El sentimiento de descontento, generado principalmente por la situación económica del país, predomina entre la población costarricense. Así lo revela este miércoles 11 de septiembre la más reciente encuesta del Centro de Investigación en Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La medición, realizada entre 26 y el 29 de agosto anteriores, por medio de encuestas telefónicas, se basó en un muestreo aleatorio a números celulares que permitió consultar a 983 personas mayores de 18 años ubicadas en todas las provincias del territorio nacional.
Según los resultados obtenidos, un 71 % de las personas consultadas reconoció un descontento intermedio de cara a la coyuntura del país, mientras que un 24 % catalogó su malestar como alto y apenas un 5 % lo consideró bajo.
Las principales causas de esta percepción negativa de la población están directamente vinculadas con el panorama económico, pues un 85,3 % reconoció su pesimismo respecto a las oportunidades para conseguir trabajo y un 81,9 % sobre el rumbo del país.
Se evidencia también una clara desaprobación sobre el desempeño actual de los gobiernos y de las instituciones. Un 70,5 % señala su descontento respecto al funcionamiento de la presente Asamblea Legislativa, lo mismo que un 68,9 % en torno a la labor del presidente Carlos Alvarado.
Según Ronald Alfaro, investigador del CIEP-UCR, aunque es innegable que existe en la población un sentimiento de descontento general, llama la atención que “no todas las personas están descontentas en la misma intensidad”.
El descontento es mayor entre las personas de mediana edad y entre quienes residen fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM). Al mismo tiempo, se evidencia una mayor preocupación en torno al panorama del país entre las personas sin empleo.
Alfaro explica que el malestar percibido es menor en la población más joven, específicamente entre las personas menores de 35 años, residentes de la GAM y que cuentan con educación universitaria.
“No es posible pensar que todos los ciudadanos tengan los mismos niveles de malestar, porque el malestar variará de acuerdo con las condiciones particulares de las personas y esas diferencias de edad, educación y localidad salen a la vista muy claramente en temas de insatisfacción”, explicó Alfaro.
Según el análisis del CIEP-UCR, hoy el desempleo ocupa el primer lugar entre las preocupaciones expresadas por la ciudadanía, seguida por el costo de la vida y la mala gestión de los gobiernos, respectivamente.
Mientras que el desempleo aparece como un malestar permanente desde julio del 2014, esta es la primera vez desde enero del 2018 que la labor gubernamental figura entre los principales problemas del país.
En el marco de este descontento, la valoración negativa de la gestión del presidente Carlos Alvarado pasó de 36 % en agosto del 2018 a un 65 % actualmente, mientras que el apoyo ciudadano a su labor decreció de un 35 % a un 21 % en los mismos periodos.
En una escala de 0 a 10, donde el 10 sería la mejor evaluación, la calificación general dada por los costarricenses al máximo jerarca gubernamental pasó de una nota promedio de 5.0 a un 3.9 en la más reciente encuesta.
“En este periodo, la imagen del presidente ha salido desgastada como resultado de los diferentes acontecimientos que ha tenido que atender y que han reducido la confianza de la gente en su gestión”, explicó el investigador del CIEP-UCR.
La medición del CIEP determinó que, pese a que existen altos niveles de descontento social, el malestar de la población aún no ha derivado en una crisis de legitimidad de la democracia como modelo de gobierno.
El apoyo al sistema democrático es de un 85 % entre las personas con bajo descontento y de 70 % entre quienes reconocen un mediano malestar. La posición de estos sectores merma el impacto de quienes sienten alto descontento y apoyan en apenas un 46 % la democracia.
Al hablar de tolerancia política, los encuestados que reconocieron un bajo descontento expresan un apoyo del 65 % al hecho de lidiar con ideas diferentes a las suyas, al igual que un 57 % y un 54 % de las personas con descontento medio y alto, respectivamente.
La encuesta determinó, además, que el malestar ciudadano impacta en el apego a los discursos vinculados con la identidad política costarricense. Las personas con alto descontento manifiestan menor respaldo a la idea de que el país es libre y democrático, pacífico y protector de la naturaleza.
Por su parte, las personas con bajo y mediano descontento señalaron un mayor apego y creencia en estas percepciones que según Alfaro, más allá de que sean reales o no, han generado un impacto significativo en el imaginario nacional.
El investigador afirmó que, aunque el estudio evidencia que sigue existiendo un importante apego a la democracia entre los costarricenses, este modelo podría verse afectado por el descontento social que en este momento figura como una amenaza latente.
Alfaro llamó la atención respecto al hecho de que el malestar de la ciudadanía puede ser movilizado por sectores o líderes sociales hacia conductas radicales antidemocráticas que impacten en la democracia, la paz social e, incluso, coloquen en crisis la estabilidad del país.
“Es innegable que la gente está descontenta, pero lo que sabemos hasta ahora es que cuando la gente piensa en los valores y principios sigue creyendo que la democracia es la vía para resolver el malestar y la insatisfacción social”, concluyó.
La nueva encuesta del CIEP abarca a un 97.5 % de la población y cuenta con un margen de error de 3,1 puntos porcentuales.
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