El uso intuitivo y el desconocimiento de sus derechos y deberes como ciudadanos digitales son parte de las realidades que acompañan la apropiación tecnológica de los niños, niñas y adolescentes latinoamericanos, así lo revelaron los hallazgos presentados en el marco del simposio “Conectados al Sur".
El espacio, celebrado por primera vez en Centroamérica, reunió en Costa Rica a un centenar de académicos, activistas, filántropos, funcionarios gubernamentales, sociedad civil y representantes de la empresa privada; interesados en sumar esfuerzos para atender los desafíos que plantea la inclusión de la niñez y la adolescencia en el mundo digital.
Este encuentro es co-organizado por la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica, el Berkman Klein Center for Internet and Society de la Universidad de Harvard, el Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, el Faro Digital de Argentina, y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF Costa Rica).
Lorna Chacón, Directora de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica (ECCC), afirmó que se trata de una oportunidad “para mostrar que en Centroamérica podemos ser puente para conocer qué se está haciendo en el norte y en el sur del continente en materia de tecnología, enfocando el interés en las juventudes”.
Esta tercera edición de la convocatoria da lugar a la presentación de los resultados obtenidos tras la implementación de una serie de talleres experimentales realizados durante el 2017 en cinco países de la región: Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y Costa Rica.
Cada iniciativa fue puesta en marcha por un equipo local que a partir de una metodología común intentó conocer desde una perspectiva más cercana la forma en que sienten, piensan y actúan los niños, niñas y adolecentes respecto al uso y apropiación de la tecnologías.
En cada país participaron hombres y mujeres entre los 12 y 17 años, quienes implementaron ejercicios de comprensión, diálogo e incluso, experimentaron con diversos formatos multimediales para compartir sus opiniones, conocimientos y experiencias.
Según Andrea Valdivia, Directora de Investigación de la Universidad de Chile y responsable de la sistematización de los resultados, se determinó que los niños, niñas y adolescentes de la región adquieren su conocimiento sobre tecnología en espacios académicos pero también de forma intuitiva.
Lejos de existir procesos de aprendizaje estandarizados, cada país presenta realidades distintas y mientras que en Paraguay se profundiza poco desde la escuela, en Uruguay por ejemplo, hay una significativa presencia de estos temas en los procesos de formación.
Se evidenció que ninguno de los grupos cuenta con claridad en relación con conceptos como ciudadanía digital, lo que impide que realicen una verdadera apropiación de sus derechos y que al mismo tiempo, desconozcan sus responsabilidades como usuarios de los distintos servicios y plataformas.
La académica resaltó como aspecto común, el evidente interés que existe en la población analizada respecto al desarrollo de habilidades, las cuales les permitirían pasar de consumidores a generadores de contenidos y participantes más activos en el uso de la tecnología.
Valdivia afirmó que, aunque se trata de un estudio exploratorio que lejos de generalizarse aborda casos situacionales y limitadas aproximaciones a la experiencia vital de los jóvenes, evidencia grandes desafíos para los adultos que acompañan los procesos de formación de esos grupos.
El estudio de la realidad costarricense fue implementado por un grupo de estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la UCR, quienes desarrollaron 14 talleres en todas las provincias del país dirigidos a poblaciones afro descendientes, deportistas, indígenas, personas con diversidad funcional y Lesbianas, Gay, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (LGBTI).
Según Larissa Coto, docente de la UCR y coordinadora de los talleres, los espacios permitieron determinar que los niños, niñas y adolescentes costarricenses experimentan actualmente una “alfabetización invertida”, en la que aprenden de tecnología de forma intuitiva y comparten su conocimiento con sus progenitores e incluso con los docentes.
Los grupos participantes tienen clara la preocupación de sus madres y padres por el resguardo de su privacidad, así como respecto al contenido que consumen de forma digital. Sin embargo, se carece de acompañamiento, interés o vigilancia respecto al desarrollo de sus habilidades en estos temas.
Las brechas de acceso entre la población rural y urbana en cuanto al uso de aparatos tecnológicos y servicios como internet, evidencian cómo las dinámicas de mercantilización siguen limitando el pleno ejercicio de la ciudadanía digital por parte de estas poblaciones.
“A veces por la implementación de la política pública llega primero el aparato y luego la conectividad o al revés. Si realmente queremos un acceso universal y completo hay que empatar ambas situaciones y que ojalá dependa de las mismas instancias gubernamentales para que sea una implementación eficiente” explicó la docente.
Coto concluyó, que lejos de variables como el origen étnico o el género, cuando se superan las barreras del acceso económico en cuanto a adquisición de gadgets o conexión a internet, todas las poblaciones involucradas logran la misma apropiación tecnológica, una muestra de sus capacidades de autoaprendizaje.
Como en cada edición, “Conectados al Sur” apuesta por seguir ampliando una red internacional y multisectorial de investigaciones e iniciativas de trabajo, que partir de conocimiento académico, de la sociedad civil, de las empresas y de los gobiernos, impacte la generación de políticas públicas a favor de las poblaciones analizadas.
El Representante de la Oficina de UNICEF Costa Rica, Gordon Jonathan Lewis, enfatizó la importancia de que, a partir de espacios de reflexión como este, se puedan generar recomendaciones a los estados para garantizar oportunidades de desarrollo para todos los niños, niñas y adolescentes, independientemente del país donde les tocó nacer.
Según los resultados del Estado Mundial de la Infancia 2017: niños en un mundo digital, elaborado por UNICEF, alrededor del 29% de los jóvenes de todo el mundo, unos 346 millones de personas, no están conectados en línea.
Los africanos representan el 60% de los jóvenes que no están en línea, situación que experimenta solo el 4% de los que se ubican en Europa. Tales divisiones digitales reflejan las brechas económicas predominantes, lo que amplifica las ventajas de los niños de los entornos más ricos y no ofrece oportunidades a los más pobres y desfavorecidos.