Patricia Velásquez recibió el Premio Nacional en Artes Audiovisuales por la mejor dirección en película

El proyecto "Apego" requirió de aproximadamente 4 años en sus diferentes etapas para que se pudiera concluir la película. Fotografía cortesía de Patricia Velásquez. 

Una vez más, el talento de la Universidad de Costa Rica fue reconocido en los Premios Nacionales de Cultura 2019. En este caso el galardón en Artes Audiovisuales Amando Céspedes Marín en la categoría de mejor dirección a la película Apego de Patricia Velásquez. La cineasta cuenta con un máster en Comunicación y una licenciatura en Psicología. Además se encuentra cursando la Maestría Académica en Artes con énfasis en Cinematografía de la UCR.

Tal y como dio a conocer el Ministerio de Cultura y Juventud el reconocimiento se otorga por “la construcción y cuido de un discurso atractivo a través de personajes sólidos, y dirigidos como un conjunto. Por su propuesta conceptual, que hace un uso eficaz de los elementos del lenguaje audiovisual, logrando una unidad estética y técnica de gran calidad, la cual exalta la narrativa y las ideas que propone”, según detalla el acta del jurado.

Velásquez externó estar muy contenta con la obtención de este premio, principalmente porque fue algo inesperado para ella. “Yo recibía mensajes de felicitaciones y no entendía porqué era, hasta que me di cuenta. El medio audiovisual este año estuvo muy bueno, por eso no me lo esperaba”, expresó la comunicadora.

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Para la directora este premio es un impulso en la búsqueda de presupuestos para proyectos audiovisuales en el futuro. Sin embargo, dejó claro que recibir o no un premio no la hace una mejor o peor cineasta, ya que desde su visión lo que importa realmente es poder dejar un mensaje en el público y en sus sentimientos.

Apego es una película que relata la historia en la actualidad de una familia de chilenos exiliados, los cuales llegan a Costa Rica durante la década de 1970. Velásquez comentó que hay varios tonos autobiográficos en la película, sin serlos realmente.

Estos toques de autobiografía se deben a que sus padres son chilenos exiliados, por lo cual, como directora tiene un enlace directo con la historia y sacrificios que tuvieron que realizar sus progenitores. El largometraje requirió de aproximadamente 4 años para que viera la luz finalmente.

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Afirmó que ya hay nuevos proyectos en los que trabaja. Actualmente ese es el caso de una serie de danza en la que está colaborando. Además, espera volver muy pronto a trabajar en una película.

El jurado de los Premios Nacionales en Artes Audiovisuales Amando Céspedes Marín estuvo conformado por Gabriel González, Ingo Niehaus, José Miguel González y Karolina Hernández.