Adentrarse en el Ecomuseo de las Minas de Abangares es recorrer la historia viva de las minas en Costa Rica. Allí, la nueva exposición titulada "ORO y SOL: la fama que ya corría de las Minas de Abangares" cuenta la historia de los pioneros y del origen del pueblo Las Juntas, ofrece datos sobre la geología del lugar y muestra los vestigios de la actividad minera, así como aspectos de la situación política y social de la época de la fiebre del oro en Costa Rica.
Esta exposición reúne una cuidadosa muestra de los objetos con que ya contaba el Ecomuseo, fundado en 1991, y un resumen de la historia recogida por diversos autores, en un bello montaje museográfico realizado por el Museo de la Universidad de Costa Rica (museo+UCR). Todo el proyecto tuvo un costo de más de ¢70 millones y fue financiado por la Municipalidad de Abangares.
La elegante sala, iluminada con 56 bombillos, espera a los visitantes para revelarles la historia en medio de un entorno agreste, donde también encontrarán flora y fauna, sonidos, olores, paisajes, objetos e historias de personas que trabajaron en las minas desde finales del siglo XIX, una actividad que aún hoy sigue atrayendo a cientos de hombres en busca del preciado metal.
En paneles acrílicos se recoge con detalle la historia, desde el descubrimiento de las minas de oro en Abangares, en 1884 ––que despierta la codicia en la región–– pasando por la época dorada con la compañía del estadounidense Minor Cooper Keith, fundada en 1902, hasta la caída de esta gran industria en Costa Rica.
Estas placas con tornillos de metal son lo único que queda de la planta de procesamiento de oro conocida como "Los Mazos". Sobre ellas se colocaban las cajas que contenían 60 grandes mazos, los cuales trituraban el mineral incansablemente, mientras llevaban un sonido ensordecedor hasta la carretera Interamericana.
Víctor Hugo Montoya Alvarado es el único guía del Ecomuseo. Para este abangareño de cepa, la minería no es solo una historia, sino parte de su vida, pues nació y creció en el ambiente minero. Hoy se enfrenta a los coligalleros, quienes a diario invaden los terrenos del Ecomuseo para escarbar el suelo, con la esperanza de obtener algo de oro para vivir.
El historiador y museólogo Félix Barboza Retana, del museo+UCR, y Víctor Hugo Montoya Alvarado, guía del Ecomuseo (en la foto), son parte del equipo curatorial de la exposición. También participaron el historiador Antonio Castillo Rodríguez de la Sede de Guanacaste, autor de artículos y libros sobre la actividad minera, y el arquitecto Álvaro Vega Cortés.
El Ecomuseo de las Minas de Abangares, ubicado en el distrito La Sierra, fue creado el 24 de noviembre de 1991 y el 18 de mayo de 2001 fue declarado Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica. Está abierto de martes a viernes de 8:00 a. m. a 5:00 p. m. Las entradas tienen un costo de ¢2 500 para extranjeros y ¢2 000 para nacionales, ¢1 000 para estudiantes. Personas con discapacidad y niños menores de 7 años no pagan.