El ciclo de actividades de la Cátedra Emma Gamboa de la Facultad de Educación inició el pasado 20 de junio con el Conversatorio: Los aportes de las Neurociencias a la Educación, coordinado por la Escuela de Orientación y Educación Especial, en el cual se analizó el aporte de las Neurociencias en los actuales procesos de educación.
Al tratarse del vínculo entre las neurociencias y la educación, la profesora Melania Monge Rodríguez destacó que los docentes deben adaptarse a la diversidad que se presenta en las aulas como una forma de promover procesos neurobiológicos.
Asimismo, insistió en la importancia de que los y las docentes conozcan el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso, pues se relaciona con los procesos de aprendizaje. Por ejemplo, conocer cómo trabajan neurotransmisores como la serotonina y su influencia en el sueño, la percepción, el dolor, la calma y el bienestar de las personas.
Por su parte la profesora Maribel Morales Rodríguez desarrolló el tema de los aportes de las Neurociencias a la formación de formadores y el papel de las emociones en el aprendizaje; entender cómo, dónde y cuándo aprendemos.
La docente detalló cómo la neurociencia ayuda a entender el cerebro humano y la forma en que este modifica o genera nuevas redes neuronales que llevan a una reorganización de las estructuras a lo largo de toda la vida. Esto es visto desde la pedagogía como el aprendizaje de las personas por la interacción con otras personas o mediante su interacción con el entorno.
Esas interacciones sociales remiten a la plasticidad cerebral; el rol de las emociones en la cognición; la relación entre la genética-ambiente y la vinculación entre lo emocional, lo social y lo cognitivo.
Como acciones beneficiosas para los procesos de aprendizaje la docente sugirió abrir espacios para promover la meta cognición y los procesos de autoevaluación constante, reconstruir las tareas y trabajos, emplear con mayor frecuencia estrategias de análisis y síntesis y, finalmente, actividades que faciliten el desarrollo de la flexibilidad cognitiva.
El conversatorio cerró con la profesora Viviana Carazo Vargas, quien destacó cómo el ser humano puede mejorar sus procesos cognitivos a partir del conocimiento que nos brinda la neurociencia; la actividad física y los efectos positivos que esta tiene sobre la estructura y la función del sistema nervioso.
Todo ello incide en los sistemas atencionales y en el control inhibitorio de impulsos y en la formación de nuevas memorias y recuperación de información. Según mostró en su exposición, lamentablemente el beneficio de la actividad física no ha calado con suficiente peso en el sistema educativo, que no hace una apuesta fuerte por esta área.
“La presencia de otros facilita la emisión de respuestas aprendidas, por tanto el grupo social y el contexto intervienen favorable o desfavorablemente en el aprendizaje” señaló Carazo.
Un tema de particular mención fue la enseñanza de escritura “manual” por un lado, y por otro lado mediante dispositivos tecnológicos. Para explicarlo en los contextos educativos, tanto la escritura manual, como la escritura con dispositivos tecnológicos, deben ser aprovechadas de forma equilibrada, pues potencian diferentes habilidades, destacó la docente.
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