Según datos de ONUSIDA del año 2017, en el mundo existen 36,9 millones de personas que viven con VIH y cada año se diagnostican 1,8 millones de nuevas infecciones. Costa Rica, tiene 9.179 diagnósticos por VIH entre 2002 y 2016, de los cuales el 87,2% fue en hombres.
Este año, en el marco del Día Mundial del SIDA se pretende enfatizar en el papel de las comunidades para que los estados aseguren el cumplimiento de los derechos de esta población bajo el lema “Las comunidades marcan la diferencia”.
Las comunidades juegan un papel fundamental en la defensa de la población y son quienes pueden garantizar “que el SIDA continúe presente en la agenda política, que los derechos humanos sean asegurados y que quienes toman las decisiones y las ponen en práctica asuman sus responsabilidades” (ONUSIDA).
En la Universidad de Costa Rica (UCR), el proyecto de Trabajo Comunal (TCU) Promoción para la salud integral de los derechos humanos de la población con VIH-SIDA (TC-659), nació hace 5 años con el propósito de prevenir el contagio y promover los derechos de todas las personas que viven con VIH.
Este proyecto se ha comprometido con poblaciones en condición de riesgo y aquellas que ya han sido afectadas, esto para garantizar el adecuado cumplimiento de los instrumentos jurídicos nacionales e internacionales en la materia. Durante su trayectoria, ha propiciado alianzas con instituciones y organizaciones cuya población meta son personas que viven con VIH o con altos grados de vulnerabilidad para su infección y facilitan educación activa en la prevención del VIH en distintas poblaciones, principalmente entre adolescentes, trabajadoras sexuales y población LGBTIQ+.
El proyecto trabaja con estudiantes de 16 carreras diferentes, por lo que ofrece una mirada integral e interdisciplinaria en la temática. Entre las actividades principales que realizan destacan los talleres de tolerancia, no discriminación, duelo ante la aceptación del diagnóstico, uso del condón femenino, empoderamiento, entre otros. Además, ofrece capacitaciones y charlas sobre qué son las enfermedades de transmisión sexual y sobre la jurisprudencia existente tanto en en Sala Constitucional como en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Sofía Cordero Molina, coordinadora del proyecto, asegura que la mayor importancia que tiene es que “a diferencia de la participación de actores civiles o de las ONGs que dependen de los recursos que se les destinen para dar continuidad a los proyectos, la UCR permite colaborar utilizando los recursos humanos ya existentes, en este caso, los estudiantes que desean retribuir a la sociedad, por lo que no dependemos de otros factores y podemos seguir creciendo”.
Hasta el día de hoy, el TCU ha generado importantes alianzas con instituciones como La Sala, centros educativos, Rahab, Asociación Arcoiris, el Hospital San Juan de Dios, la Asociación Demográfica Costarricense, Transvida, Esperanza viva, albergues, entre otros y con otros TCU de la Universidad interesados en la temática.
“Ahora, nos estamos dirigiendo en el tema de la incidencia en políticas públicas en temas de VIH. Tratar de ver cómo se logra la aprobación de reformas de ley y proyectos en la materia. Por lo que hemos trabajado en mesas redondas y concientización con diputados y diputadas para la aprobación de reformas en la Ley Nº 7771” “ expresó Cordero.
El proyecto pretende seguir creciendo y trabajando con distintas comunidades, pues los desafìos en la materia son amplios, especialmente en cuanto a la violación de derechos. Es por esto, que el TCU propone una una intervención de orden jurídica, psicológica, cultural y social donde se de un abordaje integral e interdisciplinario.
Si desea conocer más sobre este proyecto, puede observar el siguiente video.
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