Efectuó dos giras en helicóptero coordinadas por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), invirtió más de 30 meses de estudio, empleó su tiempo de vacaciones y tuvo gastos económicos.
Estos son parte de los esfuerzos realizados por Rocío Mora Vicarioli, farmacéutica de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien trabajó para llegar a una de las zonas más alejadas de Costa Rica: Alto Telire (Talamanca). Su objetivo: ayudar a que la población indígena cabécar no corra ningún riesgo de salud por un uso inadecuado de medicamentos.
El esfuerzo realizado por esta costarricense traspasó las fronteras e hizo que Rocío Mora recibiera uno de los prestigiosos Premios Bianuales a la Innovación en Mejora de la Gestión en Seguridad Social, en la categoría de Innovación en la Gestión de Servicios a la Ciudadanía. El reconocimiento lo entrega el Consejo de Instituciones de la Seguridad Social de Centroamérica y República Dominicana (CISSCAD).
Rocío, junto con el apoyo de la Mag. Alejandra Castro Granados, diseñadora gráfica de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), impulsó el desarrollo de 24 pictogramas (ilustraciones) para que la población de Alto Telire sepa identificar y utilizar de forma adecuada sus fármacos sin que el idioma sea una barrera.
Su iniciativa incorpora tres elementos esenciales: los medicamentos más utilizados por la población cabécar, sus problemas más frecuentes y el nivel de alfabetización en salud presentada por ellos. Es decir, su capacidad de acceder y utilizar información para tomar decisiones sobre su propio bienestar.
“El propósito de la iniciativa se dio para que la población se llevara, de manera impresa, un recordatorio a cuál miembro de su familia pertenece el medicamento y su función. Esto, porque usualmente iba con la tiqueta en español de la CCSS y la mayoría de la población no tiene dominio del idioma. Entonces, siempre quedaba la duda si ellos realmente entendían cómo utilizar el medicamento. La propuesta viene a ser un complemento a la rotulación típica de la CCSS”, aseguró Mora.
Lo anterior genera un aporte vital a favor de la salud de este pueblo indígena. De acuerdo con la Dra. Angie León Salas, de la Facultad de Farmacia de la UCR, cuando existe desconocimiento sobre el correcto uso de los fármacos, las personas pueden exponerse a efectos indeseados de los mismos. Si no se consideran aspectos de idioma, cultura y alfabetización dentro de la atención que se brinda, la persona puede utilizar un medicamento que no se le ha indicado o tomar menos de lo recomendado. Como consecuencia, el fármaco no le funcionará para aliviar su enfermedad y hasta puede utilizar una cantidad mayor que le generará efectos secundarios.
En el caso específico de los habitantes de Alto Telire, las indicaciones de los fármacos iban escritas en español y muchos de ellos no hablan ni escriben ese idioma. Incluso, según se detalla en la misma investigación de campo elaborada por Rocío Mora, el 70,42% de los participantes no cuenta con ningún tipo de escolaridad y tienen una inadecuada alfabetización en salud.
“La población con la que tuve contacto tiende mucho a la parte oral del idioma cabécar, pero no a leerlo. Por lo tanto, se decidió no utilizar lenguaje escrito en los materiales. Se intentó que los pictogramas realizados fueron muy precisos y no dejen espacio a la interpretación. Así, esta población puede tener una mejor comprensión a través de imágenes claras y concisas”, amplió Mora.
La innovación también da la posibilidad de entender con claridad quienes son los miembros de la familia que deben ingerir el fármaco. Mora explicó que la población cabécar consulta por núcleos familiares y, al concluir la atención, un único miembro de la familia se lleva los medicamentos de todos.
Lo anterior también generaba la interrogante si la persona, a quien estaba dirigido el fármaco, realmente lo estaba ingiriendo y no otro de su familiar por error.
Para solucionar ese otro desafío, la farmacéutica decidió utilizar signos distintivos provenientes de la misma población indígena. De esta manera, cada quién sabe cuál es su prescripción, así como la hora específica de ingesta.
“Realizar los pictogramas requirió un proceso de tres etapas que empezó en el 2016. Primero, se llevó a cabo la identificación de necesidades y la medición de alfabetización en salud de la población indígena. Luego, el bosquejo de los pictogramas y su validación con la población, que nos hizo ver varios errores de la propuesta inicial y, por último, el diseño final. Con esto se podrá rotular a los miembros de familia y la utilización que debe hacer cada uno de ellos”, dijo Mora.
Por ejemplo, la farmacéutica utiliza la luna para aquellos medicamentos que deben ser tomados en la noche, y el sol cuando deben ingerirse durante el día. De igual forma, incorpora representaciones de visuales de menores, mujeres, hombres y adultos mayores cabécar relacionados con distintos dolores, a fin de vincularlos con cada fármaco.
La idea de Rocío Mora se hizo como parte de su tesis de Maestría Profesional en Atención Farmacéutica de la UCR junto con la CCSS. De acuerdo con el comunicado de la Caja, el proyecto representa el compromiso e interés permanente por lograr que la población indígena cabécar tenga acceso a servicios farmacéuticos con pleno conocimiento de su uso eficaz.
“La UCR siempre está en busca de proyectos de bienestar para la población. Es un orgullo, como egresada de la UCR, haber contado con el apoyo de la Universidad. El apoyo de la Caja fue fundamental, pero sin el apoyo de la UCR, en especial de la Dra. Catalina Lizano Barrantes, esto no hubiese sido posible”, enfatizó Mora.
Los pictogramas todavía no se utilizan. La farmacéutica está a la espera de la publicación de dos artículos con el propósito de proteger sus derechos de autor. Cuando las publicaciones se concreten, el material será donado a la Caja.
Además de la innovación desarrollada por Mora, el CISSCAD anunció otros tres ganadores. Un proyecto de la CCSS relacionado con la implementación del EDUS (Expediente digital único en salud) y dos ensayos realizados por funcionarios institucionales titulados “Orígenes y alcances del modelo de atención de salud costarricense” y “Utilización de los códigos QR en la educación del paciente”.