De verbo fácil, directo y seguro de lo que piensa, a sus 18 años Fabrizio Salas Ramírez tiene claridad sobre su futuro académico. Aspira a dedicarse a la ciencia, específicamente en campos de la física como termodinámica cuántica y en física de altas energías.
Sus triunfos se remontan a la etapa escolar y hasta hoy, como estudiante universitario, no cesan. En julio pasado, Salas obtuvo una medalla de bronce en la Olimpiada Internacional de Química, celebrada en París Francia, donde acudió como único representante del país.
El joven, procedente de Grecia, Alajuela, obtuvo en el 2018 el primer promedio en la prueba de admisión de la Universidad de Costa Rica (UCR), donde ingresó a la carrera de física. También estuvo entre los primeros lugares en la escuela y en el colegio y el año pasado quedó en el puesto 14 a nivel nacional en el bachillerato de conclusión de la secundaria.
Su vocación para las ciencias naturales le surgió mientras era estudiante en el Colegio Científico de Alajuela, del que el joven destaca su exigencia académica.
“De adolescente nunca sentí pasión por las ciencias básicas, no me llamaban la atención. Creí que nunca me iba a dedicar a eso. Cuando tenía 12 años quería ser neurólogo y después pensé en antropología o historia”, comentó.
“Mis papás siempre me han apoyado en todo lo que yo pensaba que era mejor para mí”, dijo, como cuando se cambió del Liceo Experimental Bilingüe de Grecia al Colegio Científico de Alajuela. “Pensé que era una buena opción para mi vida académica, aunque no tuviera claridad en ese momento de lo que quería hacer”, agregó.
El estudiante es hijo mellizo. Su hermana Xochitl estudia Terapia Física en la UCR.
Él no solo tiene un gran interés por la física -“es la ciencia fundamental y la más general”-, sino que además es una apasionado de la lectura de libros de historia y de novelas de ficción. “Me he dado cuenta que la cultura general del estudiante promedio en Costa Rica es bajísima”, corre a aclarar.
Desde el 2017, Salas participa en las olimpiadas, tanto nacionales como internacionales. En ese año y en el 2018 ganó medallas de oro y de plata en las olimpiadas nacionales de Física y de Química.
En la Olimpiada Internacional de Química, realizada del 21 al 30 de julio, participó por primera vez, una justa que el estudiante califica como “muy fuerte” para el nivel de lo que los estudiantes de secundaria del país reciben en esta disciplina. En la actividad le tocó competir con más de 300 jóvenes de países como Rusia, Japón, Corea, China, Reino Unido, Estados Unidos y Singapur.
Costa Rica ha ganado ocho medallas en total en esa Olimpiada: siete de bronce y una de oro en el 2010. Aunque hubo varios países latinoamericanos que obtuvieron medallas este año, la región sigue estando muy rezagada en comparación con Asia y Europa, admitió.
La Olimpiada Internacional de Química es un proyecto que impulsan las universidades públicas, el Ministerio de Educación Pública y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones.
En esta oportunidad, acompañaron a Salas en su participación en Francia los profesores de química de la Universidad Nacional, José Vega Baudrit y Gilberto Piedra Marín.
“En el país los procesos de olimpiadas mejor organizados son Matemática y Biología. Les dan más seguimiento a los estudiantes. En física y química solo hay un examen clasificatorio y la preparación es casi autodidacta”, aclaró Salas.
Él considera que se debe promover más la participación de estudiantes en procesos de olimpiadas, especialmente de las mujeres, que siguen siendo minoría en las áreas de ciencias básicas. "En matemática y en biología es en donde hay más participación femenina. En física se piensa que esta es una ciencia para hombres”, opinó.
Fabricio dirigió un mensaje a los colegiales, que en los últimos meses han enfrentado problemas en algunos centros educativos debido a diferencias con las políticas de Gobierno. “Costa Rica es un país que tiene la virtud de la educación pública. Esta es una oportunidad que debemos aprovechar, es el futuro, sin educación no hay nada después”, destacó.
“A ellos les digo que le pongan mucho esfuerzo, muchas ganas, nunca es fácil el camino, pero al final uno logra hacer cosas. No hay que pensar en las recompensas, sino hacer lo que a uno le gusta y le apasiona”, concluyó.