"Entender las motivaciones y limitaciones de los pacientes, su estilo de vida, actividades diarias y hasta sus creencias es parte fundamental para mejorar el bienestar de la población", señaló Glenda Villalobos Fallas, docente de la Escuela de Nutrición de la UCR y máster profesional en Nutrición Clínica de las Enfermedades Crónicas no Transmisibles.
“No nos quedemos solo con lo que nos enteramos en el consultorio”. Esta fue una de las invitaciones que nutricionistas graduadas de la Universidad de Costa Rica (UCR) hicieron en el marco de la celebración del vigésimo aniversario del Programa de Posgrado en Nutrición Humana.
En esta ocasión, exalumnas de la Escuela de Nutrición recordaron cómo sus objetivos han cambiado desde que empezaron como estudiantes, hasta ser profesionales y, posteriormente, cuando volvieron a estudiar para lograr su maestría. Estos cambios en los objetivos de las especialistas se dieron como parte de su interés para mejorar el bienestar costarricense, y con el propósito de enfrentar los retos que se les presentan todos los días al ejercer su profesión.
Uno de esos casos es el de Marlene Montoya Ortega, una máster que trabaja con niños y madres guanacastecas. Ella compartió con sus colegas la importancia de la interdisciplinariedad, tanto en la formación académica como en el quehacer del día a día, pues es en ese momento cuando se da cuenta de lo necesario que es abarcar más allá de una dieta saludable.
“El trato a los niños va más allá de valorar solo su estado nutricional. Tenemos que ver cómo cambiamos la atención de las madres. También, ir más allá de estudiar el componente alimentario e involucrarnos en la parte de la estimulación y en el desarrollo neurosensorial de la población infantil”, señaló Montoya.
En el 2010, el Programa creó la Maestría en Gerencia de la Seguridad Alimentaria y Nutricional (Mgsan) junto con la Universidad Nacional (UNA). Esta maestría llegó a innovar por su modalidad internacional, pues da la oportunidad de compartir conocimientos con países de la región latinoamericana como Colombia y Ecuador y República Dominicana. Además, su estudio es totalmente virtual.
“Nuestro objetivo es especializar en el campo de alimentación y nutrición humana. Pero, nos quedaríamos cortos si no analizamos los cambios en la estructura demográfica del país, su perfil epidemiológico y sus cambios a nivel cultural, los cuales nos llevan a buscar nuevas modalidades de posgrados que nos permitan generar profesionales que aporten en las áreas que la población necesita”.
M.Sc. Elena Ureña Cascante, directora del Programa.
Precisamente, esa última característica fue a la que Priscilla Granados Cárdenas le sacó provecho. Ella admitió que mediante la tecnología se ayuda a agilizar el proceso de formación, a la vez que conecta los conocimientos con profesionales extranjeros de diferentes disciplinas.
“Es muy enriquecedor abordar, a través del trabajo en equipo, una misma problemática desde la Mgsan pero en diferentes partes del mundo. Tuve la oportunidad de salirme de mi zona de confort y del consultorio. Logré encontrar la manera de prevenir un problema desde el inicio e involucrarme más en el proceso, antes de poner un alimento en el plato. Es decir, no esperar a que los pacientes lleguen con un problema, sino prevenirlo”, indicó Granados.
Actualmente, la Escuela de Nutrición cuenta con tres maestrías: la Msgan, la Mestría Académica en Nutrición para la Promoción de la Salud, y la Mestría Profesional en Nutrición Clínica de las Enfermedades Crónicas no Transmisibles. Los tres buscan intervenir en la cotidianidad de los costarricenses para aportar en una mejor calidad de vida de acuerdo con sus condiciones culturales y socioeconómicas.