Limón es una tierra exuberante, pintada de todos los colores y nutrida de las más diversas culturas. Cada uno de sus poblados encierra la magia centenaria de un pueblo que, pese a las adversidades, se sobrepone con trabajo, alegría y motivación.
Es ese espíritu, el de un pueblo aguerrido, el que se revela en una reciente publicación titulada Aquí en Cieneguita, editada por la Universidad de Costa Rica (UCR), mediante el esfuerzo conjunto de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS), la Escuela de Arquitectura y el respaldo de la Asociación Semillas, una organización sin fines de lucro dedicada a impulsar la arquitectura comunitaria.
El libro es producto del proyecto de Extensión Docente ED-3254, que inició en el año 2016 para “ indagar sobre los espacios públicos en el lugar y plantear, junto con habitantes y organizaciones locales, estrategias para promover una mayor apropiación y aprovechamiento de los mismos, con el fin de estimular actividades productivas, artísticas, de activación urbana y organización comunitaria”, comentó el profesor Manuel Morales Alpízar, coordinador del proyecto.
Aquí en Cieneguita es un documento gráfico y testimonial con amplios detalles de esa comunidad e ilustraciones realizadas por escolares de la Escuela Balvanero Vargas. También contiene decenas de fotografías y relatos de habitantes del lugar, en los que se destacan el amor por esa tierra bañada por las aguas del Mar Caribe y la herencia de sus antepasados.
Fue un exhaustivo trabajo realizado por estudiantes de diversas carreras, quienes no solo recabaron información histórica, también realizaron talleres, entrevistas y un recorrido fotográfico por los rincones de Cieneguita.
“Conocer Cieneguita y a su gente fue una experiencia enriquecedora, pues, desde que pusimos un pie en esa tierra cálida, fuimos recibidos y recibidas con mucho amor. Nos enseñaron el valor de compartir, crear espacios y oportunidades, de luchar a pesar de que a veces parece que el esfuerzo es más grande que la recompensa. A pesar de ser un barrio que ha sufrido manifestaciones de la violencia estructural, el olvido del Estado, los gobiernos y de la población costarricense en general, su gente ha decidido confiar en nosotros y nosotras, y eso no tiene precio. Cieneguita es un gran ejemplo del dicho que siempre me acompaña: confiar y amar son actos revolucionarios”, comentó María Laura Araya Sánchez, estudiante de la Escuela de Trabajo Social.
Un nuevo giro y un libro. Según el profesor Morales, un nuevo suceso violento a finales del año 2016 ocurrió en Cieneguita. De nuevo, el lugar “estuvo en boca de todo el país, se exacerbó la dura estigmatización que ha tenido el barrio en las últimas décadas y se produjo un éxodo del turismo local y de numerosas iniciativas que habían estado operando en el sitio. Entonces creamos este libro basado en retratos, relatos, expresiones e imaginarios, deseando mostrar de una manera más auténtica y humana las dimensiones de Cieneguita, de su gente, y celebrar esa maravillosa diversidad cultural caribeña”.
Para el estudiante de Arquitectura, Soren Pessoa Piña, “entrar a trabajar con una comunidad no es sencillo, y menos cuando esta ha sido afectada desde hace mucho tiempo por un imaginario negativo de parte de gente que ni siquiera se ha dado la oportunidad de acercarse y conocerla. Era un gran reto, porque yo era de esos que siempre, cuando iba a Puerto Viejo, me asomaba con miedo sabiendo que estaba pasando por el famoso barrio”.
Al finalizar su paso por el proyecto, Pessoa aseguró que “realmente fue una experiencia que disfruté bastante, no solo por conocer un lugar inédito, sino por la oportunidad de compartir con personas que tienen una visión de mundo muy diferente. Personas con historias que nos movieron el corazón, en ocasiones hasta las lágrimas, pero casi siempre en medio de risas, rice and beans y patacones, o un buen cafecito”.
El profesor Morales dijo que “fue un privilegio haber coordinado este proyecto al lado de un equipo que trabajó con mucha mística, con el apoyo de tantas personas en el lugar y de organizaciones como la Asociación Deportiva de Surf Educativa de Limón, un grupo ejemplar de jóvenes surfos que promueven entre la niñez y la adolescencia del barrio una cultura de respeto y amor por la naturaleza, así como Asociación Semillas”.
Esta satisfacción es compartida por Daniel Lira Sánchez, quien se involucró como estudiante y concluyó como profesional en Arquitectura. “Trabajar con comunidades siempre es un proceso hermoso de aprendizaje y crecimiento. Este proyecto trascendió mucho más gracias a los elementos únicos que encontramos en cada uno y una de sus habitantes. Cada conversación nos tocó el corazón y nos inspiró. Es un sentimiento bello saber que las personas nos invitan a sus casas, nos cuentan sus sueños, esperanzas, dificultades y miedos, convirtiéndonos en parte de su familia. Yo le agradezco a la vida y a Cieneguita por haberme dado la oportunidad de ser parte de este proceso”.
Y para Valeria Romero Sánchez, de las carreras de Arquitectura y Artes Plásticas, sus dos años en el proyecto fueron un recuento de encuentros con el lado humano de una comunidad estigmatizada por las noticias de sucesos. “Poquito a poco, a punta de visitas, encuentros y conversaciones con la cámara, fuimos captando y recopilamos tanto, que de cierta manera este libro se nos fue revelando, del montón que tiene para ir contando. Así fue como nos dimos cuenta de que había mucho positivo que resaltar. Estar allá significa ahora para mí, mucho calor humano y de mar. Puro amor con coco, al buen estilo caribeño".
En mayo próximo se hará entrega oficial del libro a líderes de Cieneguita, donde se compartirán la mitad de los ejemplares impresos y los resultados con las personas de la comunidad. Un reencuentro que promete teñirse de solidaridad y alegría nuevamente.
Asimismo, añadió el profesor Morales, se piensa en realizar un tiraje mayor para distribuirlo en otras regiones.
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