El arroz y los frijoles que los costarricenses cocinan para preparar un buen gallo pinto deben ser de calidad. Por eso, el Centro de Investigación en Granos y Semillas (Cigras) de la UCR se encarga de verificar la calidad de los granos que se comercializan en Costa Rica, para asegurar que cumplan con los estándares que se ofrecen a los consumidores.
En el Laboratorio de Granos del Cigras, ubicado en la Sede Rodrigo Facio, los expertos se encargan de verificar, a solicitud de empresas y productores, que los principales granos de consumo en Costa Rica, el arroz, los frijoles y el maíz, tengan propiedades físicas y culinarias adecuadas antes de llegar a los hogares costarricenses.
Estos análisis son vitales para las compañías que se dedican a la compra o venta de semillas, ya que así pueden dar fe de la calidad del producto que venden. Además, los informes que emite el laboratorio les permite resolver disputas a nivel comercial cuando existen lotes que vienen con algún daño, lo cual puede significar una gran pérdida económica para el productor o el comprador.
En el Laboratorio de Micotoxinas se realizan otro tipo de pruebas que permiten detectar compuestos que podrían afectar la salud humana, las llamadas micotoxinas. Estas han sido reportadas como sustancias cancerígenas y son producidas por hongos que crecen en los granos como el arroz, el maíz, los frijoles, el trigo y el maní.
Allí se reciben las muestras, que envía el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), de los cargamentos de granos que ingresan por los puertos y las fronteras costarricenses. En caso de que se determinen niveles de contaminación por encima de la norma, el SFE informa al Ministerio de Salud para tomar las medidas del caso y así proteger la salud de los consumidores. También, algunas empresas costarricenses que desean garantizar la calidad de su producto solicitan al Cigras este tipo de análisis.
El consumo de granos contaminados con micotoxinas ha sido relacionado con diferentes tipos de cáncer y directamente con el cáncer de hígado. Por eso, los científicos del Cigras además están desarrollando un diagnóstico a nivel nacional que permita brindar a las autoridades del sector agroalimentario información confiable sobre estas toxinas con el objetivo de proteger la salud de la población.
Los expertos del Cigras también están detrás de las semillas certificadas de alta calidad que utilizan los agricultores costarricenses. Su papel en determinar la sanidad y el vigor del grano es esencial para los productores pues este es el primer paso para definir si un cultivo o una actividad agronómica será productiva y rentable.
En el Laboratorio de Semillas del Cigras, que es el laboratorio oficial de análisis de calidad de semillas para todo el país, verifican que los granos puedan germinar adecuadamente, mediante análisis físicos y fisiológicos. Además, allí se realiza investigación sobre fisiología, almacenamiento y procesamiento de semillas de hortalizas, forestales tropicales, pastos y cereales.
Del 6 de junio de 2017 al 6 de junio de 2018, ingresaron 1 635 muestras, lo cual equivale a 2 690 ensayos. Dentro de lo analizado se encuentra el arroz, el frijol, las hortalizas, forrajes, forestales y café, entre otros.
Más allá de garantizar la calidad de los granos y las semillas, el Cigras también busca contribuir a la mejora genética de plantas de relevancia agronómica para Costa Rica como las ornamentales, el banano, la soya y el arroz, con el fin de brindar a los productores materiales superiores.
Este centro, además, colaboró en la elaboración de la Política Nacional de Semillas de Costa Rica que busca potenciar las capacidades que tiene el país de ofrecer y utilizar semillas de calidad. Esta política incluye a los sectores involucrados en la producción de nuevas variedades, conservación de germoplasma, producción de semillas, comercialización, entre otros, tanto públicos como privados.
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