Con ocho mil colones de capital, una oficina en el cuarto piso de la Biblioteca Luis Demetrio Tinoco, un plazo de existencia perpetua y una Junta Directiva compuesta por los Vicerrectores de Investigación, Docencia y Acción Social de la Universidad de Costa Rica (UCR) y por un representante del Poder Ejecutivo, otro de la Municipalidad de Montes de Oca y un Delegado Ejecutivo, el primero de marzo de 1988, el Rector de la Universidad, Fernando Durán Ayanegui firmó el acta que creó la Fundación de la Universidad de Costa Rica para la Investigación, bajo las siglas fundadoras de FUNDEVI.
Desde el momento de su creación, la Fundación tuvo el reto de promover el desarrollo de las actividades de investigación dentro de la Universidad de Costa Rica y esto tendría que hacerlo mediante el financiamiento, la promoción y la ejecución de los servicios tecnológicos y científicos realizados, principalmente, por aquellos proyectos ejecutados por investigadores e investigadoras de la Universidad. Además, se encargaría de estrechar vínculos, de crear convenios o acuerdos con instituciones públicas y privadas, tanto en Costa Rica como fuera del país. Para que llevar a cabo sus funciones tendría la potestad de realizar actividades comerciales, de investigación, brindar asesorías, consultorías, comunicación y difusión del conocimiento producido en la UCR.
La creación de esta Fundación caminó de la mano con el contexto costarricense. Pocos años antes el país había enfrentado su más profunda crisis económica y el gobierno buscaba el fortalecimiento de sus intituciones públicas, aunado a una profunda reestructuración de la legislación que podía amparar los fondos que recibía una insitución como la UCR por la venta de servicios a entes públicos y privados. Fue así como en julio de 1983, el entonces Vicerrector de Investigación, Gabriel Macaya Trejos, propuso la creación de una fundación encargada de administrar y gestionar todos los ingresos percibidos por la Universidad por conceptos de sus investigaciones y venta de servicios.
Luego de una larga gestión y de realizar modificaciones para apegarse a la Ley de Fundaciones número 5338, en 1985 tal marco jurídico permitió a la UCR crear y formar parte de fundaciones sin fines de lucro, fue creada FUNDEVI. Sin embargo, la UCR ya contaba con experiencias posteriores a esta Fundación. Dos años antes, desde 1986, la institución ya contaba con la Fundación de Cooperación Interuniversitaria del Pacífico (FUCIP), que gestionaba las donaciones y terrenos que dieron vida al Recinto Universitario de Golfito y que abonaba de manera decidida a la tarea de regionalización de la educación, emprendida por la UCR desde 1968, cuando fue creada la Sede Universitaria en San Ramón.
Fue así como la creación de FUNDEVI en 1988 inició una historia de retos y logros. Esta Fundación fue la vía mediante la cual, la UCR logró la gestión de fondos destinados a proyectos fundamentales para el desarrollo institucional, académico y nacional tales como procesos de computarización de información universitaria o el establecimiento de la primera conexión de internet de toda Centroamérica y esto se posibilitó gracias a un convenio de cooperación institucional entre FUNDEVI y la UCR que se firmó en 1991 y que es renovado y fortalecido cada cinco años.
Con el paso de los años, FUNDEVI se convirtió en la única fundación de la UCR y al finalizar su primer quinquenio de funcionamiento, ya contaba con alrededor de quinientos proyectos y su personal crecía de manera constante. La Fundación había sido cuidadosamente definida, a la luz del marco legal costarricenses y de las normativas universitarias como el ente facilitador para financiar proyectos universitarios, pero también como el mecanismo para administrar los recursos percibidos por el concepto de las investigaciones realizadas en la casa de estudios.
La experiencia administrativa y la que brindaron los mismos años, junto con el esfuerzo realizado por las Juntas Directivas y los Delegados Ejecutivos de la Fundación, permitieron la preocupación por nuevas temáticas, tales como la transparencia y la rendición de cuentas. La Fundación del siglo XXI inauguró rigurosos procesos para rendir cuentas a la comunidad universitaria de la manera en que eran ejecutados los fondos que ingresaban por la venta de servicios académicos a la sociedad costarricense y el mismo período, consolidó lazos de cooperación entre FUNDEVI y organizaciones no gubernamentales costarricenses e internacionales, bancos internacionales, ministerios y otras fundaciones pertenecientes a las universidades públicas del país.
Hasta el día de hoy, funcionan mecanismos de control interno y externo de todos los fondos administrados por la Fundación, se realizan Asambleas Ordinarias de forma periódica y Asambleas Generales una vez al año, en las que se rinden cuentas sobre todas las acciones realizadas, pero también, sobre la forma en que se proyecta el futuro de la institución. Así, fue en los albores de la presente década que los esfuerzos de la Fundación fueron reconocidos por el empresariado nacional mediante los Premios Nacionales de Excelencia y cuenta con una Certificación de Calidad (ISO 9001-2008), una norma internacional que reconoce su calidad y eficiencia en el manejo de los fondos producidos por las investigaciones que realizan investigadores e investigadoras de la UCR.
En el año 2016, fue corregido un error que acompañó a la Fundación durante casi tres décadas y finalmente, empezó a ser conocida con el acrónimo de Fundación UCR. Aunque en muchos casos, cambiar el nombre de una fundación puede tener un objetivo simbólico, esta no es una de esas oportunidades. El cambio del nombre de la Fundación expresa toda una visión institucional, sintetizada en las letras que conforman su nombre: la Fundación UCR no es solamente un ente encargado de gestionar los fondos percibidos por la investigación. Se trata de una institución preocupada por el desarrollo de la institucionalidad universitaria, preocupada por que el dinero generado por cada una de las investigaciones realizadas en la UCR, sea correctamente administrado y que sea gestionado de la mejor manera posible, siempre en fiel apego a la normativa universitaria y a la legislación costarricense. Solamente así fue sido posible que los ocho mil colones que dieron vida a la Fundación UCR en aquel mes de marzo del año 1988, se hayan convertido en la realización de miles de proyectos de investigación, en la ejecución de miles de cuentas financieras y en la contratación de más de medio millar de colaboradores, así como en la concreción de importantes investigaciones, que han sido generadoras de cambio e innovación al servicio de la UCR y de toda Costa Rica.
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