La obra de Daniel Barroca es ejemplo de cómo una sola imagen puede ser suficiente para narrar una vida completa, para comprender la historia de un país y sobre todo para poner a la gente a pensar.
Recurriendo esencialmente al blanco y negro, este artista logra, en la simpleza de una fotografía o un par de trazos, encerrar las interrogantes más profundas a las que no les va a garantizar una respuesta. A eso es lo que llama “el rol socialmente peligroso del arte”.
Precedido por exposiciones en Europa y Estados Unidos, Barroca llega ahora a la Universidad de Costa Rica como Artista Residente del Instituto de Investigaciones en Arte (IIArte) con una agenda que incluye investigación, lecciones y muestra de sus creaciones.
Aunque la formación artística de Barroca ha pasado incluso por las academias más reconocidas de Amsterdam y Beirut, el peso de su Portugal natal es innegable en su obra.
Fue en la Escuela Superior de Artes y Diseño de Caldas da Rainha donde se formó como artista plástico y es la historia de su país, especialmente en su pasado colonial, en donde ha encontrado una de sus inspiraciones principales.
Ya sea con fotografía, dibujo o con sus incursiones en el campo audiovisual, Barroca desarrolla una tarea creativa en la que invita a una reflexión sobre temas individuales y colectivos, sobre el presente y sobre la construcción y la deconstrucción del ser humano.
Como artista, plantea que su tarea es casi existencialista. Conceptualiza al arte como una manera de hacer preguntas, paralela a la filosofía y como una forma de pensamiento surgida, en esencia, para causar problemas a los sujetos.
Según su manera de trabajar, muchas de las interrogantes deben surgir durante la creación de la obra, pues si las cosas se piensan mucho se responden previamente y no tiene sentido emprender así los proyectos.
Reconoce también que muchas veces los artistas huyen a las etiquetas y a categorizar su obra por el simple deseo de diferenciarse.
Una de las observaciones principales que Daniel Barroca le hace el arte es la amenaza comercial que siempre le acompaña.
Se lamenta de cómo muchas veces el idealismo del artista se transforma en un objeto que va a servir para algún tipo de especulación financiera o de decoración.
“El mercado del arte es una forma muy sofisticada de capitalismo”, indicó.
Según su lectura, esa industria surgida alrededor del arte se ha encargado de homogeneizar la distribución al punto en que ahora cuesta distinguir entre toda la diversidad de las propuestas.
“El artista siempre tiene que estarse reinventando porque el arte siempre está siendo colonizada por otro tipo de fuerzas”, planteó como única solución al problema.
La estancia de Barroca en la Universidad de Costa Rica se extenderá por dos meses, en los cuales además del intercambio académico, realizará un trabajo de primera mano con estudiantes de diversas carreras. Arquitectura, pintura, filosofía y psicología son algunas de las áreas en las que el portugués estará participando.
A manera de despedida, a partir del 6 de julio estará disponible su muestra “The Brain loves the brain” en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.
Para conocer la labor audiovisual de Barroca puede ingresar en este link.
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