El Observatorio de la Participación Política de las Mujeres “Nosotras en la Política”, denunció la presencia de prácticas sexistas y de violencia política en el proceso electoral que experimenta el país actualmente, de cara a los comicios del próximo 4 de febrero.
La iniciativa es desarrollada por el Sistema de las Naciones Unidas en Costa Rica (ONU) y el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la Universidad de Costa Rica (UCR), con el apoyo de los Países Bajos y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Pese a que este espacio de reflexión, análisis y vigilancia cuenta con apenas tres meses de existencia, ya consolidó un primer informe que señala la discriminación y desigualdad a las que se enfrentan las mujeres en el ámbito político y que son reflejo de la realidad que acompaña su vida cotidiana.
Ana Carcedo, coordinadora del nuevo observatorio, afirmó que los partidos políticos en Costa Rica siguen sin respetar la legislación vigente que establece la paridad en la participación de hombres y mujeres en sus papeletas.
La situación descrita se evidencia al constatar que solo uno de los 13 partidos inscritos cuenta con una mujer como candidata a la presidencia, solo 9 partidos presentan mujeres como candidatas a la primera presidencia y 4 a la segunda presidencia.
Señaló además, que solo un 21,7% de mujeres fueron mencionadas para ocupar puestos ejecutivos según los debates presidenciales del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) del pasado 7 y 8 de enero.
Montserrat Sagot, Directora del CIEM, afirmó que la construcción de una sociedad democrática no solo implica la aprobación de nuevas leyes y políticas públicas, sino también, la construcción de cambios culturales y políticos más profundos que conduzcan a la eliminación de las múltiples formas de discriminación y exclusión de las mujeres.
“Nuestro país tiene un compromiso internacional con la Convención Americana sobre los Derechos Humanos: la discriminación y la violencia deben eliminarse de la sociedad costarricense con urgencia” manifestó Sagot.
El documento reúne en cinco apartados las principales demandas que estas agrupaciones plantean como urgentes para la construcción de una sociedad más equitativa y respetuosa de los derechos humanos de las mujeres, así como de la ciudadanía en general.
Según la feminista independiente Lorena Camacho, la iniciativa surge como resultado de un proceso de creación colectiva, que reconoce la necesidad de reaccionar ante los embates de las políticas de odio y de antiderechos impulsados por sectores cristianos, fundamentalistas conservadores y partidos tradicionales.
“Nuestro manifiesto asume la perspectiva de la libertad, la igualdad, la equidad y los derechos humanos de las mujeres y de todas las personas; cuestiona el modelo económico neoliberal centrado en el mercado y que acentúa las desigualdades”, enfatizó.
Sagot señaló que aunque este tipo de demandas han sido planteadas en diversos países como agendas políticas firmadas por los aspirantes presidenciales, en este caso, el manifiesto fue firmado por activistas y representantes de movimientos sociales, comprometidos con la construcción de un estado de bienestar social.
Las representantes de los diversos grupos feministas coincidieron en la necesidad de reflexionar sobre el tipo de sociedad que se quiere y de continuar sumando esfuerzos que consoliden acciones para hacer frente a los desafíos económicos, políticos y de derechos humanos.
Alice H. Shackelford, Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica, resaltó la urgencia de asegurar la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos como una condición imprescindible para alcanzar el desarrollo sostenible.
“Las mujeres debemos formar parte de todos los espacios para la toma de decisiones, y la paridad en el ámbito político es central para fortalecer la protección de los derechos humanos de las mujeres sin retroceso alguno y para no dejar a nadie atrás”, concluyó la representante internacional.