En el contexto de una economía desacelerada, un estudio del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica revela que promover un aumento en la demanda por servicios portuarios podría generarle al país más de 5 500 empleos e ingresos por hasta un 1,86 % del producto interno bruto.
En el estudio “Desarrollo portuario y transformación productiva en Costa Rica: los casos de Puerto Moín y Puerto Caldera", los investigadores Luis Vargas Montoya y Rafael Arias R. ofrecen un documento con el que evidencian que esta industria tiene alto potencial para reactivar la economía y generar nuevos empleos.
La propuesta busca romper con la estructura espacial costarricense que muestra históricamente una fuerte tendencia de concentración económica y demográfica en la Gran Área Metropolitana (GAM), mientras que el resto de las regiones del país presentan menores niveles de desarrollo relativo, y no se han definido políticas estratégicas de transformación productiva y aprovechamiento de las ventajas competitivas que estas otras zonas geográficas ofrecen.
Luis Vargas Montoya, investigador del IICE-UCR
Sin embargo, los puertos en el Caribe y Pacífico costarricense son las principales ventanas del país a la economía mundial y tienen alto potencial para generar encadenamientos productivos para el dinamismo de la economía. Al evaluar la capacidad actual y futura de los puertos para responder a las necesidades del desarrollo económico, se evidencia que el transporte marítimo sigue siendo el principal medio de trasiego de bienes exportados e importados y que la tendencia es creciente a nivel mundial en las últimas cuatro décadas (UNCTAD, 2017).
Solo en Costa Rica, entre el 2009 y el 2016, en promedio, el 56 % de las exportaciones se realizaron por vía marítima y contrario a la tendencia y la importancia de esta industria, el país presenta un rezago en infraestructura marítimo-portuaria. El país ocupa la posición 96 de 137 países considerados en cuanto a competitividad en infraestructura portuaria según el Foro Económico Mundial, 2017.
La investigación de la UCR advierte que la industria marítimo-portuaria genera un alto estímulo sobre la demanda de bienes finales de otras industrias y, consecuentemente, sobre la economía en su conjunto. En un ejercicio prospectivo, se observa que un incremento de 10 % en la actividad de esta industria podría generar cerca de 5 500 empleos. Asimismo, se muestra que una inversión de la magnitud de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) en el Pacífico costarricense podría aumentar el volumen exportado hasta en 12,65 % e incrementar el PIB en 1,86 %.
Los investigadores hacen recomendaciones de política pública, pues el estudio es contundente en la importancia de apostar por la inversión en infraestructura marítimo-portuaria como una estrategia para dinamizar la economía costarricense y contribuir a erradicar las crecientes tasas de desempleo que nos aquejan.
Puerto Caldera está casi colapsado y las razones son legales, lo cual está fuera de toda lógica cuando hay oportunidades de crecimiento en cada puerto. Al respecto, los investigadores consideran que deberían darse esfuerzos por simplificar los trámites para dinamizar la industria. Además, recomiendan hacer más eficientes los mecanismos de inversión a través de las alianzas público-privadas.
Para que esta transformación productiva sea viable, el investigador Rafael Arias cree que, además, es necesario hacer política productiva en los territorios costeros para el desarrollo de clústeres o parques industriales y servicios públicos eficientes para la atracción de inversión extranjera directa (IED). Para esto se requiere un marco regulatorio.