La muerte por electrocución de los monos Congo en Guanacaste es una realidad que va en crecimiento y para los pobladores de la región es un drama con el cual luchan día a día.
La Asociación SalveMonos, creada por empresarios de Tamarindo y Langosta, ha trabajado arduamente con el objetivo de mitigar y corregir esta realidad y para ello han buscado ayuda en diferentes instituciones, entre ellas la Universidad de Costa Rica.
Es así como Elena Echandi Herrera, bióloga y egresada del posgrado en Desarrollo Sostenible con énfasis en Conservación de los Recursos Biológicos de la Sede de Occidente, se involucró con esta causa para desarrollar su tesis de Maestría denominada “Electrocución de monos Congos (Alouatta palliata) en playa Tamarindo y Langosta, Guanacaste: una propuesta para la corrección y mitigación de estos accidentes”.
“La oportunidad se dio cuando andaba buscando tema para la tesis, entonces surgió este grupo en Tamarindo preocupado por alto índice de electrocuciones de monos Congo, ellos estaban buscando apoyo, alguien que les ayudara en la parte técnica a encontrar una solución”.
Durante la investigación se desarrolló la delimitación de un espacio de estudio, compilación de los reportes de electrocución, elaboración de mapas con el fin de identificar los puntos críticos, análisis de factores propiciadores de las electrocuciones y propuestas metodológicas para la implementación de medidas.
Dentro de los resultados del estudio se confirmó que Tamarindo es el segundo distrito costero de Guanacaste con mayor número de permisos de construcción, lo cual puede estar relacionado a la cantidad de accidentes de electrocución registrados. También se evidenció que el mono Congo es la especie más reportada por este tipo de accidentes: 20 muertes en 2011, 15 muertes en 2012, 21 muertes en 2013 y 16 muertes en 2014.
A la vez, el análisis de cada evento le permitió a la investigadora determinar la medida requerida para evitar nuevos accidentes, así como establecer otras recomendaciones de acompañamiento a largo plazo.
Las medidas para prevenir las electrocuciones se transmitieron a CoopeGuanacaste, que es la compañía que provee servicios eléctricos en la zona. Gracias a ello se implementó el uso de conos y paletas para evitar el escalamiento de animales a través de postes y cables desde el suelo; se sustituyó, corrigió y colocó nuevos pasos aéreos para conectar árboles; se llevó a cabo poda selectiva para evitar el contacto de árboles y cables peligrosos y se colocó material semi-aislado en cables y transformadores cuando hay reincidencia de accidentes en determinados puntos.
Aunado a eso se desarrollaron documentos como: el Plan de Reforestación de Áreas Municipales, Hoja de Registro de Accidentes, Protocolo para Atención de Emergencias, Propuesta de Rotulación Preventiva para los conductores, Mapa de Puntos Calientes de electrocución, y diversas presentaciones ante empresas públicas y privadas. También se estableció un vivero para la reproducción de especies útiles para la reforestación y venta de productos de la Asociación para dar a conocer la problemática.
Echandi afirma que la problemática de la electrocución es solo una, pero con varias raíces y que el plan elaborado tenía la idea de atacar cada raíz para reducir el índice de mortalidad.
No obstante, la Asociación se da a conocer cada vez más por lo que se empiezan a recibir reportes de otras zonas y el trabajo que hay por hacer apenas está empezando.
Desatacó que actualmente no se registran accidentes en los puntos corregidos, pero sí se han registrado nuevos puntos colindantes, por lo que, en muchos casos, la implementación de medidas lo que hace es trasladar el problema.
Por eso se hace necesario un seguimiento y acompañamiento constante, ya que la problemática que se presenta en zonas costeras requiere de investigación continua par poder responder a las necesidades que se van presentado todos los días.
“A pesar de que mi tesis terminó yo sigo trabajando con SalveMonos, ya se han encontrando las medidas preventivas y mitigatorias, pero es un proyecto casi permanente. En la actualidad no se puede hablar de que se ha reducido el problema, por el contrario, entre más nos damos conocer más reportes se reciben, entonces más bien puede ir aumentando” aseguró.
Explicó que la organización comunal es necesaria, ya que la Asociación es la que recibe las denuncias, se encarga de recoger monos heridos, de buscar los medios para que sean atendidos en veterinarias cercanas y centros de refugio, y de hacer los reportes a la compañía eléctrica las zonas problemáticas, “si nosotros no estamos pendientes de la poda, la colocación de puentes y el material semiaislado sería lo que ellos decidan hacer, sin la información técnica necesaria para que las medidas sean asertivas”.
Simona Daniele es una de las fundadoras de SalveMonos, ella se muestra conforme con el aporte que ha ofrecido la UCR por medio del trabajo realizado por Elena y asegura que su aporte ha sido indispensable para la sobrevivencia de la Asociación. “Ella ha jugado un rol muy importante como bióloga, como costarricense, como persona dedicada seria y comprometida. Nunca nos ha abandonado en ninguna ocasión mala o buena”.
Destacó que el trabajo realizado les ha permitido avanzar mucho el proyecto y gracias a ello se ha logrado integrar otras asociaciones con la misma metodología de SalveMonos en Playa Hermosa y Playas del Coco.
Simona asegura que el trabajo de Elena es una pequeña muestra de lo que las iniciativas comunales pueden lograr con apoyo científico. Ella hace un llamado a estudiantes y profesores de diferentes instituciones costarricenses a involucrarse en esta y otras luchas para mejorar la sostenibilidad del país.
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