Crear un modelo universitario que coloque en igualdad de condiciones a todas las sedes y recintos de la Universidad de Costa Rica (UCR) es uno de los principales retos que plantea la celebración de los 50 años de regionalización de la institución.
Así lo señaló el Dr. Eval Araya Vega el martes 10 de abril, cuando impartió la conferencia “Origen y perspectivas de la regionalización en la UCR” en el marco de la lección inaugural del Recinto de Paraíso, en la provincia de Cartago.
El filósofo recordó cuando recién egresado de su carrera en 1987, recibió la oportunidad de trasladarse como docente a la Sede de Occidente en San Ramón de Alajuela, la cual, confiesa, le resultaba “distante y ajena”.
“Yo me había formado en la Sede Rodrigo Facio en San Pedro de Montes de Oca y vivía a escasos metros de esa ciudad universitaria…para mí la UCR había sido parte de mi barrio, pero nunca supe que había algo que se llamaba 'Sedes Regionales' ”, afirmó Araya.
El académico agregó que, al recibir la solicitud de ser docente fuera de San José, se sintió sorprendido de descubrir que “aquellos límites que conocía no eran los únicos, y que no se agotaban en la universidad de San Pedro”.
Asegura que desde sus primeros meses en San Ramón se dio cuenta de que “hacer y vivir universidad” era distinto en la Sede Rodrigo Facio o en una sede regional y que esta experiencia le permitió “descubrir que la UCR no era una, sino varias”.
Según Araya, en los años cincuenta el país experimentó “una explosión demográfica” que dio lugar a un gran aumento de bachilleres en educación secundaria y evidenció la necesidad de generar más espacios de formación universitaria fuera de la Sede Rodrigo Facio.
El Prof. Carlos Monge Alfaro, entonces rector de la UCR, integró una comisión institucional que impulsó las gestiones políticas necesarias para dar inició al proceso de regionalización de la universidad, iniciativa que encontró muchos promotores, pero también adversarios.
“Alegaban que los centros académicos serían de nivel inferior, algo que todavía muchas personas piensan, que ello llevaría a la banca rota a la Universidad… que se perdería el sentido de unidad, porque la universidad debía ser unitaria y no estar cercenada”, explica.
Finalmente, en 1968 se dio la apertura del Centro Regional Universitario de San Ramón, hoy denominada Sede de Occidente, un proceso que apoyó la municipalidad local mediante la donación de tierras y dinero, mientras que la comunidad apoyó la organización de la obra.
El Dr. Araya asegura que, al igual que hace 50 años, persiste una ideología que plantea con inferioridad el trabajo de las sedes regionales, una realidad que describe como "perversión intelectual" y que ha carecido de esfuerzo social por cuestionar esa idea.
A criterio del académico, las sedes regionales carecen de un marco jurídico incluyente y se enfrentan a condiciones desiguales para el desarrollo potencial, lo cual, evidencia que el centro sigue determinando a la periferia, pero además juzgándola.
“En el nivel racional sigue ganando el discurso a favor de lo regional, pero en el ideológico y político seguimos estáticos y esto es responsabilidad de toda la Universidad. Hablo también de las sedes y recintos, porque muchas veces no nos creemos suficiente” enfatizó.
El filósofo concluyó que existe un cierto confort en el status quo y señaló que existe falta de compromiso general para iniciar la construcción de un modelo universitario más virtuoso y moderno, que tome en cuenta las diversas realidades de las sedes regionales y todos los aportes que pueden dar.
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