El escenario tiene una extensión de 6 metros por 6 metros. Foto: Karla Richmond.
El Bus de las Artes es una propuesta que gira en torno a la filosofía del trueque cultural. Esto significa un intercambio en el que la Universidad les lleva a las comunidades producciones artísticas que se desarrollan en la Institución al tiempo que estas también presentarán sus propias obras.
Quienes participen ofrecerán talleres en los distintos lugares que visiten, con el objetivo de crear en las comunidades circuitos de giras que replicarán las visitas.
Además, se pretende concretar alianzas con organizaciones no gubernamentales que se interesen en temas como protección del agua, ambiental o de la niñez, de manera que se presenten obras sobre esos temas y, además, se amplíen los circuitos de gira. Según Roxana Ávila, quien ha sido la encargada de todo el proceso, “este es un proyecto que le permitirá a la UCR presentarse con una nueva cara”.
Se espera que el bus empiece sus funciones durante la segunda semana de marzo del 2020 y visite la Sede del Sur en Golfito. Además de la parte teatral, llevarán una biblioteca infantil, una pantalla gigante y un proyector para disfrutar del cine bajo las estrellas.
Se trata de uno de los antiguos buses utilizados para el transporte interno de la UCR, el cual tiene capacidad para 60 personas.
Este vehículo se cortó a la mitad para transformar la parte trasera. Ahora tiene un toldo que se puede subir para convertirlo en el techo. Las paredes se transforman en el piso del escenario, que mide 6 metros por 6 metros. Según Ávila, “no hay nada así en Centroamérica ni en el Caribe. Existe un proyecto parecido en México, pero el nuestro es único".
El bus, además, cuenta con una planta de diésel, la cual tiene una duración de 20 horas encendida. Por esto, es fácilmente capaz de trabajar un fin de semana completo y aguanta todas las partes de iluminación y sonido, ya que se utilizarán cabezas de luces ledes. Asimismo, cuenta con un interruptor automático (una caja breaker) que le permite cambiar de modalidad de energía, para funcionar también con electricidad.
En la parte delantera del bus caben 15 personas más el chofer. En el medio del vehículo, existe un cuartito que puede servir como vestidor.
Fue la antigua vicerrectora de Acción Social, Marjorie Jiménez Castro, quien impulsó esta idea en conjunto con el director de la Escuela de Artes Dramáticas, Juan Carlos Calderón. Este le comentó a Jiménez que la profesora Roxana Ávila podía ayudarle con esa idea.
Ávila, en el año 2000, realizó una gira por todo Centroamérica con un grupo de artistas, en un camión que se abría y se convertía en escenario. De esa experiencia, se grabó un documental.
Cuando obtuvieron el visto bueno de la Vicerrectoría de Acción Social para el proyecto, se contrató a dos diseñadores, Mariela Richmond y Federico Chaves. Con ellos se desarrolló toda una labor para estudiar qué otras propuestas similares existían en el mundo. Todo esto tomó un año y ocho meses de trabajo hasta que el bus entró al taller, donde estuvo listo el pasado mes de noviembre. En este momento, se está equipando el vehículo con luz y sonido.
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