Rod Ellis, un reconocido experto internacional en el ámbito de la pedagogía, quien estuvo en la Universidad de Costa Rica como expositor en el VI Congreso Internacional de Lenguas Modernas, recomienda el uso de tareas en la enseñanza de un segundo idioma, en contraposición a que los alumnos solo aprendan gramática.
La enseñanza de un idioma basado en tareas consiste en proveer actividades para que los estudiantes aprendan un idioma de una forma incidental, como ocurre cuando se aprende la lengua madre de las personas.
El autor de más de 30 libros relacionados con la pedagogía para enseñar un idioma, Rod Ellis, profesor de la Universidad de Auckland, en Australia, ha realizado investigación y ha trabajado en diferentes universidades en Zambia, Estados Unidos, Inglaterra, Japón y Nueva Zelanda en el campo de la adquisición de un segundo idioma.
Según expresó, en el cierre del VI Congreso Internacional de Lenguas Modernas, su interés por la investigación sobre cómo enseñar un segundo idioma nació a raíz de su propia experiencia cuando en la escuela aprendió francés y alemán, pero “era absolutamente incapaz de mantener una conversación”, lo cual considera es la experiencia de muchas personas que están aprendiendo un idioma.
También, ya cuando era profesor de idiomas en Zambia se dio cuenta de que sus alumnos no podían aprender un idioma sino contaban con un libro de texto. Por ello, consideró que era necesaria una nueva experiencia de enseñanza, que no solo incluya gramática, pues opina que no funciona.
A partir de estos y otros hallazgos el profesor Ellis se dio a la tarea de investigar sobre la posibilidad de enseñar un segundo idioma mediante actividades que los docentes propongan a sus estudiantes o que incluso los mismos aprendices diseñen.
Una tarea, para ser utilizada como forma de enseñanza de un segundo idioma debe cumplir con algunos criterios como que tenga un enfoque primordial con sentido, usar recursos lingüísticos y no lingüísticos y que tenga un resultado significativo.
En ese sentido, Ellis dice que hay varios tipos de tareas como las basadas en la vida real versus las tareas pedagógicas, también las basadas en una introducción versus las basadas en un resultado. Además, están las cerradas en contraposición de las abiertas; están las de ‘aquí y ahora’ versus las de ‘ahí y entonces’. Otros tipos son las desenfocadas y las enfocadas, así como las que genera el profesor y las que diseña el aprendiz.
La diferencia entre una tarea y un ejercicio es que en el primer caso el enfoque está en tratar de comunicarse, mientras que el segundo es una práctica de uso de una estructura gramatical.
Para Ellis, las personas aprenden su lengua nativa, escuchando y relacionándose con cosas de su entorno y así, de forma incidental, aprenden el vocabulario y la gramática. Eso es precisamente lo que se busca con la enseñanza de un segundo idioma basada en tareas, crear oportunidades para que las personas adquieran conocimiento de esa manera.
Esta forma de enseñanza tiene un enfoque en el significado, aunque también prevé la corrección de la gramática y de la expresión del vocabulario. Se busca facilitar el aprendizaje de conocimiento, mediante competencias de interacción.
De acuerdo con sus investigaciones, los estudiantes se motivan más cuando son ellos mismos quienes diseñan las tareas, sin embargo, sean los docentes o los aprendices de un segundo idioma quienes las propongan, deben evaluarse para determinar si funcionan.
Según asegura Ellis, no se trata solo de tareas, sino que a través de ellas se aprende pronunciación, gramática y vocabulario.