Una lengua es un sistema de comunicación verbal que está (o estuvo) sujeto a transformaciones (léxicas, gramaticales, sintácticas, etc.). No en vano, se discute sobre las lenguas “vivas” (aquellas que cuentan con numerosos hablantes nativos y se usan en una comunidad de hablantes), “muertas” (las que ya no se aprenden como una lengua materna), “en peligro” (pues sus usuarios son escasos), en “estado de resistencia”, “declinación” u “obsolescencia”, así como sobre fenómenos de desplazamiento, revitalización y estados de vitalidad.
Tener presente ese carácter cambiante de un idioma es fundamental para entender —más allá de la normativa— los procesos de creación de nuevas palabras o expresiones (neologismos), que surgen por la necesidad de nombrar una nueva situación. Así han nacido en el español términos relacionados con la medicina, la ciencia y la tecnología, por ejemplo. Luego, el uso regular de esas palabras pasa a formar parte del repertorio del idioma.
La actual emergencia sanitaria, causada por el virus SARS-CoV-2, es una de esas “nuevas realidades” que motiva el uso cotidiano de palabras no empleadas antes con regularidad, así como el surgimiento de nuevos términos. Tal es el caso de COVID-19. ¿O deberíamos decir la COVID-19 o covid-19?
Debido a que este es un nombre nuevo, genera muchas dudas en cuanto a su género gramatical y escritura (en mayúsculas o minúsculas). Por el momento, podemos decir que COVID-19 es ambiguo; es decir, acepta tanto el femenino como el masculino. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, serán los hablantes quienes decidan cuál género gramatical se va a mantener.
El español o castellano es un idioma con millones de hablantes nativos en el mundo, de manera que el uso del léxico, en general, no es homogéneo, cada país tiene sus variedades lingüísticas. En cuanto al término COVID-19, medios internacionales han privilegiado el uso del género gramatical femenino, tal es el caso de El País de España, aunque allí también se observa (en menor medida) el masculino gramatical. Igualmente, en las noticias escritas de la Deutsche Welle DW en español (www.dw.com), se advierte la alternancia de los géneros gramaticales. Así pues, en un mismo medio de comunicación, unos reportajes emplean el femenino, mientras que otros prefieren el masculino.
En Costa Rica, el uso predominante ha sido el género gramatical masculino, por ejemplo en la careta o cortina virtual que antecede a las conferencias de prensa, así como en las publicaciones de Casa Presidencial, el Ministerio de Salud y otras carteras. Por su parte, en los periódicos comerciales se detectan ambas posibilidades y en el Semanario Universidad prevalece el masculino.
Ahora bien, cabe volver a ver las respectivas recomendaciones de entidades que estudian la lengua. En este caso, la Real Academia Española (RAE) y la Fundación del Español Urgente (Fundéu). Ambas han dado sugerencias que son útiles para correctores de textos, traductores, periodistas y otros comunicadores. De ahí la pertinencia de consultarlas.
En el caso de la primera institución, esta menciona que habitualmente se usa el género gramatical masculino por “influjo del género coronavirus y de otras enfermedades víricas” como el ébola y el zika, las cuales “toman por metonimia el nombre del virus que las causa” (www.rae.es). De hecho, en el sitio web de esta academia, encontramos notas que emplean el masculino gramatical: “Crisis del COVID-19: apuntes sobre pandemia en la lengua española” y “Crisis del COVID-19: apuntes sobre cuarentena en la lengua española”.
Por su parte, la Fundéu recomienda referirse a “la COVID-19”, aunque menciona que el masculino también es válido. La razón por la cual dicha fundación privilegia el uso femenino es porque el acrónimo COVID-19 se forma por la unión de las palabras inglesas coronavirus disease (enfermedad del coronavirus). Puesto que el núcleo del acrónimo es disease (enfermedad), se propone que el género gramatical sea femenino. Sin embargo, cabe pensar que esa palabra inglesa tiene también un equivalente masculino en español: “mal”, la cual tiene la acepción de enfermedad.
En suma, ambas entidades españolas exponen diferentes razonamientos y consideran, sobre todo la RAE, que tanto el uso masculino como femenino son válidos. La Fundéu, aunque se inclina por el artículo femenino, señala que el masculino “no se considera incorrecto” y que “la vacilación en la elección del artículo es habitual en casos como este en los que el componente principal no queda claro para los hablantes” (www.fundeu.es).
En relación con la escritura en mayúsculas o minúsculas, se emplea la primera, pues se trata de un acrónimo recientemente establecido que, según la RAE, no se ha lexicalizado (no ha pasado a formar parte del sistema léxico de la lengua). Además, influye que la Organización Mundial de la Salud lo escribe con mayúsculas y guion antes de los dígitos, al igual que se escriben otras enfermedades contempladas en la Clasificación Internacional de Enfermedades (www.fundeu.es).
La escritura en minúsculas la observamos en los escritos donde se desea lexicalizar el término, convertirlo en el nombre común de la enfermedad. Tal lexicalización ya sucedió, por ejemplo, con la palabra sida (antes SIDA).
En todo caso, como se mencionó, son los hablantes o usuarios de la lengua quienes decidirán la manera en que se emplee el nombre abreviado de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), causada por el virus SARS-CoV-2. Ahora bien, a pesar de que los fenómenos lingüísticos responden a la colectividad, conviene —en los medios de comunicación— decantarse por alguna de las posibilidades y mantenerla en los materiales y productos, con el fin de darles unidad. En el presente sitio web, se prefirió el género gramatical masculino (por su predominante uso en Costa Rica) y la escritura en mayúsculas. Esa escogencia responde a una decisión de estilo y no a un deseo prescriptivo.
© 2024 Universidad de Costa Rica - Tel. 2511-4000. Aviso Legal. Última actualización: noviembre, 2024