Costa Rica, a pesar de ser un país pequeño, cuenta con cinco importantes universidades públicas de alto nivel académico, que matriculan en primer ingreso anualmente a cerca de 27 mil estudiantes. Pero que, además de la educación formal, realizan juntas cerca de dos mil investigaciones al año y ejecutan alrededor de mil proyectos de trabajo en comunidades de todo el país.
La inmensa mayoría de los avances en investigación en Costa Rica y la región son desarrollados por las universidades públicas. Si nos pusiéramos a enumerar estos aportes, haría falta espacio en todas las páginas de este medio de comunicación.
Solo en la Universidad de Costa Rica (UCR), las y los estudiantes invierten un millón de horas al año en trabajo comunal universitario, bajo una filosofía humanista de construir soluciones con las comunidades y de devolverle a la sociedad parte de lo recibido gratuitamente a través de la educación universitaria pública.
El prestigio de nuestras carreras se demuestra en cifras de empleabilidad. Más del 90% de las y los estudiantes graduados de universidades públicas consigue empleo. Se alcanzan cifras del 98% y 96% de empleabilidad en el estudiantado egresado del TEC y de la UCR.
Estas cifras son y deben ser sinónimo de orgullo y de distinción en toda América Latina. Nuestra educación universitaria pública se cimienta sobre bases sólidas de personas, que supieron entender que la inversión en educación es lo que hace fuerte a nuestro país, es lo que nos permite ser una nación admirada en muchos ámbitos.
En momentos difíciles de crisis fiscal, no podemos dejarnos llevar por argumentos simplistas sobre la reducción de inversión en educación como medida paliativa al problema fiscal. Sería peor la cura que la enfermedad.
Uno de los elementos que nos distingue positivamente de otras naciones es el alto nivel de nuestra educación pública. Debemos entender que el recortar dinero en educación nos afecta a todas y todos, porque ello se traduce en limitaciones para los cupos en las diferentes carreras, en becas, en infraestructura, en equipamiento para la investigación, en proyectos de acción social en las comunidades. Nos afecta como país.
Es cierto que cuando hay escasez nos debemos socar la faja todas y todos. La UCR ha venido implementando medidas para reducir gastos y manejar con eficiencia los recursos públicos. Hay muchas cifras y acciones que lo demuestran, no las voy a enumerar en esta pequeña nota, aunque está claro que no son del interés de los grandes medios de comunicación.
También es claro que cuando se requiere de la toma de decisiones fiscales hay grupos y sectores ávidos de querer culpar a otros de la crisis, de desprestigiar a los y las funcionarias públicos, de minimizar el aporte o la importancia de la educación pública y de buscar artilugios para desenfocarnos del gran problema de evasión y elusión fiscal del que son protagonistas sectores económicamente poderosos de nuestro país y eso consta en múltiples publicaciones del Semanario Universidad, por ejemplo, con el caso de los Papeles de Panamá.
Desde la Universidad de Costa Rica seguimos y seguiremos brindando soluciones y respuestas a los grandes problemas en todos los ámbitos, incluido el de las finanzas públicas. Pero se hace imperativo recordarle a la población que la UCR está presente en todo el país, que la calidad de las medicinas que toma, la calidad de los combustibles que usa su carro, los granos con los que se hace el gallo pinto, las carreteras y puentes, etc, etc, etc son revisados y evaluados en la UCR para asegurarle calidad de vida que hoy tiene toda la población de nuestro país. UCR Presente.
Articulo publicado previamente en Semanario Universidad del 26 de julio, 2018.