El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se despegó del suelo que tocó en noviembre pasado y para la medición de febrero se eleva casi siete puntos, para llegar a los 34,8 puntos (en una escala de 0 a 100). Pese al aumento, la lectura supone que el pesimismo permanece, pues el optimismo se lee por encima de los 50 puntos.
El repunte de la confianza y el nivel alcanzado, significa que los consumidores perciben menos pesimismo hacia la economía nacional, aunque su magnitud todavía está lejos de reflejar optimismo.
Según el investigador principal del estudio Johnny Madrigal Pana, es probable que la aprobación de la Reforma Fiscal en la Asamblea Legislativa, la cual busca generar más recursos económicos al gobierno para enfrentar la crisis financiera que atraviesa el país, haya contribuido a disminuir la incertidumbre. A esto también pudo contribuir el cese de las manifestaciones en torno al tema de los impuestos y el fin de las prolongadas huelgas que surgieron contra la Reforma en mención.
Los consumidores están percibiendo menos incertidumbre que tres meses atrás, tanto en la valoración del contexto actual, medido por el Índice de Condiciones Económicas Actuales (ICEA), como en el futuro económico del país, medido por el Índice de Expectativas Económicas (IEE). Pese a este aumento, lo cierto es que los niveles todavía son bajos.
De hecho, un 65 % de los consumidores espera incrementos en las tasas de interés y un 39 % espera que su ingreso familiar sea menor en los próximos 12 meses.
Aunque el pesimismo sigue presente, el estudio sí evidencia que en cuanto a las expectativas de la situación económica personal, sí hay un giro positivo, pues desde febrero del 2016 se presentaba una percepción cada vez más negativa, situación que se revierte en la última lectura del estudio.
La calificación a la política económica del gobierno revela que actualmente un 13,9 % afirma que se está haciendo un trabajo bueno, un 30,1 % dice que se hace lo necesario y un 52,7 % que está haciendo un trabajo pobre.
Esta es la tercera calificación del tema en la actual administración y la diferencia de respuestas favorables arroja saldos negativos crecientes, pues aumentó de -28,7 a -38, 9 puntos porcentuales, por lo que se puede afirmar que esta valoración continua deteriorándose. Un 58,7 % espera que el desempleo aumente y el 65 % espera que aumente la pobreza.