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Encuesta Actualidades

Automedicarse por dolor de cabeza podría ocultar la presencia de un tumor

65% de la población lo hace por esta causa sin contemplar los riesgos
12 ene 2018Salud

De la totalidad de los encuestados, el 11% conoce a alguien que ha tenido que asistir a los servicios de emergencia por automedicarse.

Cristian Araya Badilla

La alta disponibilidad de medicamentos de venta libre en Costa Rica, junto con la posibilidad de acceso para la compra, permite que se incentive la automedicación, una práctica sin supervisión médica que puede provocar desde el empeoramiento de los síntomas hasta reacciones no deseadas e intoxicación.

Así se desprende de la investigación realizada en el marco de la Encuesta Actualidades 2017, desarrollada por los estudiantes de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR), José Pablo Durán, Andrés Flores, Marcos Scott, Manuel Fiallos y Fabián Solís. Su estudio reveló que el 81,7% de los costarricenses se automedica, es decir, más de tres millones de personas.

La principal condición que promueve su práctica es el dolor de cabeza. Del total de los encuestados, un 64,5% afirmó hacerlo por ese motivo, principalmente, porque cree identificar los síntomas que les afecta fácilmente.

Karen Kenton Paniagua, farmacéutica del Centro Nacional de Información de Medicamentos (CIMED) de la UCR, afirmó que llevar a cabo esta acción de forma continua pone en riesgo la salud, pues es capaz de ocultar otro tipo de complicaciones más severas en el organismo. Entre ellas, la presencia de un tumor, lesiones vasculares e incluso alguna infección de fondo.

“Existen varios tipos de dolores de cabeza o cefalea. A veces se presentan dolores de cabeza tensionales por estrés, de tipo migrañoso y también los llamados brotes o racimos, que se caracterizan por estar solo a un lado de la cabeza. El abuso de los medicamentos puede ocasionar un efecto rebote, es decir, un nuevo dolor de cabeza, así como enmascarar otros problemas de fondo. Hay situaciones de alarma que el paciente debe tener muy claras para que consulte a un especialista de salud lo antes posible cuando el dolor es repentino o recurrente, o bien, si hay confusión o alteraciones en el estado de conciencia”, enfatizó la Dra. Kenton.

Los fármacos más comunes para tratarlo son los analgésicos, de los cuales el más frecuente es la Acetaminofén, seguido por los Analgésicos Antiinflamatorios no Esteroideos (AINE) como el Ibuprofeno y el Diclofenaco.

Cinthia Chávez Solís, también especialista del CIMED, aclaró que “el tema con esos medicamentos es que son de venta libre, pero eso no significa que no tengan efectos adversos. Por eso, lo recomendable es que si los dolores de cabeza no se resuelven en corto tiempo se consulte con el médico, pues podría ser señal de algo más”, manifestó.

Enfermedades comunes

Después del dolor de cabeza, otros padecimientos frecuentes que inciden en la automedicación son el resfrío, el dolor de estómago, la fiebre y el dolor de garganta. Estas condiciones provocan que más del 50% de los ciudadanos tomen medicamentos sin receta médica.

Si bien un resfrío se consideraría por algunos como inofensivo, para Chávez el consumo de un antigripal tiene el potencial de originar una interacción perjudicial si el paciente lo mezcla con otros fármacos de uso diario. Los resultados pueden maximizar o anular la respuesta esperada de alguno de los medicamentos implicados.

“Los analgésicos pueden promover alteraciones a nivel gástrico como gastritis e irritación, por lo que personas con úlceras deben tener cuidado. Además, también es posible que quienes padecen de presión alta sufran alguna complicación. Por otra parte la acetaminofén, que puede encontrarse en los antigripales, no es recomendable para personas que tienen problemas en el hígado”, expresó.

Ante esto, no se deben considerar los medicamentos de venta libre como inofensivos. María José Alvarado Fernández, farmacéutica del CIMED, agregó que lo más recomendable en estas situaciones es consultar con un farmacéutico a fin de tomar medidas, ya sea modificar la dosis o ajustar un horario.

La intensidad con la que se lleva a cabo la automedicación tiende a variar. Flores indicó que casi la mitad de quienes se suministran su propio medicamento lo hace por conocimiento propio. De este número, el 53,3% de los habitantes lo realiza pocas veces, el 31,4% con una intensidad media y el 15,3% con mucha frecuencia. Según el estudio, las mujeres tienden a automedicarse con una intensidad alta, generalmente aquellas menores a los 50 años y con educación secundaria.

Antibióticos son los de mayor riesgo

Uno de los fármacos más peligrosos en la automedicación es el antibiótico. Flores señaló que su uso y mala administración acelera el proceso de resistencia entre los usuarios.

Aunque el estudio mostró que el 80,9% de aquellos que consumieron algún antibiótico lo hizo con receta médica, esta cifra correspondía a su mayoría a hombres y mujeres con edades superiores a los 50 años. En cambio el grupo entre los 18 a 29 años, que es el que más consume antibióticos, obtuvo el porcentaje más bajo de adherencia con un resultado del 44,1%. En otras palabras, más del 40% de los jóvenes posee poca asimilación al tratamiento.

En lo que respecta a los antibióticos, el 42% los consumió al menos una vez en los últimos 12 meses. El grupo más importante que los utiliza son jóvenes de educación secundaria y universitaria.

Cristian Araya Badilla

Flores manifestó que esa poca adherencia a los antibióticos podría estar relacionado al hecho de que el 63,9% de los pacientes solo continúa tomándolos si se sienten mejor. Tan solo el 31,1% respondió que no le sobran tabletas y el 15,5% dijo que nunca olvida tomarlos.

“Los antibióticos deben ser prescritos por un médico. Lo que hacen estos fármacos es combatir las infecciones bacterianas. Se usan de forma inadecuada o innecesaria, pues al exponerse la bacteria al antibiótico aquella genera resistencia, entonces ya el tratamiento antibiótico no va a funcionar. Ahora hay muchas bacterias que por este motivo son difíciles de atacar, porque se nos van agotando las opciones de tratamiento”, explicó Chavez.

Por otro lado, la valoración también arrojó que el lugar donde más se consiguen antibióticos es en los servicios de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). Los principales usuarios son de nivel socioeconómico medio y alto.

Chávez concluyó que lo principal aquí es que los pacientes siempre finalicen el tratamiento y no lo compartan con otra persona. Además, que hagan la consulta correspondiente, ya sea al médico o al farmacéutico, para que verdaderamente los medicamentos les generen un beneficio y no un problema adicional.

Recuerde que si tiene alguna duda sobre sus medicamentos puede contactar con al CIMED a los teléfonos 2511 8313, 2511 8311, 2511 8727 o 2511 8328 o al correo cimed.hffqinifar  @ucrpxyq.ac.cr.

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Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Divulgación e Información
jenniffer.jiusszmenezcordoba  @ucrrsfl.ac.cr