de los logros que ostenta esta benemérita institución.
Entre ellos, resaltó la creación de los Estudios Generales; el aporte a la cultura costarricense desde las distintas disciplinas de las artes y las letras; el apoyo y acompañamiento al sector agrícola nacional desde la Facultad de Ciencias Agroalimentarias; la cantidad y calidad de las investigaciones desde las ciencias básicas; así como las reflexiones y críticas a la realidad nacional, que son fuente de importantes transformaciones impulsadas desde las ciencias sociales; o el desarrollo del Código Sísmico, la llegada del internet al país y los incontables aportes a la calidad de vida de las y los costarricenses en el área de salud. Estos son solo algunos de esos ejemplos.
Por su parte, Ana Catalina Chaves Arias, presidenta de la Federación de Estudiantes de la UCR (FEUCR), recalcó la importancia histórica que ha tenido el movimiento estudiantil en diversos procesos de transformación social.
Señaló que las y los estudiantes no solo están en las aulas, si no que las luchas las han protagonizado fuera de ellas, reinventando las formas de protesta y haciéndose presentes en la defensa de la educación superior pública, de la autonomía universitaria, así como en la lucha en contra de las desigualdades sociales.
Asimismo, hizo énfasis en que ha sido el movimiento estudiantil en muchas ocasiones el que ha abierto camino a las grandes luchas sociales del país, pues han sido ellos quienes han alzado su voz y han incomodado a los grupos de poder. Hoy, en el 80 aniversario de la UCR, también se hace un llamado a continuar por el camino de la solidaridad, para encontrarse y reinventarse ante los nuevos desafíos que enfrenta la educación superior pública.
“Por ocho décadas, la Universidad de Costa Rica ha acogido nuestros sueños, nuestra diversidad, nuestras sensibilidades y conocimiento. Mediante profesionales altamente capacitados y capacitadas, nos ha enseñado de luchas y sueños colectivos, de la importancia de la solidaridad en una sociedad cada día más individualista. Nos ha permitido encontrarnos, abrazarnos, reinventarnos y hacer de cada espacio una oportunidad para aprender y construir comunidad”, manifestó Chaves.
La Dra. Madeleine Howard Mora, directora del Consejo Universitario, destacó la importancia de la Caja Costarricense del Seguro Social y la UCR, que nacieron bajo el amparo de las reformas sociales de los años 40 y que se convirtieron en los pilares del estado social de derecho y de la democracia costarricense.
Además, recordó cómo los diputados constitucionalistas fueron visionarios y entendieron la importancia de invertir en la educación superior pública al promulgar los artículos 84 y 85 de la Constitución Política, los cuales aseguran su presupuesto y dotan de autonomía a las universidades estatales.
También criticó fuertemente los ataques que buscan debilitar a la Institución y aquellos discursos que culpan a las universidades públicas de ser las causantes del déficit fiscal o de ofrecer carreras innecesarias para lo que demanda el país.
En este sentido, instó a la comunidad universitaria y nacional a construir puentes de diálogo, a levantar la voz ante los proyectos de ley cortoplacistas y a defender el modelo de universidad pública.
Como parte de la celebración de aniversario, las autoridades universitarias rindieron homenaje, con una ofrenda floral, a las figuras de Rafael Ángel Calderón Guardia, Luis Demetrio Tinoco Castro, Rodrigo Facio Brenes y al movimiento estudiantil. Además, la sección de cuerdas de la Orquesta Sinfónica de la UCR presentó un recital grabado que se transmitió por los medios de comunicación institucionales y las redes sociales luego de la sesión solemne.
Durante la sesión solemne en la cual se celebró el 80 aniversario de la UCR, se entregó el Premio Rodrigo Facio Brenes 2020 al Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez, profesor emérito de la Facultad de Microbiología e investigador del Instituto Clodomiro Picado.
En un discurso sentido, profundo y crítico, señaló que en la actualidad nos encontramos ante una crisis del modelo hegemónico de concebir el desarrollo y el bienestar y ante una transformación inevitable del planeta. Ante este viraje de rumbo, las universidades públicas están llamadas a ser protagonistas y a desempeñar un rol esencial.
“Se nos abre una gran oportunidad de reflexionar sobre los rumbos del presente y del futuro, y de construir un entorno que garantice la dignidad de las personas y el bienestar de la vida”.
Se refirió también a la desigualdad, al debilitamiento de las instituciones públicas y su consecuente impacto negativo en la población, así como al individualismo que predomina en la sociedad actual.
Comentó que se debe avanzar hacia agendas centradas en el cuidado de la vida, de las personas y del ambiente. En esos espacios, las instituciones de educación superior pública están llamadas a actuar.
En el caso de la UCR, destacó el enorme valor de la institución tanto en el país como en la región, e instó al análisis crítico de la labor que se realiza y a transformar diversos aspectos del quehacer universitario, para asumir los grandes compromisos con la sociedad.
"En su relación con el resto de la sociedad, la Universidad debe comprometerse con una visión de país y de mundo que emerge de perspectivas centradas en la excelencia y la procura del bien común".
La Comisión Dictaminadora del Premio consideró que la perspectiva del Dr. Gutiérrez ha contribuido decisivamente a impulsar, desde el Instituto Clodomiro Picado (ICP), un proyecto de alto impacto científico y social: la producción de sueros antiofídicos. Estos antivenenos han salvado miles de vidas no solo en Costa Rica, sino también en diversas regiones de Asia y África, especialmente en grupos vulnerables que de otro modo no podrían acceder a los sueros por su alto costo.
La propuesta de otorgarle este reconocimiento fue presentada por la Escuela de Filosofía, a la cual le agradeció por sugerir su nombre. Para el Dr. Gutiérrez, la iniciativa tiene un valor incomparable por provenir de otra área del conocimiento distinta a la suya.
Este microbiólogo y doctor en Ciencias Fisiológicas por la Universidad de Oklahoma tiene una amplia trayectoria en la UCR. Fue profesor catedrático de la Facultad de Microbiología, en cursos de grado y posgrado, e investigador del Instituto Clodomiro Picado (ICP), al que estuvo ligado desde que era estudiante de esta casa de estudios superiores.
Entre los múltiples cargos que ocupó, destaca el de director del ICP de 1988 a 1996 y subdirector durante los periodos 2009-2011 y 2013-2015. Además, dirigió el Programa de Estudios de Posgrado en Microbiología, Parasitología y Química Clínica, al igual que el Programa de Maestría en Ciencias Biomédicas CSUCA-Instituto Karolinska. Igualmente, ha sido asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Como resultado de sus investigaciones en temas relacionados con la bioquímica y el mecanismo de acción de venenos de serpientes, así como con la capacidad neutralizante de los antivenenos, ha publicado más de 500 trabajos científicos en revistas especializadas y libros.
Entre las numerosas distinciones que ha recibido por su labor científica destacan el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología Dr. Clodomiro Picado (1981), miembro de la Sociedad Internacional de Toxinología (1983), Premio TWAS-CONICIT para científicos jóvenes en la rama de Biología(1990), Miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica (1992), Premio Sven Brohult, otorgado por la International Foundation for Science (1997); Premio Áncora (Costa Rica) en el área de ciencias(1998), Premio al Investigador de la Universidad de Costa Rica en Ciencias de la Salud (2007) y el Redi Award, otorgado por The International Society on Toxinology por sus contribuciones en el área de la Toxinología (2015).
El Premio Rodrigo Facio Brenes es un galardón que la Universidad de Costa Rica otorga cada dos años para hacer un reconocimiento a la obra total de aquellas personalidades que se han destacado por su aporte al desarrollo político, social, económico y de la justicia social del país.
Instituido en 1990, por el Consejo Universitario, el galardón ha sido otorgado a personas de la talla de Manuel Mora Valverde (1992), Isaac Felipe Azofeifa Bolaños (1994), Jorge Manuel Dengo Obregón (1996), Rodrigo Carazo Odio (1998), Fernando Soto Harrison (2002), Rodrigo Madrigal Nieto (2004), María Eugenia Dengo Obregón (2006), Hilda Chen-Apuy Espinoza (2008), Jorge Romero Pérez (2010), Guido Miranda Gutiérrez (2012), Elizabeth Odio Benito (2014), Daniel Camacho Monge (2016) y María Eugenia Bozzoli Vargas (2018).
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