Aprender a comer adecuadamente, a prevenir enfermedades no transmisibles, a crear espacios urbanos saludables y sobre todo, a vivir mejor cada día son parte de los objetivos de 115 proyectos de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (UCR) que llegan a más de un millón de personas cada año.
Con un presupuesto que ronda los ¢80 millones, a lo que se agregan las miles de horas docentes asignadas y una gran cantidad de trabajo no remunerado, centenares de funcionarias y funcionarios universitarios lideran iniciativas que llegan a todos los cantones del país cada año.
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Al personal de la UCR comprometido con la salud de las personas habitantes del territorio nacional, se suman miles de estudiantes que aportan su tiempo y entusiasmo para articular propuestas únicas, innovadoras y solidarias.
Los proyectos inscritos en la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) relacionados con la salud llegan a todas las poblaciones. Algunos trabajan con personas adultas mayores, estudiantes de primaria y secundaria, personas con sobrepeso y obesidad, lactantes, y quienes viven con algún tipo de discapacidad, entre muchos otros segmentos.
La agricultura familiar como parte de la herencia culinaria y cultural, la atención psicológica tras desastres naturales y la promoción de los deportes y las artes como formas de regenerar espacios urbanos para la salud social son otras de las muchas opciones que se brindan desde la Acción Social en la UCR.
Para las personas adultas mayores existen gran cantidad de posibilidades, como el Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor (Piam-UCR), pionero en su tipo y uno de los más reconocidos en América Latina. Solo el año pasado, el Piam-UCR impartió 232 cursos a 2.700 personas, lo que representó el 8% del total de la población estudiantil de la Sede Rodrigo Facio.
Otras sedes y recintos también brindan posibilidades similares, como el denominado “Actividad física y recreación para la persona adulta mayor de Turrialba” (ED-2307), o el de “Movimiento y Salud”, en Grecia (ED-2750). Para habitantes de Liberia se creó el proyecto “Actividad Física para la Comunidad de adulto mayor” (EC-355), y en Quebradilla y Tobosi de Cartago el de “Promoción del envejecimiento saludable y de la solidaridad intergeneracional en las comunidades” (TC-678), entre otros.
Y para la niñez se abordan temas como el deporte, el arte, la nutrición saludable, el fortalecimiento educativo mediante acompañamiento académico y formas para erradicar la violencia en las escuelas y colegios fomentando relaciones armoniosas en esas comunidades académicas.
“La Acción Social representa la necesaria interacción de la Universidad con la Sociedad, como un vínculo democrático que se nutre del conocimiento, la experiencia, la sabiduría, la imaginación de la ciudadanía, en articulación con la ciencia, la investigación y la docencia para el bienestar nacional”, explicó la M.L. Marjorie Jiménez Castro, vicerrectora de Acción Social.
Parte del presupuesto de la VAS se destina al apoyo financiero de importantes laboratorios científicos. “Nuestro espíritu de trabajo está basado en el eje docencia-acción social-investigación. Si bien brindamos un servicio en el ámbito de salud pública ese conocimiento obtenido de nuestra realidad está a disposición de forma directa e inmediata a los futuros profesionales que estamos formando", explicó el Dr. Walter Quesada Gómez, coordinador del Laboratorio de Investigación en Bacteriología Anaerobia (LIBA).
El LIBA (ED-239) es un proyecto con tres décadas de servicio que tiene apoyo presupuestario de la VAS, y diagnostica infecciones por bacterias anaerobias mediante pruebas bioquímicas y genéticas y estudios epidemiológicos que benefician a personas, a la industria de alimentos y veterinaria.
El Dr. Quesada explicó que realizan unas 80 pruebas mensuales para el aislamiento, identificación, prueba de resistencia a los antibióticos, detección de toxinas, caracterización molecular y/o de diferentes genes. “No hay disponibilidad en el mercado nacional de la gran mayoría de pruebas especializadas que realizamos, somos el único laboratorio en el país, y prácticamente en toda Centroamérica”.
Por su parte, el Dr. Walter Rodríguez Romero, coordinador del proyecto de “Análisis hematológicos de servicio al Sistema Nacional de Salud” (ED-51), adscrito al Centro de Investigación en Hematología y Transtornos Afines (CIHATA), acotó que ese laboratorio hace más de 2000 pruebas de laboratorio sobre enfermedades que comprometen la vida.
“Nuestras pruebas requieren un diagnóstico especial. Dentro de ellas destacan enfermos con hemoglobinas anormales, talasemias, esferocitosis, botulismo, anemias hemolíticas, problemas trombóticos y de sangrado, leucemias, celiaquismo y otros”, dijo Rodríguez.
Aunque existen limitaciones presupuestarias y de personal, “la Universidad tiene la formación académica y la proyección social que permite el que muchas veces, además de dar un resultado, se pueda conversar con el paciente y sus familiares”, agregó el Dr. Rodríguez.
Tanto el Cihata, como otros centros e instituciones de investigaciones de la UCR, tienen programas de capacitación y actualización permanentes para personal que labora en centros de salud nacionales, para la atención y diagnóstico a la luz de los avances en el mundo.
“Esta no es solo una institución que siente responsabilidad por su entorno político, social y cultural, sino que además [tiene] compromiso por el cambio, y expresamente tiene entre sus objetivos lograr transformaciones generales para el bienestar general de la población, por lo que la Acción Social es una dimensión sustantiva y sustancial, por lo que no puede faltar de la manera en que la universidad se define a si misma, y es una dimensión irrenunciable”, dijo el Dr. Henning Jensen Pennington, rector de la UCR.
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