Una vez más la Facultad de Educación mediante las iniciativas de sus unidades académicas ofrece sus recursos y esfuerzos para acercarse a la realidad educativa actual. Además, por medio de esas iniciativas genera también un impacto positivo en la comunidad y en los futuros profesionales que aporta a la sociedad esta casa de estudios.
El trabajo comunal universitario Servicios Educativos Complementarios, de la Escuela de Formación Docente de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, ofrece desde hace 27 años diferentes apoyos a la población estudiantil de secundaria y bachillerato de los centros educativos públicos. Este TCU hace esfuerzos diversos a nivel didáctico y humanístico para propiciar la superación de dificultades académicas de la comunidad educativa de la enseñanza secundaria pública y de educación abierta del Gran Area Metropolitana.
Actualmente participan como tutores estudiantes de las carreras de Enseñanza del Castellano y Literatura, Ciencias Naturales, Matemáticas, Estudios Sociales y Educación Cívica, Inglés y Francés; estudiantes de las carreras de Ingeniería Mecánica, Eléctrica, Civil y Química y estudiantes de las carreras de Inglés, Francés, Química, Derecho, Administración Pública y Medicina. Todos ellos han recibido capacitación previa y acompañamiento de sus pares especialistas en pedagogía para ampliar sus estrategias y metodologías de enseñanza.
Gracias al compromiso y trabajo de muchos estudiantes universitarios se ha logrado apoyar a unas 400 estudiantes por año para que puedan salir adelante con sus pruebas de convocatoria o bachillerato. Un elemento distintivo de esta iniciativa de la UCR ha sido la atención individualizada e integral a la población estudiantil, mediante actividades interdisciplinarias que van más allá de los contenidos disciplinarios y académicos, por ejemplo talleres de carácter artístico y de formación en aspectos como el emocional, la autoestima , entre otros temas.
Simultáneamente, este TCU también se ha traducido en un espacio complementario de formación académica para el estudiantado universitario que participa. Por su medio pueden adquirir o ampliar su experiencia profesional, así como fortalecer o desarrollar habilidades esenciales para desenvolverse y comprender la realidad del sistema educativo y su futura labor docente.Reciben talleres para reforzar algunos componentes de sus clases, como es el caso de elaboración de materiales didácticos, uso de medios tecnológicos y recursos audiovisuales, manejo del estrés y LESCO, entre otros.
La población beneficiaria del proyecto se compone de 3 grupos: el primero corresponde a las personas que se encuentran dentro del sistema educativo público o subvencionado, que requieren apoyo para prepararse para sus pruebas de convocatoria; el segundo grupo conformado por las personas que van a realizar pruebas de bachillerato y, finalmente, el tercer grupo está compuesto por personas que necesitan prepararse para presentar las pruebas de bachillerato y noveno año por suficiencia.
Innovar para responder a las necesidades emergentes
La innovación y exploración constantes a nivel didáctico es otro de los diferenciadores de este TCU al facilitar espacios personalizados a estudiantes que lo requieran, así como alternativas educativas para el aprendizaje significativo. Desde juegos, espacios personalizados, grupos pequeños, variedad de material de apoyo y diversas dinámicas, se busca siempre facilitar la comprensión y superar dificultades.
Tras la experiencia acumulada a lo largo de los años se ha detectado la necesidad de desarrollar espacios de educación integral, para reforzar componentes de los ejes transversales del sistema educativo. Desde esa visión se ofrecen diversos talleres enfocados en temáticas como baile, música, psicología y artes plásticas.
Otra innovación o alternativa ofrecida por el TCU se puso en práctica desde hace dos años, debido a la gran demanda presentada en el verano del 2018 (más de 900 personas) y consiste en realizar las acciones del proyecto en dos momentos del año: uno en verano (usual) y el otro en el segundo semestre en los meses de setiembre y octubre, este último exclusivamente para personas que harán bachillerato por primera vez. Esta medida ha mejorado el alcance e impacto porque ha centralizado los esfuerzos según necesidades de la población beneficiaria.
Amplia cobertura regional
La población que se atiende proviene de diferentes zonas del país, principalmente del Gran Área Metropolitana, y según datos del propio TCU en el año 2019 recibieron clases 104 estudiantes, de ellos 86 para prepararse por pruebas de convocatoria de secundaria y 21 para bachillerato. En el caso de bachillerato se presentó una reducción significativa respecto a otros años ya que estas pruebas ha experimentado muchos cambios, por ejemplo los exámenes de idiomas fueron sustituidas por pruebas de certificación de idioma explicó el asistente del trabajo comunal. En total se ocuparon 167 cupos, cuya distribución se puede observar en el gráfico respectivo.
En el año 2019, por ejemplo, se atendió estudiantes de 4 provincias y 20 cantones, entre ellos: Cartago, Aserrí, Pavas, Orotina, San Pedro de Montes de Oca, Turrialba, La Unión, Heredia, Santo Domingo, Curridabat, Goicochea, Tibás, Moravia, San José, Escazú, Alajuelita y Desamparados. Para los encargados del trabajo comunal, este alcance es muy significativo porque equivale al 57% del territorio nacional al nivel provincial y alrededor del 25% al nivel cantonal.
Y los porcentajes se amplían si se toman en cuenta los años anteriores; porque se ha cubierto 5 de las 7 provincias y se ha alcanzado más de 33 cantones. En promedio anualmente participan 400 jóvenes, e incluso alcanzado un pico máximo de 900 hace 2 años.
Para hacer posible la atención de la población en la Sede Rodrigo Facio de la Universidad de Costa Rica, se cuenta con la colaboración de varias facultades, principalmente en el uso de espacios físicos y equipo de apoyo, se utilizan los espacios de la Facultad de Educación, más el apoyo administrativo de la Facultad de Ciencias Sociales, la Facultad de Ingeniería y la Escuela de Química, que han puesto a disposición espacio físico para llevar a cabo el proyecto.