Modificar los hábitos de consumo es una tarea urgente

Durante la semana ambiental, la UCR hizo un llamado a no lastimar más la Madre Tierra.  Laura Rodríguez Rodríguez

En los últimos 30 años se modificaron los hábitos de consumo de los costarricenses, desde entonces los productos de plástico ingresaron a los hogares como una forma de simplificar la vida cotidiana, pero se omitió el impacto devastador sobre el ambiente.

Solamente en el consumo de botellas plásticas, Costa Rica diariamente consume 1.7 millones, lo que equivale a 622 millones de botellas al año.

Conscientes de la problemática, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, la Universidad de Costa Rica (UCR) lanzó la campaña "UCR libre de plástico" con el hashtag #noseásindiferente, para eliminar el plástico de un solo uso y promover un consumo responsable, informado y consciente, dentro y fuera del campus universitario.

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La iniciativa surge como parte de una directriz girada por la administración superior de la UCR para eliminar el plástico de un solo uso en sus sodas y en las compras que realicen las provedurías internas por alternativas reutilizables o compostables.

Costa Rica puede y debe cambiar

El informe del Estado del Ambiente 2017 llama la atención sobre los cambios radicales en el patrón de consumo del costarricense. En el pasado, Costa Rica producía muy pocos residuos y lo que se generaba era enterrado en los patios, o bien se reutilizaba.

Actualmente, usamos y botamos sin control, puntualizó el investigador Agustín Gómez del Observatorio del Desarrollo de la UCR durante una conferencia magistral llevada a cabo en la UCR en el marco de la Semana Ambiental.

El rechazo del plástico de un solo uso debe ir acompañada de propuestas para brindarle al ciudadano facilidades para modificar o generar el patrón de consumo responsable. Así lo señaló Agustín Gómez, investigador del Observatorio del Desarrollo, durante la Charla Magistral llevada a cabo el martes 5 de junio, en el marco del Día Mundial del Ambiente en la UCR. 

Laura Rodríguez Rodríguez

Es necesario incomodarnos como ciudadanos y volver a patrones más sostenibles, regresando al vidrio, a la bolsa de tela y, en general, generando buenas prácticas, como reutilizar y rechazar, puntualizó Gómez.

Durante la conferencia magistral, algunos participantes cuestionaron la estrategia nacional en busca de alternativas al plástico de un solo uso, impulsada por el gobierno al argumentar que ese producto no era el más contaminante.

Fernando Mora, exviceministro de Aguas y Mares, señaló que era necesario trabajar por etapas y la eliminación del plástico de un solo uso era un primer paso.

Emilia Martén, coordinadora de la Unidad de Gestión Ambiental de la UCR, puntualizó que se debe trabajar en varios ámbitos. El primero es ofrecer en el mercado productos alternativas a un precio razonable para desestimular el plástico de un solo uso.

Existen experiencias exitosas en otros países, como es la generación de mecanismos que castiguen o que generan compensación. ¿Que pasaría si debo pagar un impuesto cada vez que adquiero un producto por el daño que ocasiona al ambiente? Ello cambiaría nuestro comportamiento de consumo, según los expertos.

El rechazo del plástico de un solo uso debe ir acompañado de propuestas para brindarle al ciudadano facilidades para modificar o generar el patrón de consumo responsable. Un ejemplo de ello es cuando caminamos por el centro de la ciudad y no encontramos un solo dispensador de agua en sitios públicos con el fin de recargar nuestras botellas y así evitar el consumo desmedido de plástico.

Los especialistas coinciden en la urgencia de cambiar los hábitos de consumo. Cuando visitamos un supermercado, un restaurante o una pulpería es importante preguntarse si realmente lo necesitamos, dónde termina el plástico que genero y si puedo adquirir otros productos alternativos, ya que no podemos ser indiferentes al hecho de que Costa Rica genera 1 460 000 toneladas anuales de desechos sólidos, de los cuales 190 000 son de plástico.