Transcurría el año 1988 cuando el huracán Joan azotó la zona sur de Costa Rica y causó pérdidas millonarias, 30 000 personas evacuadas y más de 20 fallecidos. Este hecho fue catalogado como uno de los peores desastres que ha sufrido Centroamérica.
En esta situación de emergencia, la Universidad de Costa Rica (UCR) fungió un rol trascendental para atender a las personas afectadas, pues sus funcionarios atendieron a los damnificados y sus instalaciones sirvieron como albergues.
Como resultado de este desastre, la UCR decidió formar la Brigada de Atención Psicosocial, proyecto que fue impulsado desde sus inicios por la psicóloga Lorena Sáenz, quien hasta hace poco fungió como su directora.
Esta iniciativa universitaria se ha mantenido vigente hasta el día de hoy y brinda atención a todas aquellas personas que han resultado afectadas por situaciones de emergencia. Su trabajo se ha extendido por todo el territorio nacional e incluso han colaborado más allá de las fronteras costarricenses.
Según el codirector de esta instancia, el M. Sc. Marco Carranza, a través de los años, la Brigada ha mejorado su funcionamiento mediante el trabajo articulado con los sistemas nacionales de atención de riesgo y las líneas para comunicarse con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Además, el hecho de compartir la dirigencia con la M. Sc. Jimena Escalante ha permitido diversificar su gestión, pues mientras Carranza se encarga de planificar y atender los riesgos, su colega se ocupa de temas como la psicología de grupos.
El académico asegura que, en sus inicios, el equipo se limitaba a atender a las personas afectadas en las horas siguientes a los desastres. Sin embargo, actualmente, realiza un acompañamiento exhaustivo que en algunos casos puede extenderse por más de 12 meses.
Entre las situaciones de emergencia donde este grupo ha brindado sus servicios se encuentran terremotos, inundaciones, huracanes, tormentas tropicales y deslizamientos, entre muchos otros acontecimientos.
El área de trabajo de la Brigada de Atención Psicosocial no se limita a desastres, pues una de las situaciones más complejas que han atendido fue el crimen perpetrado en enero del 2017 contra cinco jóvenes en Liberia, cuatro de ellos estudiantes de la UCR.
Para la atención de esta crisis, los brigadistas se trasladaron constantemente al cantón guanacasteco durante más de 12 meses, tiempo en el cual brindaron soporte psicosocial a las familias afectadas por el acontecimiento.
“El equipo llega a los diversos lugares para articularse y ayudar, así lo hicimos en Liberia. Nosotros llegamos a apoyar a las familias y los profesionales de la sede de la UCR en Liberia trabajaron más con la población estudiantil”, señaló Carranza.
Además, el codirector aseguró que las labores del grupo no se limitan a las salidas a las zonas afectadas, sino que desde sus oficinas está generando continuamente materiales de educación y prevención respecto a diversos tipos de crisis.
“Si el equipo no sale al campo no importa, estamos generando materiales, estamos dándole seguimiento a comunidades afectadas. Porque es un ciclo, aunque la emergencia ya haya ocurrido, también se puede trabajar en prevención, porque nada descarta que vuelva a ocurrir otra emergencia”, acotó.
En la Brigada de Atención Psicosocial participan estudiantes y profesionales de disciplinas como psicología, geografía y medicina, quienes evidencian la presencia de la UCR en las situaciones de mayor apremio para las comunidades en todo el país.
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