“A las mujeres nos callan la boca, no nos expresamos tanto a nivel laboral o comunal. Yo que trabajo en lo comunitario siempre nos inhiben. Una no conoce las leyes, una cree que las sabe, pero en realidad no es así. Por eso, viene tanta violencia laboral, política, etc., porque desconocemos los derechos que tenemos como mujeres”, aseguró con absoluta claridad de su lucha Roxana Mendoza Jiménez, participante del proyecto “Fortaleciendo el empoderamiento de las mujeres urbanas en situación de trabajo doméstico” (ED-2633), del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM-UCR).
Como ella, millones de mujeres en el mundo enfrentan los obstáculos que se les impone aún en la sociedad del siglo XXI. Aunque existe un avance que es reconocido por las activistas, los pendientes se levantan como recordatorios de que todavía el mundo ignora las voces de la mitad de sus habitantes.
La magíster Rafaella Sánchez Mora es la coordinadora del proyecto ED-2633 sobre empoderamiento de mujeres y, desde hace una década, imparte el curso denominado “Derechos Humanos: construyendo el conocimiento para y desde las trabajadoras domésticas”. Ella afirma que más de 300 mujeres han recibido los contenidos de los siete módulos temáticos. Muchas de ellas se han convertido en lideresas y multiplicadoras en sus comunidades, agregó.
El objetivo fundamental del proyecto es impactar en la construcción de esos liderazgos. Una vez que concluye el curso, se les entrega la metodología a las participantes y ellas la ponen en práctica en sus comunidades. Este proyecto y otros inscritos en las distintas modalidades en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la UCR promueven espacios inclusivos, igualitarios y formativos en materia de los derechos de las mujeres.
El proyecto de Acción Social ED-2633 facilita el diálogo basado en el respeto y la sororidad. Son sesiones semanales que se convierten en momentos para compartir experiencias y formas de superar las barreras sociales impuestas a las mujeres.
“La mayoría de las que estamos acá tenemos diferentes vivencias y este espacio nos ha ayudado a poder a afrontar ciertas situaciones de mejor manera. Las que las están pasando algo, saben que pueden hablar de eso para ayudarnos entre las mujeres”, comentó entusiasta Ivonne Solís Rojas, vecina de Ipís de Goicoechea.
Solís es integrante de la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Goicoechea y muy pronto concluirá el curso. Ella dice que al terminar atesorará las vivencias de las compañeras, su valentía y ver que, pese a las situaciones de discriminación y agresión, siguen en pie de lucha. “Me llevo muchas herramientas y conocimientos de cosas que no sabíamos, porque una escucha mucho en la televisión o sabe que hay leyes, pero no sabe como ponerlas en práctica o aplicarlas. Esto le sirve a una para la vida personal y para comunicárselo a otras mujeres”.
Además de recuperar sus voces, las mujeres están luchando por el derecho a la imagen digna y respetuosa. Uno de los proyectos que trabaja en esa línea es el “Observatorio de la Imagen de las Mujeres en la Publicidad” (ED-3203), una iniciativa para la actualización de conocimientos, debate permanente y formación continua en esa materia.
Asimismo, este año, el Decanato de Ciencias Sociales inscribió su proyecto de Acción Social denominado “Campamento audiovisual de mujeres y territorios” (ED-3437), que durante los años 2019 y 2020 convocará a 24 mujeres de 12 territorios para fortalecer redes mediante el uso de las herramientas de comunicación comunitaria.
Con celular en mano, las participantes aprenderán sobre los fundamentos de la producción audiovisual para denunciar lo que están viviendo en sus entornos familiares y comunitarios.
“La idea se origina porque ya muchas de las mujeres participan en la defensa de territorios, pero el periodismo o la comunicación oficial viene de afuera y ellas tienen que esperar a que llegue para ser escuchadas. Las herramientas de comunicación han estado eclipsadas por lo urbano y por recibir formación profesional; entonces queremos que ellas, que ya de por sí comunican y gestionan, adquieran habilidades sin tener que invertir en equipos especializados para contar lo que les pasa”, explicó Licda. Zuiri Méndez Benavides, coordinadora del proyecto ED-3437.
Esta iniciativa es una instancia interinstitucional que conjuntará el esfuerzo de proyectos de trabajos comunales del Decanato de Ciencias Sociales (TC-590), de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (TC-127) y de la Sede del Pacífico (TC-702); así como los programas Kioscos Socioambientales y Economía Social Solidaria.
Por otra parte, estos campamentos audiovisuales se fortalecerán por los ejes de investigación, docencia y acción social. El primero incluirá una cartografía social construida desde la mirada de las mujeres, el segundo facilitará los conocimientos en la materia y el tercero tiene contemplado realizar producciones audiovisuales que definirán las propias participantes a lo largo del proceso.
“Para el año 2020, quisiéramos que los productos logrados circulen, presentarlos en las comunidades e incluso enviarlo a participar en los circuitos de festivales”, añadió Méndez.
Para la Dra. María Isabel Gamboa Barboza, coordinadora de Debates Feministas (ED-521), “la Universidad tiene deudas porque la mayoría de personas con doctorado son hombres, los puestos más prestigiosos son ocupados por hombres y falta recorrido para evitar que las estudiantes sean acosadas sexualmente dentro de las aulas”.
El proyecto Debates Feministas desde hace 10 años convoca a mujeres de todos los estratos sociales a este espacio de discusión crítica y propositiva en torno a los derechos humanos de las mujeres. En la agenda temática tienen cabida todas las posiciones del pensamiento feminista, manifestó Gamboa.
Según la coordinadora Gamboa, uno de los grandes logros, además de las exitosas convocatorias del público asistente, es que Debates Feministas ha contribuido a empoderar a las mujeres, “porque estamos socializadas para tener terror a hablar en público y descalificarnos. Debates tiene un impacto entre las participantes”.
No obstante, continuó, “aún en la Universidad no se dan acciones afirmativas sustantivas. Con lo que logra, este debería ser un proyecto estrella. En otras sedes y recintos se ha solicitado que llevemos Debates Feministas, pero no hay respaldo institucional para ampliar los tiempos, los recursos son muy escasos y más bien hubo un recorte importantísimo”.
Sin embargo, para Gamboa esto es parte del sexismo que también rige la vida universitaria. Un ejemplo claro es que la mayoría de los programas de estudios de las carreras siguen usando bibliografía mayoritariamente masculina. El mismo criterio externó la Licda. Zuiri Méndez, ya que “falta visibilizar el rol de las mujeres en la producción académica dentro de la Universidad y sobre todo articular estos saberes con los saberes que producen las mujeres afuera”.
“Existe un discurso, pero las que somos profesoras y estudiantes, vivimos lo que yo llamo que nos ꞌmujereanꞌ, es decir, que nos tratan como si nuestras ideas valen menos”.
En ese sentido, la magister Sánchez Mora acotó que “no podemos estar prorrogando la igualdad de derechos todo el tiempo, algunas escuelas van más avanzadas, pero son aquellas que están asociadas con las mujeres, lo cual es lamentable. Sin embargo, en otras no se incluyen más cuotas de participación de mujeres. La UCR puede girar directrices, crear mecanismos de demanda de esas cuotas”.
En medio de los cambios que exigen hoy las mujeres, para Roxana Mendoza Jiménez, su espíritu de lucha sigue creciendo y concluyó que aspira a ser una “propulsora y apoyar a otras mujeres a que se empoderen y sean lideresas. Quiero darles un empujoncito para que suban un escalón más”.
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