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IV Congreso virtual en Economía Agrícola y Agronegocios

¿Qué podemos aprender de las políticas agroambientales de la Unión Europea?

El monitoreo, la evaluación y la descentralización de las medidas son las lecciones de las políticas europeas
17 dic 2020Ciencia y Tecnología

“La Política Agroambiental de la Unión Europea no es un modelo para otros países, pero sí una fuente de importantes lecciones” señaló el  Dr. Cramon Taubadel, economista agrícola y profesor de la Universidad de Göttingen, Alemania.


  Laura Rodríguez Rodríguez

La agricultura es más que la producción de alimentos, pues conlleva la generación de bienes públicos, algunos voluntarios, otros involuntarios. Muchas veces, con efectos positivos como paisajes culturales, vistas escénicas, destinos turísticos y biodiversidad.

A la vez, puede implicar efectos negativos, sobre todo a nivel ambiental como la contaminación del agua subterránea, erosión de los suelos, emisión de gases con invernadero, entre otros.

Así lo describe Stephan v. Cramon Taubadel, profesor del Departamento de Economía Agrícola y Desarrollo Rural de la Universidad de Göttingen, Alemania, quien formó parte del IV Congreso virtual en Economía Agrícola y Agronegocios realizado por la Escuela de Economía Agrícola de la Universidad de Costa Rica (UCR) en noviembre.

En su conferencia “La evolución y futuro de la Política Agroambiental en la Unión Europea”, el Dr. Cramon Taubadel señaló las fallas que tuvo dicha política en su momento. De manera que, más que ser un modelo, hay una serie de lecciones que países  como Costa Rica, pueden aprender. 

“Una política de intervención para la potencial corrección de las fallas del mercado, debe implicar regulación de ciertos procesos y productos, subsidiando la producción de buenas condiciones, y gravando la producción de aquellas desventajas ambientales”, señaló.

La actual trayectoria de crecimiento de la producción agrícola es insostenible, ha advertido la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en la última década. Esta declaración no solo incluye a la sobreexplotación de las tierras y emisión excesiva de Co2, sino que abarca la problemática mundial de desperdicio de productos agrícolas y la escasez de recursos naturales , que cada vez es más presente.

Por esta razón, el economista agrícola insiste en que las políticas que adopten los países deben ser medibles, efectivas, eficientes, y que hay que preguntarse si “solo terminan siendo relaciones públicas para ‘imagen verde' del territorio”. 

Lecciones por aprender

La Unión Europea (UE) está conformada en su mayoría por países desarrollados, que pueden dar los subsidios justos a sus agricultores. Sin embargo, cuando se toman acciones amigables con el ambiente, deben ser estudiadas predeterminadamente y no suponer que solo reducirlas tendrá un impacto significativo, por el contrario, puede complicar la problemática.

El Dr. Cramon Taubadel comentó que fue hasta 1982 que se hicieron los primeros esquemas voluntarios agroambientales y siete años después se consideraron obligatorios. Es así, que en el 2000 que se introdujeron los pagos directos, y la política de desarrollo rural y desde entonces, se han incluido los ejes de restauración, preservación, mejoramiento de ecosistemas y el uso de recursos eficiente.

“Los agricultores tenían que cumplir ciertos estándares, por ejemplo, con el mantenimiento constante de las praderas o pastizales y dedicar el 5 % de la tierra a áreas de concentración ecológica”, señaló.

En Costa Rica podemos observar diversos escenarios naturales que acompañan a los paisajes de las zonas de cultivo. Promoverlos es una medida acertada en las políticas agroambientales, de acuerdo con el Dr. Cramon Taubadel. Foto: Archivo ODI.

No obstante, en una auditoría en el 2017, se indicó que con los esfuerzos hasta el momento, era difícil saber los beneficios significativos para el ambiente. “Lo cierto es que no hay nadie verdaderamente satisfecho, ni los ambientalistas ni los agricultores, ni los tomadores de decisiones ni el público en general”.

Es así que el Dr. Cramon señala el monitoreo y evaluación como la principal lección de la política agroambiental de la UE, ya que fue una de las principales debilidades. La falta de diseño experimental, grupos de control, recolección de datos antes de la implementación, el hecho de que algunos resultados son a largo plazo, etc. 

Además, el monitoreo y evaluación se concentró en los flujos de participación, no en el rendimiento. El economista agrícola señaló que no se trata solo de monitorear la reducción de las emisiones del dioxido de carbono, sino que también se necesita saber cuánto se reduce por cada euro invertido y si es posible alcanzar la máxima reducción con un presupuesto determinado.

No por esto, se debe dejar de lado los indicadores de participación que permiten una evaluación más sólida.

“Tener claro cuántos agricultores, cuántos y cuáles sectores; y poner atención a los  proyectos individuales altamente efectivos para entonces tener en cuenta los ingresos que sean medibles”, mencionó. 

Beneficios colaterales

A la fecha, la política de la UE ha enfatizado en la compensación para la provisión de los bienes ambientales, por ejemplo, le han dado más dinero a los agricultores para plantar flores y crear paisajes alrededor de los cultivos, así como para mantener el pastoreo de las vacas. De manera que, los agricultores están de acuerdo, siempre que sigan recibiendo subvenciones, pues es un ganar ganar.

Asimismo, el Dr. Cramon Taubadel enfatizó en la importancia de distinguir entre los efectos locales, los nacionales y los internacionales. “Por ejemplo, si Alemania aumenta la producción orgánica , incrementa la biodiversidad y reduce la emisión de gases… en Alemania, pero como la producción orgánica tiene rendimientos más bajos de alrededor del 34 %, eso significa que este país va producir menos comida”. 

 “Cuando queremos hablar sobre cambio climático, necesitamos cooperación internacional porque reduciendo la emisión del Co2 en un lugar, no significa necesariamente que a nivel global vaya a disminuir, pues puede incluso incrementarse”.

Dr. Stephan v. Cramon Taubadel, profesor de la Universidad de Göttingen, Alemania

 

Pero, la demanda se mantiene, esa comida tendrá que ser producida en algún otro país, lo que significa que en algún lugar se van a intensificar los mismos efectos negativos que se están tratando de reducir. 

Entonces a nivel global, los beneficios locales pueden significar el daño ambiental en otro lugar. "Estas implicaciones no son siempre consideradas cuidadosamente", comentó.

De manera que, un gasto sustancial pero condicionalidad débil, poca rigurosidad en la evaluación de eficiencia e impacto, genera insatisfacción y resultados poco claros en general. 

Este año, la Comisión de la UE ha establecido una propuesta para el 2021- 2027, a pesar de que el Dr. Cramon Taubadel señaló que quedan muchas preguntas abiertas y varios retos que resolver.

 

Valeria García Bravo
Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información
valeriaephc.garcia  @ucrkblz.ac.cr