La última vez que Luis Chacón expuso su obra en la Universidad de Costa Rica fue en 1976.
Se trataba de las pinturas de un estudiante de Artes Plásticas que estaba terminando una carrera y estaba deseoso de experimentar nuevas posibilidades en el arte.
Después de esa experiencia viajó por el mundo y fue en París, Río de Janeiro y hasta en Asia donde su obra se dio a conocer.
Cuatro décadas después, la UCR vuelve a recibir la creación del artista con la muestra “Luis Chacón: obra reciente”.
“Estoy volviendo a casa”, celebra el artista. “Puede sonar vanidoso, pero vuelvo como alguien que ya antes fracasó y ahora sabe hacer las cosas bien”, agrega.
Desde el 9 de mayo y hasta el 5 de junio, la Galería de la Facultad de Bellas Artes ofrecerá una invitación a recorrer los mejores panoramas del país.
A su estilo, Chacón se encargó de plasmar los paisajes de las montañas y las playas nacionales. “La exhibición muestra escenarios muy costarricenses”, considera el pintor.
De la mano de los colores y sin la rigidez de un marco o un vidrio que separe a la obra de quienes la disfrutan, las pinturas expuestas logran trasladar al público de un pasillo universitario al calor de la costa o al frío de un bosque.
La impresión inicial es de una obra abstracta que se transforma entonces en olas de mar, árboles o atardeceres alejados del estrés de la ciudad.
Luis Chacón tiene una casa amplia que su obra, igual de grande, ha ido consumiendo.
Muchas de las habitaciones se han convertido en bodega para albergar sus diversas creaciones: dibujos, esculturas, collages y cualquier otro experimento artístico con el que decida innovar.
“Son muchos años como artista y sería muy aburrido si uno se queda haciendo lo mismo siempre”, considera Chacón.
La pintura es su refugio por excelencia y en la búsqueda por hacer algo diferente descubrió un papel artesanal producido en Filipinas. Por sus características, el material puede ser almacenado sin problema y fue así cómo, en un baúl, decenas de paisajes fueron acumulándose.
De ahí los sacó el propio Chacón para integrar la exposición que lo vuelve a acercar a la comunidad universitaria.
Aunque confiesa que nunca se acostumbró a exponer su obra, Chacón cataloga como “un verdadero honor” colocar sus cuadros en las paredes de la escuela en la que se formó, con profesores de la talla de Margarita Bertheau, Lola Fernández o Francisco Amighetti. “Además, si uno no exhibe su creación, la gente va creer que uno se murió”, concluye.