Consecuencia del brote de coronavirus (Covid-19) declarado pandemia global recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y las medidas institucionales a nivel del Gobierno de la República (Decreto Ejecutivo 42227) y de de la Universidad de Costa Rica, se enmarca un contexto social de crisis que exige la búsqueda de soluciones prontas y pertinentes para continuar los procesos de enseñanza y aprendizaje, de ahí que las Instituciones de Educación Superior (IES) cuya modalidad educativa es presencial enfrentan retos inmediatos para acompañar al estudiantado y sacar adelante el curso lectivo.
Ante esta realidad la Facultad Educación de la UCR a través del Programa de Tecnologías Educativas para el Aprendizaje (Protea-UCR), realiza acciones permanentes para la inclusión transversal de las tecnologías educativas como parte de la mediación pedagógica en los diferentes cursos, contribuyendo con estrategias y recursos para que el ejercicio docente adopte diferentes niveles de virtualidad en este periodo de crisis y eche mano de la gran cantidad de recursos y aplicaciones disponibles para potenciar la mediación en ambientes virtuales.
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Desde esta visión, se realizan esfuerzos para ofrecer a la comunidad docente y estudiantil herramientas de trabajo que se adecúen a la virtualización de los cursos e información concerniente a las características y dinámicas en ambientes formativos de este tipo. Dichos recursos abarcan desde información y teoría básica para la mediación hasta acompañamientos sincrónicos y asincrónicos que asesoran en el uso de herramientas. Es necesario repasar brevemente dos términos:
En primera instancia la Educación virtual o eLearning reconocida como “el conjunto de espacios de enseñanza-aprendizaje virtuales que se desarrollan a través de una infraestructura de redes electrónicas en Internet, con la orientación de un tutor” conlleva una serie de requisitos que implican desde una propuesta pedagógica articulada, la forma de gestionar los procesos, el recurso tecnológico necesario, el rol que deben asumir las personas participantes (estudiantes y tutor virtual), entre otros para que los programas y cursos virtuales sean exitosos. Como todo proceso de comunicación, requiere de un emisor que conozca las herramientas, un mensaje claro sin interferencia y un emisor que tenga las capacidades cognitivas e instrumentales para recibir el mensaje e interpretarlo.
En segunda instancia el Entorno de Aprendizaje Virtual (EAV), entendido como un “espacio de comunicación que hace posible, la creación de un contexto de enseñanza y aprendizaje en un marco de interacción dinámica, a través de contenidos culturalmente seleccionados y elaborados y actividades interactivas para realizar de manera colaborativa, utilizando diversas herramientas informáticas soportadas por el medio tecnológico, lo que facilita la gestión del conocimiento, la motivación, el interés, el autocontrol y la formación de sentimientos que contribuyen al desarrollo personal”.
Los EAV suponen una garantía de continuidad del proceso educativo ante los retos de distanciamiento social, necesarios para sobrellevar con las menores bajas posibles esta pandemia del COVID-19. Sin embargo, existen características indispensables para cada uno de los actores en esta dinámica, que de no ser cubiertas en su totalidad, entorpecen la efectividad del proceso:
En primer lugar, existen requerimientos técnicos básicos; un dispositivo electrónico que permita el almacenamiento, transporte y transformación de la información, una conexión de Internet que permite descargar y subir datos, respaldo de la información y electricidad. Las instituciones debe garantizar la disponibilidad de recursos técnicos incluyendo mantenimiento de plataforma virtual y servidores, bases de datos, anchos de banda, funcionamiento del hardware y software, otros.
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En segundo lugar, el rol docente es fundamental para cumplir con el propósito del entorno virtual, su rol es de guía y promotor de la dinámica del proceso educativo. El perfil docente en la virtualidad debe reunir características como: sujeto creador, elemento motivador, conciliador, promotor de la participación y la integración, observador del proceso de aprendizaje, impulsor de ideas y organizado. Otras investigaciones señalan otros elementos, desde Protea se identifican como clave los siguientes cinco elementos:
1. Creación: Las actividades para garantizar la participación y apropiación de los nuevos conocimientos, requieren de una dedicada exploración, creación, adaptación y evaluación.
2. Motivación: Si bien los entornos virtuales persisten a pesar de la distancia, esta misma puede provocar que se conviertan en espacios solitarios y fríos. Es necesario mantener la motivación de quienes participan con evidentes muestras de interés desde la docencia.
3. Conciliación: El trabajo colaborativo y en red es garantía de una participación activa y consciente en el entorno virtual, la persona docente debe invitar en todo momento a la reflexión, crítica y discusión.
4. Observación participante: El entorno virtual le permite al docente conocer y estudiar las reacciones en el grupo, por lo que es necesario que evalúe, retroalimente y acompañe al estudiantado.
5. Organización: el éxito en un entorno virtual es equivalente a la organización de quien lo gesta, conlleva una planificación exhaustiva que incluye el momento previo a la apertura del entorno (selección de materiales y actividades), durante el entorno (facilitar la reflexión y discusión, contestar a preguntas o comentarios) y al finalizar el mismo (entregar una evaluación y en la medida que permita el entorno, un material para el grupo).
Manejo de horarios. Se debe generar un horario de atención mente al entorno y las consultas de estudiantes, en el que se respete la intimidad de convivencia de la persona docente, pues puede ser fácilmente absorbida por las demandas del entorno.
Consulte los insumos que desde la Universidad de Costa Rica se están proporcionando. Ejemplo de esto es el trabajo de la Biblioteca de la Facultad de Educación que se adapta y acompaña el proceso docente y estudiantil de virtualización, poniendo a su disposición los recursos de información científica, en formato digital, que ofrece el Sistema de Bibliotecas Documentación e Información (SIBDI-UCR) y otras fuentes confiables de acceso abierto a la comunidad universitaria. Igualmente en el sitio web de Protea-UCR pueden consultar los recursos abiertos disponibles y las guías de uso de herramientas de apoyo para la virtualización.
Por último, en tercer lugar se encuentra el rol estudiante, razón de ser la Universidad de Costa Rica y público meta del entorno virtual, este asume un rol protagónico, requiere de máximo compromiso con este espacio de aprendizaje lo cual es fundamental para la generación de nuevos conocimientos, se requiere del estudiante disposición para aprender desde la autonomía. Complementando con investigación, discusión y consultas el material proporcionado por la persona docente. Todas las actividades que se planifiquen deben procurar una actitud reflexiva individual hacia el proceso, a partir de las interacciones colectivas, como respuesta del estudiante.
A modo conclusión, en estos tiempos de crisis las IES deben realizar modificaciones en el proceso de aprendizaje presencial y recurren a los EVA o herramientas de virtualización como una alternativa para satisfacer las necesidades de la comunidad universitaria y así potenciar el proceso educativo tomando en cuenta las ventajas de la misma como lo son: la eliminación de barreras de espacio y tiempo, la persona estudiante como centro del aprendizaje potenciando competencias como el autoaprendizaje, trabajo colaborativo, la criticidad, autogestión, entre otros.
Todo esto supone un gran reto para la persona docente de la Facultad de Educación, no obstante no está sola, en este proceso Protea-UCR le acompaña.
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