El psicólogo colombiano Fernando Moreno Dulcey de la Universidad de Icesi visitó la Universidad de Costa Rica (UCR) con motivo del 5to Congreso Regional Latinoamericano de Psicología Intercultural celebrado del 16 al 19 de julio anteriores.
El académico se refirió a los nuevos enfoques que, en su criterio, deberán tomar los sistemas de educación latinoamericanos para buscar un proceso educativo donde las niños y niñas tengan un rol más activo durante el proceso de enseñanza.
Moreno examinó también el papel que desempeña en la región el tema cultura a la hora de desarrollar políticas públicas dirigidos a los infantes. Desde su perspectiva, la niñez de cada país es diferente y requiere de políticas diferentes para ser atendida.
El profesional ha participado en múltiples investigaciones relacionadas con la niñez y la pedagogía desde una perspectiva de la psicología cultural. Además, ha obtenido múltiples premios como resultado de sus investigaciones en psicología y desarrollo.
Para este 5to Congreso Regional Latinoamericano de Psicología Intercultural, Moreno fue invitado como ponente, por tratarse de uno de los jóvenes valores en psicología en el ámbito latinoamericano.
–¿Qué implicaciones tiene la cultura de un país u otro en el desarrollo y el aprendizaje de la niñez?
Fernando Moreno (FM): "Cuando se habla de implicaciones, uno asume que la cultura está generando diferencias. Eso en cierta medida puede ser cierto, pero lo que yo plantearía es que uno no puede separar la cultura del desarrollo, y aquí no hablo sólo de la niñez sino de los seres humanos."
El desarrollo humano está tan relacionado con la cultura que no se puede estudiar el desarrollo como un fenómeno global, sino que hay que entenderlo en cada cultura. No se trata de una afectación, sino de un entretejido en el que no se puede separar el desarrollo de la cultura.
Eso tienen obviamente implicaciones más amplias, porque no se puede tener una política universal para la niñez y si es que se tiene, debe ser una política realmente respetuosas de las culturas no dominantes.
La mayoría de las políticas públicas sobre la infancia, la niñez y el desarrollo cuentan con esa mirada, sin embargo, en la manera en cómo se evalúa a los niños en la vida práctica, esa noción cultural no es tan clara, realmente hay una pretensión de evaluar la niñez con los mismos estándares en todos los países y todas las culturas.
–Su trabajo reconoce la importancia de considerar al niño o la niña como un sujeto activo durante el proceso de enseñanza. ¿Qué consecuencias puede generar esto?
FM: No puedo pensar en consecuencias negativas aunque seguramente las habrá, lo que yo creo es que la transformación de esa mirada va a transformar completamente las instituciones educativas.
Cuando uno cambia su mirada para entender al niño como un sujeto activo, lo tiene que poner necesariamente en otro rol, ya no como alguien que está adquiriendo información pasivamente, sino que es un niño que está completamente involucrado en su propio aprendizaje, entonces eso tendrá que cambiar las dinámicas magistrales.
Habrá que desarrollar experiencias educativas en las que los niños se involucren en el diseño de las actividades educativas en las que quieren participar y en las que están interesados.
Una manera práctica de hacer eso es algo que vi en un lugar en Cali, donde la primera semana de clases lo único que hacen es preguntarle a los niños qué quieren aprender ese año. Ya después de un proceso de negociación en el que los niños participan los maestros se ocupan también de los aspectos curriculares asociados a cada años escolar, pero poner a los niños en ese lugar es reconocer el valor que tiene para ellos su propio interés y que sus intereses son válidos para la escuela.
–¿Qué deben aprender de esta perspectiva los países latinoamericanos y en especial Costa Rica?
FM: Atendiendo a lo que estaba diciendo antes yo invitaría a las autoridades de Costa Rica a la reflexión y a revisar si la inclusión de una perspectiva cultural sobre el aprendizaje y el desarrollo está teniendo o no implicaciones prácticas en las aulas de clase.
Uno lo puede encontrar en la legislación datos sobre cómo está reglamentada la educación en cada país, pero de ese paso hay que hacer evaluaciones sobre si eso ocurre o no. Porque sino solamente se cumple con un requisito y un interés mundial, pero no trasciende a ninguna práctica.
La invitación sería a las autoridades en primer lugar, pero también a los maestros y a los actores y agentes educativos. Los cambios no siempre vienen de la política pública, sino que se pueden hacer reflexiones desde las escuelas y desde las aulas de clase.
–¿Cómo pueden aportar el 5to Congreso Regional Latinoamericano de Psicología Intercultural a la discusión sobre el perfeccionamiento de los procesos de aprendizaje?
FM: Obviamente uno tiene contacto con las otras ideas de otros profesionales, pero eso tiene una implicación y es que uno puede establecer redes de trabajo.
Otra cosa que considero importante y por lo cual estoy acá es que uno empieza a ver que en Latinoamérica se hacen muchos trabajos interesantes pero no tenemos la capacidad de mostrar esos trabajos a gran escala.
Yo creo que este evento sirve para fortalecer redes de trabajo entre académicos, pero esas redes tienen que articularse con agentes educativos, instituciones oficiales entre otros y esperemos que eso permita la transformación de prácticas de educación en nuestros países.
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