“La Acción Social permite humanizar el trabajo de las universidades públicas y nutrir de manera cualitativa y cuantitativa la labor de docencia y dejar un testimonio en la sociedad costarricense y mundial”, afirma Carlos Rubio, reconocido este año con el Premio de Acción Social por el área de Ciencias Sociales. Foto Eduardo Muñoz
“Los cuentos no son algo que uno diga: ¡qué aburrido leerlos! Son algo como un pasatiempo para que uno se entretenga en otras cosas, no solo la tecnología, sino también lo de la escuela”, dijo con brillo en sus ojos Sergio Gutiérrez Rojas, uno de los escolares que disfruta del Rincón de Cuentos de la Escuela República del Paraguay, en Hatillo, distrito del cantón central de San José.
Como él, desde hace dos décadas miles de niños y niñas han descubierto mundos mágicos viajando de la mano del profesor Carlos Rubio Torres y de estudiantes universitarios vinculados a los proyectos de Acción Social “La animación y promoción del uso de la lectura por medio de la biblioteca” (TC-503) y el Rincón de Cuentos (ED-1732), ambos de la Escuela de Formación Docente.
Por ello, este viernes 29 de noviembre la Universidad de Costa Rica (UCR) le entregó al profesor Rubio el Premio de Acción Social María Eugenia Dengo Obregón 2019 por el área de Ciencias Sociales. El jurado otorgó de manera unánime el galardón “por su trayectoria consolidada en la acción social y sus aportes en la promoción de la lectura en población infantil en distintas zonas geográficas y contextos sociales vulnerables”.
Este galardón tiene como propósito reconocer los aportes de la Acción Social de la UCR, en el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones del país. Para ello, se consideró el compromiso ético y social, la originalidad e innovación y la trascendencia de su labor como aporte a la acción social dentro o fuera del país, así como la producción socioeducativa, la tecnológica y la cultural (Resolución R-23-2018).
“Este premio es importante, y ante todo, queremos que se le de continuidad. La idea es que la UCR fije la atención en estos proyectos y seguir dando este servicio. No se trata de continuar con la iniciativa de una persona o del profesor del momento, sino continuar con la labor que inició Joaquín García Monge hace 100 años cuando creó la cátedra de literatura infantil en la desaparecida Escuela Normal, antecedente de la actual Facultad de Educación”, apuntó Rubio.
El galardonado comentó que recibir este premio reafirma su compromiso con la promoción de la lectura. “Para mi, María Eugenia Dengo Obregón es un símbolo del deber del costarricense que se hace trabajando y estudiando. Tuve el placer de conocerla y compartir con ella algunos momentos y me compartió hechos importantes; ella me impulsó a continuar con la bandera de la literatura infantil”, rememoró.
Carlos Rubio es un prolífico escritor de literatura infantil y docente en las universidades de Costa Rica y Nacional. Además, desde el año 2016 es miembro de la Academia Costarricense de la Lengua.
Desde los proyectos TC-503 y ED-1732 no se abordan procesos de lectura y escritura como proceso formal de aprendizaje. Más bien se incentiva la sensibilización artística para que las personas accedan a su cultura propia y otras, para que podamos ser diversos y vivir en un contexto de paz, detalló Rubio.
Desde el primero de ellos se realizan actividades lúdicas, artísticas y recreativas para que los mismos escolares inicien su propio viaje por la lectura. Mediante estos proyectos se llevan libros de literatura infantil de altísima calidad a niños y niñas que están en comunidades en condición de vulnerabilidad social, quienes de otras formas no tendrían acceso a este proyecto y a personas que no tendrían acceso a material de lectura con el fin de que puedan llenarse de este amor por la lectura y llegar a un sentimiento estético, una visión de arte que contribuya a su formación integral, explicó.
Los Rincones de Cuentos son concebidos como formas para que los escolares aprendan sobre procesos dialógicos, la convivencia pacífica y comprender las “otredades”, explicó el profesor Carlos Rubio. En la foto aparece el Rincón de Cuentos en la Escuela Sepecue, en Alta Talamanca. Foto cortesía Carlos Rubio.
“Vemos la lectura como un derecho de la persona que contribuye, junto con otras áreas del conocimiento, al acceso a la cultura, la universalidad, los valores, para insertarse de una manera con una visión mucho más humana, más sensible más creativa y más crítica a la sociedad del siglo XXI”, agregó.
“La labor de Acción Social me ha permitido aprender más que leer en muchos libros porque me ha permitido volcar en la sociedad lo que uno ha visto en la palabra escrita. Cuando yo planeo mis clases o hago el trabajo de Acción Social pienso en ella [en María Eugenia Dengo] mucho más allá. A través de ella veo el legado de sus antecesores, como Joaquín García Monge, Roberto Brenes Mesén o Carmen Lyra, y pienso que estas personas hicieron lo posible para que la lectura y los libros llegaran a la población que menos acceso tenía a ello”.
Para el profesor Rubio la meta de la Acción Social es humanizar la docencia, la relación con las comunidades y enriquecer las culturas ancestrales dentro de un contexto universo.
“Observamos que en el caso de Talamanca, son niños y niñas que deben aprender a valorar esa cultura propia, bribri o cabécar, de ese universo infinito de su cosmogonía que lamentablemente se está perdiendo. Pero son niños y niñas del siglo XXI, que adoran la tecnología como otros; entonces lo que tratamos es ofrecer un puente que les permita estar conectado a su propia cultura, pero también integrarse a otras para saber que la suya tiene un valor en el mundo y forman parte de un contexto universal”.
El sueño de los escolares y los docentes que participan en los talleres de promoción de la lectura es continuar con este proyecto. Carlos Hernández, director de la Escuela de Sepecue, en Telire, Talamanca, expresó su agradecimiento por el apoyo de la UCR a su institución.
“Estamos muy agradecidos con los más de 190 textos del Rincón de Cuentos y ahora el personal docente tiene más facilidad para dirigirnos a un público y con las distintas obras literarias afortunadamente hemos mejorado. Muy pronto haremos un edificio más grande para seguir con este proyecto”, aseguró Hernández.
Para los niños y niñas los momentos que pasan en el Rincón de Cuentos es un viaje emocionante que toca cada fibra de su imaginación. “Es más bonito que estar en el recreo, he aprendido sobre valores, enseñanzas y muchas cosas muy bonitas. Es muy importante porque uno aprende cosas nuevas, y se siente la diversión y cuando uno está aburrido puede leer un cuento o inventarlo. Nunca dejen de hacer eso porque es muy lindo”, concluyó Mónica Angulo Chavarría, otra de las escolares que se sumergen en el Rincón de Cuentos de la Escuela República de Paraguay.
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