La salud y el bienestar de una persona no son posibles sin entornos sociales, económicos y medioambientales sanos (foto: archivo ODI).
La Política Nacional de Salud Mental 2012-2021, del Ministerio de Salud, establece que la salud mental debe ser comprendida como el producto de múltiples factores biológicos y psicosociales.
Es decir, la salud y el bienestar de una persona no son posibles sin entornos sociales, económicos y medioambientales sanos, y que además contemplen la cobertura de las necesidades básicas, como lo sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con Henriette Raventós Vorst, profesora e investigadora del Grupo de Neuropsiquiatría Genética del Centro de Investigación en Biología Celular (CIBCM) de la Universidad de Costa Rica (UCR), los trastornos psiquiátricos son susceptibles tanto a factores genéticos como a contextos psicosociales.
Raventós, quien también forma parte de la junta directiva de la Sociedad Internacional de Genética Psiquiátrica (ISPG, siglas en inglés), explicó que debido a la naturaleza de los trastornos y a la variabilidad del contexto de cada persona, los casos son tan heterogéneos, que resulta imposible una clasificación universal.
Desde hace varios años la UCR estudia los factores genéticos que influyen en las enfermedades mentales en el país. Existen trastornos mentales mayores, como la esquizofrenia y la bipolaridad, las cuales tienen un alto porcentaje de heredabilidad de familiares en primer grado de la persona que las padece.
La investigación del Grupo de Neuropsiquiatría Genética se ha centrado en el mapeo de genes para trastornos neuropsiquiátricos complejo. Los investigadores se han puesto como meta la identificación de genes que aumentan el riesgo de padecer trastornos afectivos y psicóticos, como los antes mencionados y la depresión mayor.
Para identificar las variantes genéticas causales de estas enfermedades, se utilizan familias con al menos tres miembros con diagnóstico confirmado, debido a que la transmisión de genes de padres a hijos aumenta la probabilidad de detectar copias de la variante genética rara.
La identificación de estos genes podría contribuir en el desarrollo de estrategias de diagnóstico y terapéuticas más actualizadas.
Aunado a los estudios genéticos, el grupo de científicos trabaja de manera paralela en investigaciones relacionadas con los factores psicosociales que pueden influir en el desarrollo de trastornos mentales.
“Empezamos a estudiar factores psicosociales para entender qué hace que una persona, a pesar de las variantes genéticas, tenga mayor protección o mayor riesgo, y eso está en los factores psicosociales, culturales y económicos. Queremos combinar los estudios e incluir esas variables, ya no como un producto paralelo, sino incluir qué hacemos sobre familia y estudios prospectivos a gran escala”, indicó Raventós.
La pobreza, la exclusión social y violencia, así como problemas relacionados con el ambiente social, educativo y laboral son algunos de los factores de riesgo social determinados a nivel mundial, que influyen en la salud mental de la población.
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