Bajo el coloso volcán Turrialba, en la Sede del Atlántico y frente a una nutrida y diversa comunidad universitaria, el Rector Dr. Henning Jensen Pennington presentó los principales logros y retos de la Universidad de Costa Rica (UCR) del año pasado, haciendo defensa del presupuesto que se le asigna y de los proyectos hacia los cuales ha estado orientado.
En su Informe Anual 2016-2017, que por primera vez se presenta en una sede regional, el Rector resaltó la labor de la UCR en poner a disposición su diversidad de recursos y capacidades en función del interés público, puesto que “gracias a su autonomía, la Universidad está estructuralmente vinculada con la sociedad”.
Crítico ante las ideologías y actores sociales que malinterpretan la multidimensionalidad del quehacer de la universidad pública, Jensen rescató la labor esencial de la educación superior pública en la sociedad, frente a la presión por imponer a las universidades la lógica del mercado.
“Hemos visto recrudecer el ataque de ciertos sectores hacia las instituciones públicas, entre ellas muy especialmente las universidades. Esas voces se oponen a su autonomía, niegan la reivindicación de su situación especial dentro del sistema político, y proponen someter la distribución de los fondos públicos para la educación superior al principio de la competencia. Ante este proceso de mercantilización de la educación, repetimos la contundente afirmación que la educación pública es un bien social superior a atesorar, una inversión necesaria y altamente rentable para cualquier sociedad”, afirmó el Rector.
En sus palabras, una universidad ejerce el privilegio y la responsabilidad de influir sobre las personas que darán forma a la realidad local y nacional, puesto que forma y congrega a personas que decidirán el rumbo de muchas instituciones, producirán legislación e incluso que influirán en la opinión pública.
Por ello, Jensen defendió el actuar de la Universidad de Costa Rica al destinar presupuesto y esfuerzos en procesos de regionalización, de crecimiento en infraestructura y de vínculo con instituciones nacionales e internacionales.
Para recibir al Rector y a los participantes, el Recinto de Turrialba de la Sede del Atlántico se esmeró en acondicionar las nuevas instalaciones de su biblioteca y de su espacio recreativo, en donde se realizó la feria Sá ñá tapáwá sá ju ska (traducido de la lengua cabécar, Fiesta en nuestra casa). En ella hubo presentaciones de proyectos de acción social e investigación, artesanías de la región de Paraíso, Turrialba y Guápiles, productos agrícolas y de grupos de la Etapa Básica de Música, entre otros.
En la presentación de su informe, el Dr. Jensen rescató el proceso de regionalización de la Universidad como una de las estrategias clave para aumentar la equidad en el marco de esta misión institucional. Debido a ello, mencionó que en los últimos años se han orientado esfuerzos hacia la promoción de carreras propias, infraestructura, equipamiento y aumento de presupuesto.
“Las sedes regionales poseen un enorme potencial para extender y diversificar el quehacer académico de la Universidad de Costa Rica, con identidad y características particulares. Para democratizar la sociedad costarricense, debemos empezar por nuestra propia institución”, aclaró.
En esta línea, resaltó que más de la mitad de las 17 carreras abiertas en los últimos años se crearon en sedes regionales, y fueron diseñadas principalmente con componentes innovadores y un enfoque transdisciplinar.
El Rector rescató también los esfuerzos de la Universidad por impulsar un modelo de sociedad más equitativo dentro del campus, basado en una cultura de paz. Por ello, resaltó la resolución en la que se reconoce el derecho de toda persona transgénero a expresar la identidad de género con la que se autopercibe, como una acción contundente a favor de los derechos humanos.
En el ámbito de los desafíos y vulnerabilidades de la institución, Jensen reconoció que, a raíz de los recientes ataques contra mujeres en el campus Rodrigo Facio por hombres ajenos a la Universidad, quedaron expuestas varias deficiencias en seguridad. “Esto obligó a incrementar con carácter urgente diversas medidas y mejoras, con el fin de proteger eficazmente a la comunidad universitaria. Pero con firmeza apelo a no ceder ante los espejismos del populismo punitivo que no se cansa de exigir una ‘mano dura’; nuestra elección siembre debe orientarse hacia los derechos humanos”, afirmó.
Jensen acotó que el próximo año América Latina conmemorará los 100 años de la Reforma Universitaria de Córdoba, movimiento que dio origen al modelo universitario regional -en el que se circunscribe la UCR- y que pugna por la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y la acción social.
En este sentido, rescató la capacidad de la institución de implicarse en coyunturas críticas, gracias a la diversidad de recursos y capacidades de que dispone. Tal es el caso del paso del huracán Otto, por el cual toda la institución se puso al servicio de la atención de la emergencia, y se movilizaron recursos para la atención de necesidades de estudiantes de la zona.
También mencionó la destacada participación del Semanario UNIVERSIDAD en la investigación global impulsada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, y que culminó con la publicación de los “papeles de Panamá”.
“Con orgullo reconocemos en todo este quehacer periodístico un ejercicio ejemplar de la libertad de cátedra y de expresión, así como de autonomía editorial. Sabíamos de antemano que esta publicación provocaría turbulencias políticas nunca antes vividas en la institución, pero la libertad de expresión, en nuestra Universidad, no está sometida a negociaciones oportunistas”, puntualizó el Rector.
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