El biólogo Bernal Rodríguez Herrera, profesor e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR), es el primer costarricense que obtiene el Premio Aldo Leopold, que concede la Sociedad Americana de Expertos en Mamíferos (ASM, por sus siglas en inglés), por su labor en favor de la conservación de estos animales y sus hábitats.
El galardón fue anunciado durante el acto de cierre del congreso anual y la celebración del centenario de la ASM, realizado el 2 de julio en el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian, en Washington, DC., Estados Unidos.
La ASM destacó la trayectoria de Rodríguez y sus aportes al conocimiento científico de los mamíferos. Sobresale su labor como formador de estudiantes en la UCR y en toda Centroamérica, fundador y coordinador de la Red Latinoamericana de Conservación de Murciélagos y su trabajo de investigación y divulgación en la Reserva Biológica Tirimbina, en Sarapiquí, Costa Rica.
“El Premio Aldo Leopold para mí es un reconocimiento a la visión que he tenido y forjado de formar a estudiantes y de hacer investigación de calidad. Yo lo recibo como algo que espero llene de esperanza a muchos estudiantes jóvenes de América Latina”, expresó Rodríguez desde Washington, quien se mostró sorprendido por el reconocimiento.
En su cuenta de Twitter, la ASM felicitó al investigador costarricense y aseguró que Aldo Leopold es conocido por su famosa filosofía sobre la Tierra y es considerado el “padre” de la ecología y el manejo de la vida silvestre.
Rodríguez realizó su bachillerato en Biología en la UCR y el doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En ese lapso fue becado por el Instituto Smithsonian para trabajar en Washington DC y en Manaos, en el estado de Amazonas, en Brasil.
Mientras cursaba su primer año en la Escuela de Biología, en 1990, fue cuando el científico se apasionó con el estudio de los murciélagos, lo que lo motivó a trabajar en el Museo de Zoología de la UCR y en el Museo Nacional, en las colecciones de mamíferos.
"Recuerdo que en el curso de Zoología la primera vez que vi a un murciélago con sus alas lindísimas, me hice muchas preguntas. Me parecía magia ver a un bicho que uno no observa normalmente. Era un grupo (de animales) muy abandonado por la ciencia”, rememoró.
Actualmente, Rodríguez imparte el curso de mamíferos en esa misma Escuela y dirige tesis de estudiantes sobre diversas poblaciones de mamíferos, como murciélagos, ratones y mapaches.
Recientemente concluyó un proyecto de investigación sobre murciélagos en Brasil, con financiamiento del Gobierno de ese país, que desarrolló durante cuatro años junto a la Universidad Federal de Río Grande del Norte. En esta iniciativa participan dos estudiantes costarricenses, que realizan sus estudios de doctorado. Uno de los logros más importantes del proyecto consiste en que se reconocieran unas cuevas como sitios prioritarios para la conservación de estos mamíferos en una zona poco estudiada.
Asimismo, el biólogo es el encargado de efectuar cada año la actualización de las listas de especies de mamíferos de Costa Rica para la conservación.
Sus publicaciones científicas sobrepasan las 70, en su mayoría acerca de los murciélagos.
Alrededor de estos mamíferos, Rodríguez ha realizado una fuerte labor de proyección social para dar a conocer el conocimiento y sensibilizar a la población, especialmente a la niñez, en torno a la conservación de los mamíferos. “El Programa de Conservación de Murciélagos en el más fuerte. Hemos organizado un grupo estudiantes y junto con ellos brindamos charlas y talleres en distintos lugares y eventos”, detalló.
Este trabajo con las comunidades también le valió en los años 2012 y 2014 ser el ganador del Premio Whitley, conocido como el “Oscar verde” de la conservación, que otorga la Whitley Fund for Nature (WFN). Durante esos años, el investigador recorrió los países centroamericanos, junto a sus estudiantes, para ofrecer talleres y promover la conservación de los murciélagos. De esta experiencia surgió el libro Murciélagos y techos.
“Yo creo que el trabajo tiene dos ejes: por un lado generar conocimiento, que es la investigación, y por el otro hacer que ese conocimiento llegue a la sociedad para que la gente adquiera sensibilidad hacia los mamíferos y ayude a conservarlos”, concluyó.