El desempleo preocupa a la ciudadanía más que el COVID-19, así lo revelan los resultados de la más reciente encuesta de opinión pública del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Según la consulta, aplicada de manera telefónica entre el 3 y el 11 de agosto, 27,45 % de las 877 personas consultadas en todo el territorio nacional señaló la falta de trabajo como el principal problema del país en el actual contexto.
Aunque la encuesta realizada por el CIEP en abril anterior indicó que el coronavirus era la mayor inquietud de la población en ese momento, tras cinco meses de pandemia la situación laboral y económica retoman un papel prioritario para las personas.
El coronavirus se colocó como el segundo problema más relevante al ser señalado por el 24,84 % de los encuestados, seguido por el costo de la vida que fue destacado por el 19,21 % de la muestra consultada. Desde el 2013, el desempleo y la situación económica han sido preocupaciones constantes en las mediciones que realiza el CIEP cada mes de agosto.
Poco más de la mitad de las personas consultadas, 53 % específicamente, confirmó que su núcleo familiar experimenta alguna afectación por la pérdida de empleo como resultado de la crisis por COVID-19. De esta cifra, el 15 % reconoció que enfrenta esta circunstancia y, además, la comparte con alguien más de su hogar.
El 32 % de los entrevistados afirmó que su familia experimenta algún tipo de consecuencia económica como resultado de una reducción de jornada laboral. En el 17 % de esos casos se indicó que, además de la persona consultada, la situación ocurría también con otro miembro de su grupo familiar.
El investigador del CIEP, Ronald Alfaro, reconoció que el impacto del panorama económico en la vida de las familias como resultado del desempleo es palpable y generalizado en la diversidad de grupos sociales del país.
“El impacto actual a raíz del desempleo es grande y profundo, deja a la población en una condición personal y familiar de fragilidad y eso la vuelve sin lugar a dudas en la mayor preocupación de la gente, junto al tema sanitario”, afirmó el politólogo.
La encuesta también retrató pesimismo respecto al estado del país. Cerca del 60 % de los entrevistados considera que el rumbo es malo y menos del 20 % piensa que el panorama es positivo, mientras que el 82 % cataloga la situación económica como mala o muy mala.
La opinión positiva de la población respecto a las decisiones del Gobierno frente a la pandemia se ubica en el 46 % frente a un 27 % de percepciones negativas. Pese a que el apoyo es mayoritario, evidencia una significativa baja respecto al 75 % de respaldo que recibió en abril anterior.
El mismo efecto se evidenció al analizar la valoración de las medidas económicas, donde el apoyo pasó de 71 % a 27 %, frente a un 44 % de opiniones desfavorables respecto a las acciones gubernamentales abordadas en esta materia.
Pese a lo anterior, en esta consulta se retrata un significativo apoyo ciudadano a las medidas sanitarias implementadas en el país por parte del 69 % de la muestra, mientras que solo el 13 % manifestó disconformidad respecto a su implementación.
Las medidas que reciben mayor aprobación son el uso de mascarilla, la restricción vehicular y la prohibición de fiestas o reuniones con familiares o amigos. Mientras que se perciben opiniones dividas respecto al cierre de bares o restaurantes y la apertura de iglesias o centros de culto.
Destaca, además, la anuencia del 85 % de la población respecto a seguir las órdenes dadas por el Gobierno, cifra que aumenta al 95 % cuando se trata de respetar las medidas sanitarias. En contraposición, un 4 % preferiría actuar como desea y solo un 1 % considera que las recomendaciones son innecesarias.
Según Alfaro, la encuesta evidencia a una población costarricense bastante disciplinada que, a diferencia del comportamiento percibido en otras naciones del mundo, adopta y respalda las medidas oficializadas por el país para proteger la salud de la sociedad en general.
“Este comportamiento genera un escenario favorable para hacerle frente a la crisis. El contexto es complejo y en ocasiones involucra restricciones a la libertad de las personas, pero la gente sigue reconociendo que esas medidas aminoran el efecto de la situación que estamos viviendo”, concluyó el académico.
Esta es la primera encuesta que el CIEP realiza de manera completamente remota, como parte de los procesos de adaptación que desarrolla la Universidad para continuar con sus funciones de manera virtual en el marco del distanciamiento social impuesto por el COVID-19.
La medición tiene un nivel de confianza del 95 %, las entrevistas se realizaron a partir de un muestreo aleatorio basado en el Plan Nacional de Numeración-Sutel, por lo cual todos los resultados deben referirse estrictamente a la población con acceso a teléfono celular.
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