El verano siempre había traído problemas en Santa Cruz para el rebaño de ovejas de doña Elda Ramos. Al igual que ella, a muchos productores de la zona se les dificulta la alimentación de sus animales debido a la escasez de pasto y paja en períodos de sequía.
Ramos admite que este inconveniente la llevó a recorrer cerca de 60 km para asistir a la charla impartida por estudiantes del Trabajo Comunal Universitario (TCU) Bienestar Animal (TC-680) en Ostional. Este proyecto tiene como objetivo posicionar el tema del bienestar y el cuido de animales de compañía, de trabajo y silvestres, por medio de un intercambio con las comunidades.
Para Maripaz Castro, bióloga y coordinadora de este TCU, la falta de acceso a la educación, salud y asesoramiento por parte de profesionales en pueblos alejados dificulta el fomento de prácticas saludables con los animales. “Las comunidades son las que necesitan de la Universidad, no son las personas que están aquí a la vuelta”, recalca la investigadora.
Fueron estas necesidades las que acercaron al grupo del TCU al poblado de Ostional, donde afirman que existe una grave problemática de abandono de perros, problemas con heces de animales y disminución de anidamiento de tortugas marinas, dinámica que afecta directamente la actividad económica de muchos pobladores que se dedican a la venta legal de huevos de tortuga.
En Cañas, Liberia y Abangares, los estudiantes de Zootecnia, matriculados en el proyecto, capacitaron a productores, por medio de una charla demostrativa, en temas como alimentación de ganado, tipos de alimento, por ejemplo, el forraje y la conservación de dichos productos (ensilaje).
De acuerdo con Estefanía Cembra, una de las estudiantes a cargo de la actividad, era importante centrarse en las problemáticas de interés para los productores en aras de propiciar un verdadero espacio de aprendizaje.
El proyecto se vinculó recientemente con el Programa Institucional Osa (Piosa), para así brindar talleres y capacitaciones a escuelas de la Zona Sur del país, así lo confirma Castro, quien comenta que la idea es poder generar un programa educativo aplicable a nivel nacional.
A juicio de la coordinadora, el proyecto de Bienestar Animal ha cambiado sustancialmente desde sus inicios en el Laboratorio de Ensayos Biológicos (LEBI) de la UCR hace tres años. Castro, que a la vez funge como directora de la Sección de Genética y Cultivo Celular del laboratorio, asumió la coordinación de la iniciativa a principios de año y dice encontrarse muy satisfecha con la respuesta que han tenido de los diferentes grupos con los que trabajan, especialmente las escuelas.
“Ya no tenemos que andar buscando donde trabajar, más bien yo tengo una lista de espera de las escuelas que nos están solicitando charlas”, señala la bióloga.
Uno de los actores interesados fue el Departamento de Educación Ambiental de la Municipalidad de la Unión, Cartago. Desde ahí, se coordinaron charlas con 19 centros educativos de la zona. De acuerdo con Annia Cordero, coordinadora del departamento, la municipalidad mostró interés en educar sobre el trato y cuido de animales debido a una serie de problemáticas que se presentaban en el cantón.
“El hecho de que anden los perros abandonados en las calles nos afecta directamente, ya que son los que a veces rompen las bolsas de basura (...), por otra parte, ya al final de los últimos tres años se han visto varios casos de maltrato [animal] en el cantón, ya más visibles”, resume la funcionaria.
Debido a su ajetreada agenda, el grupo conformado por 28 estudiantes de carreras como Zootecnia, Salud Ambiental, Medicina, Farmacia, entre otras, realizan al menos una gira cada 15 días.
En las expediciones a los centros educativos, los integrantes del TCU son divididos por aula, dependiendo de la cantidad de alumnos en los centros. En algunos casos han llegado a trabajar hasta con 150 estudiantes por clase. Las charlas contemplan tres ejes primordiales: tenencia responsable de mascotas, prevención del maltrato animal y prevención de mordeduras de perros.
Además de las charlas, se realizan actividades de reforzamiento pensadas para los distintos grados de la escuela. Desde títeres hasta juegos de rayuela y canciones, los universitarios deben crear recursos didácticos para que los tres ejes principales de las intervenciones queden claros en los escolares.
“Nosotros hacemos todo, desarrollamos las obras de teatro, las canciones, todo lo que se hace nosotros lo agarramos y lo implementamos al tema de los animales”, comenta Melissa López, estudiante de Salud Ambiental.
De acuerdo con López, el secreto está en que las niñas y los niños vean a los animales como parte de un ecosistema vivo, en el cual cumplen roles de compañía, producción y de biodiversidad natural. Al trabajar con comunidades, la estudiante recalca la importancia de escuchar a las personas y no imponer pensamientos predeterminados.
Además de estos acercamientos, el grupo del TCU ha realizado charlas sobre rabia de caballos en la comunidad de Nosara, talleres sobre trato animal en Poás de Alajuela y en diferentes escuelas dentro de la Gran Área Metropolitana.
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