Tras el enjambre sísmico ocurrido en los alrededores del Volcán Tenorio en Guanacaste, en enero del presente año, la pregunta que los científicos se plantean es si esta actividad sísmica está relacionada con un despertar del volcán Tenorio.
Hasta la fecha, no se tienen registros históricos científicos sobre una posible actividad del Tenorio en los últimos miles de años, pero por las características del Volcán, se asume que permanece dormido.
Los vulcanólogos y sismólogos de la Red Sismológica Nacional (RSN: UCR-ICE) mantienen un registro de actividad sísmica desde el año 2002 en el edificio volcánico del Tenorio y más recientemente, en enero del presente año, se produjo un enjambre sísmico, que inició el 9 de dicho mes.
En esta ocasión, se localizaron 505 eventos de variada magnitud, donde destacan cinco sismos principales cuyas magnitudes varían entre los 4,5 y los 5,0 grados gracias a una red de estaciones sismológicas instaladas en los alrededores.
El día de mayor actividad sísmica fue el 11 de enero, donde se reportaron los tres eventos de mayor magnitud de la secuencia: 5,0 grados.
Al tratarse de un un volcán dormido, una de las preguntas es si ese movimiento sísmico responde a la presencia de magma.
El vulcanólogo de la Red Sismológica Nacional (UCR-ICE), Guillermo Alvarado Induni, señala que al menos 6 fallas tectónicas pasan por el Volcán Tenorio y debido a que es un volcán dormido, se convierte en un laboratorio de investigación, ya que en cualquier momento podría mostrar signos de un posible despertar.
Sin embargo, para determinar si estamos ante el despertar del Volcán Tenorio, según Alvarado, se requiere mas investigación, ya que hasta el momento, sólo se cuenta con algunos estudios geológicos del volcán pero es importante ahondar en estudios vulcanológicos que determinen qué características ha mostrado el volcán en los últimos miles de años. Desde el año pasado, se dio inicio con los estudios del Volcán Tenorio para tratar de responder a estas preguntas.
Durante el reciente monitoreo del volcán por parte de los vulcanólogos de la RSN, se determinó la presencia de tremor (ruido o vibración), pero eso no significa que haya movimiento de magma dentro del volcán ya que puede estar relacionado con flujos geotérmicos, puntualiza Alvarado.
Es necesario, según el especialista, continuar estudiando su comportamiento ya que, en teoría, debería mostrar una serie de signos antes de entrar en actividad, como fue, en su momento, el caso del Volcán Turrialba, pese a que cada volcán tiene su propia dinámica.
Como parte de las acciones, se cuenta con una red sismológica local de ocho estaciones alrededor del volcán y recientemente, se instalaron nueve estaciones temporales para mejorar el control del monitoreo tectónico y la evolución del enjambre sísmico.
Para los especialistas, una de las ventajas, ante una posible activación del Volcán, es que el coloso se ubica dentro de un parque nacional y las comunidades más cercanas se mantienen a una distancia relativamente prudencial, como por ejemplo, Aguacaliente, Río Naranjo, Río Chiquito y Bijagua de Upala. Sin embargo, se reconoce la importancia de prevenir eventuales cambios así como contar con planes de emergencia y de evacuación.
Durante el mes de enero, la RSN contabilizó un total de 290 sismos a lo largo del territorio nacional, de los cuales 44 fueron percibidos por la población. Dicha cantidad representa la sismicidad más alta sentida en un mes desde setiembre del 2012, cuando ocurrió el terremoto de Sámara, en la provincia de Guanacaste.
Los especialistas destacan la importancia de que las comunidades se mantengan vigilantes y reporten a través del 9-1-1 cualquier cambio, como por ejemplo, sonidos similares a retumbos o presencia de olores o gases.
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