Costa Rica esta experimentando lo que se conoce como un segundo dividendo demográfico, con él se convertirá, antes que el resto de países de América Latina, en una sociedad envejecida. Para el 2045 el país tendrá mayoritariamente población mayor a los 60 años, hecho que puede ser una oportunidad.
Lo anterior es parte de los más recientes estudios del Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), que fueron presentados en la conferencia “Oportunidades y retos del cambio demográfico” realizada el pasado 26 de marzo con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el Programa Estado de la Nación.
Utilizando la metodología conocida como Cuentas Nacionales de Transferencia (CNT), los estudios del CCP-UCR, que se realizan con aportes de la misma Cepal, la Agencia Canadiense de Cooperación (IDRC) y la Universidad de California en Berkeley y el East-West Center Honolulu, demuestran que además del próximo dividendo demográfico, el país también vive un bono de género.
El primer bono demográfico para Costa Rica terminará en el 2025; el país experimentó por décadas una población que mayoritariamente estaba en edad productiva la cual, lastimosamente para Zulma Sosa, asesora regional de población y desarrollo (Celade) de la Cepal, el país no la supo aprovechar.
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Depende siempre de la política pública el aprovechamiento o no de estas ventanas de oportunidad que se van generando desde el comportamiento de la población.
Lo que viene, según el análisis de las CNT, permite reconocer que Costa Rica como sociedad envejecida experimentará un fuerte impacto en su economía, asimismo, tendrá retos sustanciales a nivel fiscal, seguridad social, desigualdad y pobreza. Retos que vistos a través del análisis etario de la población, dan luces muy claras sobre el direccionamiento que debería llevar la política pública a nivel social y económico en los próximos años.
“La información que tenemos es oro” señaló Sosa, al especificar la importancia de los datos para definir la estructura de impuestos y hacer las proyecciones fiscales del país.
Visto con la metodología de CNT, se puede, por ejemplo, afirmar que en cuanto al consumo per cápita de servicios en salud pública, el bono finalizó en el 2015, lo que supone que a partir de ese año hay déficit para darle sostenibilidad a esos servicios; en pensiones ese bono finalizó desde 1990 y en educación por el contrario el bono permanece.
“Hay que revisar beneficios para racionalizarlos, pero no es buena idea limitar los recursos destinados a la educación, porque los jóvenes que ahora estamos educando son quienes deben financiar a una cantidad mayoritaria de adultos mayores en el futuro, y eso los obliga a ser más productivos que sus generaciones anteriores”, comentó Sosa.
El envejecimiento de la población de Costa Rica supondrá menos presión por servicios públicos en edades tempranas y más gastos en las edades más altas, los resultados advierten que el gobierno hoy es crucial en el financiamiento del déficit de las personas adultas mayores.
Al estudiar el flujo y el balance de las transferencias, que pasan de la población en edad productiva, del Estado y del mercado al mantenimiento de niños y adultos mayores, se entiende que una mayor acción Estatal (en Costa Rica el 75 % de las transferencias a adultos mayores las pone el Estado) podría estar reduciendo los incentivos del ahorro privado el cual se podría utilizar para dar sostenibilidad a la población que es cada vez más vieja.
Sin embargo, en el caso de Costa Rica destaca, según los estudios del CCP-UCR, el hecho de que los adultos mayores no son una carga para sus familias y por el contrario, el resto de la población depende en gran medida de las transferencias que ellos les hacen.
Ante los retos futuros, la reactivación económica hoy debe ser clave y las mujeres parecen representar la respuesta. Ellas son más educadas que ellos pero sufren más el desempleo debido a que suelen ocuparse más en labores de cuido y trabajo doméstico, sin embargo, aumentar hoy la cantidad de mujeres que participan del mercado laboral es estratégico para poder sumar sostenibilidad a la economía del país.
Según la investigadora Pamela Jiménez Fontana del CCP-UCR el país tiene oportunidades de crecimiento económico si se logra reducir la brecha de género en el mercado laboral. Explica que si a los 40 años los hombres logran estar 100 % empleados, en el caso de las mujeres ese porcentaje es de 70 %.
Pamela Jiménez Fontana Investigadora del CCP-UCR
Se trata de una brecha laboral entre hombres y mujeres, que incluso está por debajo del promedio global, lo que significa que Costa Rica tiene un reto importante en este aspecto y también una oportunidad de aprovechar este bono de género.
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