¿Cuáles son los desafíos y propuestas para construir una relación universidad-sociedad en el contexto político actual? Esta fue una de las preguntas motivadoras que dirigieron un fructífero debate entre personas de las comunidades universitarias del País Vasco y América Latina convocados a un foro virtual de intercambios de experiencias y prácticas en universidades de la región.
En el encuentro virtual denominado “La relación Universidad-Sociedad: Desafíos actuales, aprendizajes y propuestas”, que constó de cuatro sesiones entre el 17 de junio a 14 de julio del 2019, participaron 31 personas de Costa Rica, el País Vasco, Colombia y Paraguay. Fue coordinado por la Fundación Social Emaús, con sede en el País Vasco, el Centro de Estudios y Publicaciones Alforja, Costa Rica; y la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (VAS-UCR).
Dicha fundación acopia y comparte experiencias, prácticas y saberes relacionados al concepto de una universidad transformadora mediante su proyecto Ekimiun, en una labor conjunta con otras instituciones educativas, sociales, políticas y económicas. La propuesta de trabajo planteada se enfoca en un proceso vivo, participativo, horizontal y empoderador para sumar fuerzas y saberes y crear una nueva ruta para hacer las cosas.
Los temas abordados en las sesiones fueron los dilemas y desafíos en las relaciones universidad-sociedad hoy, el papel de la extensión/Acción Social universitaria y su relación con la docencia y la investigación, y finalmente, la sistematización de experiencias y la producción de conocimiento desde una perspectiva de ecología de saberes.
Alberto Gastón, director del Área de Economía Solidaria de Fundación Social Emaús, afirmó en la sesión de bienvenida que “las universidades están sometidas a diferentes presiones obligadas a atender modelos de excelencia, rankings, meritaje, etc.; pero ¿acaso no existen espacios de oportunidad para poder recoger otras formas de hacer? Seguro que podemos descubrir alguna”.
En los debates virtuales las personas foristas coincidieron en que existen presiones de los sectores políticos y empresariales regionales para convertir a las universidades en maquinarias productoras a la medida de las cámaras empresariales.
Estos grupos, desde un enfoque utilitarista, conciben la educación superior como gasto en vez de considerarse una inversión social. Por ello, toda Iberoamérica es recorrida por un discurso de reducción de los presupuestos necesarios y se socava mediante campañas mediáticas la confianza de la ciudadanía en la educación superior y se invisibilizan sus aportes a la sociedad.
La Dra. Monike Gezuraga, docente e investigadora en la Universidad del País Vasco, afirmó que “nos movemos en un espacio excesivamente burocratizado y mercantilizado, donde, en ocasiones, acabamos "produciendo” aquello que la sociedad no exactamente necesita/prioriza/nos pide.”
Heidy Ávalos Fernández, docente del Recinto de Golfito de la UCR, recalcó dicho punto alcalificar de represivo el proceso al que están sometidas las universidades públicas. “Se gesta a nivel político, se busca silenciar a estas entidades mediante la disminución de presupuestos y procesos de desacreditación de las labores realizadas, así como la falta de visibilización de los logros alcanzados. Lo cual se encuentra claramente dirigido a menoscabar a las universidades públicas con el objetivo de que pierdan la credibilidad ante la población. Este primer punto me lleva directamente al otro, y es el hecho de que la universidad se encuentra "adormecida" no se percibe la fuerza por las luchas sociales, tanto para defenderse, como para defender diferentes luchas sociales que se gestan dentro de nuestra sociedad costarricense, como lo hizo antaño”.
Para la educadora popular y académica paraguaya, Cira Novara, “es fundamental ver, analizar y comprender los mecanismos y procesos perversos llevados adelante por el capitalismo para apoderarse de la educación en todos sus niveles, asumiendo que la misma constituye un elemento fundamental para su afianzamiento y sostenibilidad. A esto se le suma el poder definir como sector comprometido con el cambio, el modelo de sociedad que queremos y dentro de ella: qué educación precisamos para construirla, para como Universidad, ser parte de ese proceso dialéctico de revisión, deconstrucción y construcción del ser hombre y ser mujer, de la educación superior, en este caso”.
Entre los puntos discutidos durante el foro estuvo el desafío de pensar a las universidades como entidades que promuevan liderazgos comunitarios para la transformación social, pese a las presiones mercantilistas que sustentan los discursos políticos dominantes.
Para Fernando Bermúdez Kuminev, docente investigador de la Sede del Caribe de la UCR, “un desafío significativo es desarrollar espacios de diálogo más permanentes con las comunidades para hacer lecturas más completas de lo que las personas están viviendo y como piensan que pueden solucionar los problemas”.
A criterio del profesor Bermúdez, se debe repensar el trabajo estudiantil para que trascienda de un mero requisito académico y la producción de conocimientos intramuros. Bermúdez apuesta por el pensamiento reflexivo y el sentido crítico a la hora de vincularse con las comunidades, en un proceso de interlocución en ambas vías.
Esa universidad transformadora tiene como pilares fundamentales la creación de lazos con esas comunidades, organizaciones y movimientos sociales. Es posible, “mostrar con la práctica que la universidad puede facilitar, legitimar y fortalecer procesos de innovación y transformación social teniendo como interlocutores preferenciales a las organizaciones e iniciativas que protagonizan alternativas emancipadoras”, acotó Zesar Martínez, sociólogo de la Universidad del País Vasco.
En este enlace está disponible la memoria del foro “La relación Universidad-Sociedad: Desafíos actuales, aprendizajes y propuestas”.
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