Además de exponer lo mejor de la música, una orquesta tiene el potencial de convertirse en un laboratorio para la creatividad y en un instrumento para recuperar parte de la historia. Ese es el caso de la Orquesta Higinio Ruvalcaba, que surgió hace una década en la Universidad de Guadalajara (UdG).
Gracias a esta iniciativa, los mejores 20 estudiantes de violín, violoncello, viola y contrabajo del Centro Universitario de Artes, Arquitectura y Diseño de la UdG exponen su talento profesionalmente y se preparan para dar el salto a agrupaciones de mayor trayectoria.
La Orquesta Higinio Ruvalcaba, a la vez, se ha convertido en un proyecto de educación que ha recuperado creaciones de compositores mexicanos, en especial de los oriundos del estado de Jalisco, que resultaban casi desconocidos. Gracias a la metodología de los conciertos pedagógicos, el público conoce no solo las obras sino el contexto en el que surgieron y a las personas que les dieron vida.
Para compartir las experiencias del acercamiento con la comunidad y conocer las iniciativas que en esta materia ha generado la Universidad de Costa Rica, la orquesta en pleno, sus directores y diversas autoridades de la UdG realizaron una visita a la UCR.
Gracias al auspicio de la Vicerrectoría de Acción Social y la Escuela de Artes Musicales, entre el 5 y el 8 de diciembre del 2017, se realizó una gira en la que además de conciertos se incluyó una serie de talleres con docentes y estudiantes.
En una primera fase, la Sede del Pacífico albergó las capacitaciones y sirvió de base para visitas a la Península de Nicoya y el Pacífico Central en las cuales la Orquesta trabajó con niños y niñas tanto de la Escuela de Música de Cóbano, como del Sistema Nacional de Educación Musical de Quepos.
El ruso Konstantin Zioumbilov y el ucraniano Vladimir Milchtein, co directores de la Orquesta Higinio Ruvalcaba, destacaron la preocupación que han tenido tanto la UCR como la UdG por llegar a las comunidades.
“Es muy bueno contar con la oportunidad de trabajar con comunidades tan alejadas de la capital donde estos proyectos apenas comienzan”, detalló Milchtein.
“Se ve mucho el interés en estos procesos pedagógicos. Seguir con estos trabajos es lo que permite subir el nivel musical de todo el país”, complementó Zioumbilov.
La visita cerró con un concierto en cuyo repertorio se incluyeron obras de finales del Siglo XX, otras contemporáneas y el “Allegro en Si bemol mayor”, un arreglo del propio Milchtein, a manuscritos de varios siglos de antiguedad que se encontraron en los archivos de la Catedral de Guadalajara.