Indudablemente la crisis sanitaria y social que ha generado la pandemia por la Covid 19 ha significado, entre muchas cosas, el gran reto de encontrar nuevas formas de relación para continuar con la prestación de un buen número de servicios, entre ellos los servicios de las bibliotecas de la Universidad de Costa Rica. Y la biblioteca de la Facultad de educación ha encontrado en este excepcional escenario una buena oportunidad para reinventarse y ser una ventana de apoyo a la comunidad costarricense.
Según la coordinadora de esta biblioteca, María Soledad Serrano Chaves, antes de la virtualidad en la que nos desenvolvemos hoy, esta biblioteca acababa de pasar por un proceso de reingeniería para concebirla más allá de un centro o espacio académico, y repensarla como un servicio a la comunidad. La pandemia vino a acelerar ese proceso.
Por lo anterior, este año 2020 se ha trabajado en una gestión técnica y de redes sociales para lograr convertir esta biblioteca en una ventana abierta a la comunidad del país, más allá de la comunidad universitaria de docentes y estudiantes. ¨Hemos tenido que reinventarnos por medio del uso de las redes sociales, para encontrar a esos usuarios diversos que buscan en nuestra biblioteca respuestas a sus consultas, pero ahora desde la virtualidad, y nos encontramos ante una comunidad más allá de la UCR, urgida de orientación, urgida de una alfabetización informacional¨.
Ante el encierro obligado por la pandemia, los usuarios de la biblioteca estaban deseosos de recibir capacitaciones y actividades, lo que condujo a asumir el reto de una innovación y crear una interactividad humana por medio de las redes sociales. Esto ha representado un proceso de reingeniería de los servicios bibliotecológicos para concebir la biblioteca como un servicio abierto a la comunidad, lo que ha implicado la inclusión de actividades lúdico creativas, promoción de los procesos de investigación, guía en la redacción de avances de proyectos de investigación,de acción social, y de docencia; y hasta de trabajos de estudiantes de secundaria.
Esta reingeniería de la biblioteca comunitaria de la facultad de educación ha significado nuevos servicios de apoyo a la salud emocional de los usuarios como, por ejemplo, libros virtuales, películas, actividades lúdicas, clubes de lectura, charlas sobre arte terapia, sobre cómo escribir artículos científicos, acceso virtual a obras de teatro y otras expresiones culturales; todo más allá de lo que la biblioteca había ofrecido habitualmente en la modalidad presencial.
¨La biblioteca de la Facultad de educación ha venido a contribuir en la satisfacción de la imperativa necesidad de los usuarios de no sentirse solos en este contexto de la virtualidad. Detectamos una significativa necesidad de acompañamiento en nuestros usuarios para sus búsquedas de información en un mundo actual que refiere drásticamente a la virtualidad, a lo que está on line¨ Por ello la biblioteca ha trabajado en capacitar a estudiantes, docentes y otros públicos externos a la UCR en las herramientas del sistema de bibliotecas de la universidad; así como en sus bases de datos científicas, que muchos de ellos no conocían.
La alfabetización informacional de los usuarios ha requerido de una orientación sobre cómo descubrir la información científica en el complejo mundo de la internet, en el cual hay fuentes de acceso libre y veraces; así como fuentes poco confiables o dudosas.
En el contexto del Coronavirus, la biblioteca ha apoyado la investigación al colaborar en la necesaria alfabetización informacional de los usuarios para que puedan buscar e identificar cuáles son las informaciones, los contenidos, las noticias pertinentes y fidedignas. Por ello, la biblioteca ha desarrollado en estos meses de pandemia una campaña en sus redes sociales para que los usuarios aprendan y alcancen una alfabetización informacional tan necesaria en estos contextos virtuales.
Los usuarios reciben también recursos audiovisuales producidos por el propio personal de la biblioteca como tutoriales, videos informativos, charlas, conferencias, digitalización de libros, entre otros, con el objetivo de apoyar la generación de conocimiento y el trabajo colaborativo, para construir juntos. Las actividades lúdicas, los talleres literarios y de promoción de la lectura, han sido herramientas exitosas en el actual contexto, llegando a reunir en ocasiones hasta a cuatrocientos usuarios en los espacios organizados por esta biblioteca.
Los esfuerzos de la biblioteca por continuar apoyando a sus usuarios han implicado actividades académicas en plataformas como Zoom, Facebook , Instagram, Twitter; según los públicos meta. Atienden escuelas y colegios y apoyan a diferentes bibliotecas escolares del país.
Para la coordinadora Serrano, estos meses han sido una oportunidad que les permitirá un replanteamiento del trabajo de la biblioteca, así como un reposicionamiento que les ubique a un nivel diferente a lo interno de la universidad y que les posibilite obtener más recursos y más personal para continuar con más apoyos para la sociedad.
También, agregó Serrano, esta nueva realidad a la que los bibliotecólogos y las bibliotecas se enfrentan representa todo un reto desde variados ángulos. El perfil del bibliotecólogo; la gestión técnica de los medios virtuales por los cuales se interactúa con los usuarios; personal capacitado en alfabetización informacional; personal capacitado en el manejo de redes sociales; todo ello exige dar un salto cualitativo en la concepción de una biblioteca.
La biblioteca desde siempre ha tenido en su filosofía de servicio la vinculación con la docencia y la investigación. Y por eso en este nuevo contexto de servicio se ha contado con el apoyo de docentes e investigadores de la UCR para los diferentes proyectos y productos. ¨Estamos logrando una vinculación con los académicos, con los expertos, y que la biblioteca sea ese puente de convergencia que facilita la transmisión y generación de conocimiento¨, destacó Serrano.
En todo este nuevo y desafiante contexto generado por el Coronavirus, el apoyo del decanato de la facultad, de sus docentes, y del Sistema de bibliotecas de la UCR, Sibdi, ha sido determinante. A ello se une también la coordinación con otras bibliotecas del Consejo nacional de rectores, Conare, e interacciones con otras bibliotecas de diferentes países.
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