Desde el inicio del periodismo, la credibilidad de los medios de comunicación se ha visto amenazada por el fenómeno de las noticias falsas. En la actualidad las herramientas como las redes sociales e Internet agilizan el acceso a la información. La facilidad para crear contenido, compartirlo y acceder a este mediante distintas aplicaciones, como Facebook y Twitter, ha desencadenado el surgimiento de diversas fuentes de noticias y mayor consumo de las mismas a través de este tipo de plataformas.
Según datos obtenidos por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), durante el 2016 las redes sociales fueron la fuente de información más utilizada, después de la televisión, con un aumento de 25 puntos porcentuales en comparación con los datos adquiridos en el 2013.
“En redes sociales quienes hacen las recomendaciones usualmente son amigos y eso cambia la ecuación, porque aunque desconfiamos de los medios, el hecho de que lo sugiera un amigo cambia la percepción de las cosas”, explicó Ignacio Siles González, comunicador especializado en medios y tecnologías. “De alguna forma eso le da validez a la noticia”, opinó.
Adicionalmente, el comunicador recalcó la presencia de líderes de opinión, que son personas con una influencia en ciertos grupos, en los cuales poseen una voz que sobresale de las demás. Estos líderes de opinión tienen cercanía a los medios de comunicación y su condición permite que sus seguidores les otorguen credibilidad, por lo que no se cuestiona de donde se obtiene la información.
Pero, ¿por qué circulan las noticias falsas? Las razones son muchas, desde políticas hasta por intereses económicos. Pero algo sí es seguro, y es que los medios de comunicación se han aprovechado del terreno que las redes sociales y el fenómeno de la viralidad para circular informaciones falsas.
De acuerdo con Margarita Salas Guzmán, comunicadora y psicóloga, el advenimiento de las tecnologías de información y comunicación permite que exista una mayor pluralidad de voces; es decir, “es más factible para la gente tener un micrófono desde donde hablar”. Sin embargo, también circula una gran cantidad de información sin rigurosidad periodística, que no cuenta con fuentes confiables y además es información de la cual las personas -emisores y consumidores- no se hacen responsables.
Por ello, el desdibujamiento del origen de las fuentes y las informaciones que los usuarios de las redes sociales consumen a diario es cada vez mayor. Sumado a eso, muchos internautas se han acostumbrado a leer únicamente el titular de una noticia y emitir criterio a partir de este, lo que es aprovechado por los medios de comunicación para generar ingresos publicitarios a través de los clickbaits.
El clickbait se entiende como un “anzuelo de clicks”, lo que hace referencia a aquellos contenidos que buscan generar mayores ingresos publicitarios, para lo cual se utilizan de manera común títulos sensacionalistas o que provocan curiosidad, aunque se comprometa la veracidad de la información, con el fin de que los consumidores entren a la noticia o bien la compartan a través de redes sociales y así se cree viralidad del contenido.
“La gente ya no revisa, lee el titular y la bajada y ya se hacen a la idea. En esta era la prensa usa mucho lo que llamamos el clickbait; es decir, yo lo que quiero es que le de click a la noticia y pongo un titular tan sensacionalista que no importa, en el cuerpo pongo más información para salvaguardarme de cualquier denuncia”, explicó Salas.
“Surge, además, la interrogante de que si al acceder a la información a través de Facebook, donde generalmente no se presenta el contenido completo de las notas, los usuarios acostumbran leer la información completa o solamente leen los titulares y los cintillos que acompaña a las fotografías”, plantea Aaron Mena Araya, investigador y comunicador, en el capítulo sobre Tecnologías de la Información y Comunicación y medios de comunicación del décimo informe Hacia una Sociedad de la Información y el Conocimiento del Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) de la UCR.
Muchos de los encuestados para la investigación de Mena no lograron nombrar una parte importante de los medios que dicen utilizar, sino hasta que estos les son leídos en una lista. “De esta relación también se puede inferir que un sector amplio de la audiencia consume contenidos informativos sin lograr identificar el medio que se los proporciona, lo cual plantea interrogantes sobre el nivel de alfabetización mediática con el que la ciudadanía costarricense se acerca a las noticias en línea, y sobre la vulnerabilidad del ejercicio profesional del periodismo en un ecosistema mediático dominado por los contenidos digitales, y en donde las audiencias tienen dificultades para discernir las fuentes de información que utilizan”, plantea en el informe.
Consecuencias directas
Las consecuencias de las noticias falsas o inexactas no se limitan únicamente a la desinformación, sino que muchas veces puede afectar de manera directa en la salud y vida de las personas, así como en el espacio político.
Un escenario ideal para la producción de estas noticias son las campañas electorales, en las cuales la saturación de información se convierte en un factor que colabora con la creación de imaginarios colectivos falsos acerca de un tema.
“Hay un factor que pesa todavía más que las redes sociales en el rol que han ocupado las noticias falsas en procesos políticos o en elecciones políticas, como la del año pasado en Estados Unidos”, señaló Siles.
La contienda electoral entre Hillary Clinton y Donald Trump resultó ser materia prima para la maquinación de información inexacta. Individuos y medios de comunicación con inclinaciones políticas determinadas se apoyaron en este tipo de imprecisiones para deslegitimar al candidato del partido contrario. Una supuesta red de explotación de menores con su base de operaciones en el sótano de una pizzería en Washington vinculada a Clinton y una masacre en Bowling Green que nunca ocurrió pero que motivó la prohibición del ingreso de ciudadanos a Estados Unidos de siete países musulmanes fueron algunos de los casos más comentados durante ese período.
“En el caso de Estados Unidos se han justificado invasiones militares unilaterales diciendo que la otra persona tenía armas nucleares para evidenciarse después que esto no era cierto, lo que tiene consecuencias muy reales en las vidas de las personas”, ejemplificó Salas.
Para Salas, el mayor peligro de las noticias falsas o engañosas recae en el imaginario colectivo, al dar por sentado como verdad toda información que como usuarios topamos en las redes sociales. “Lo que sucede con las noticias falsas es que las personas las consumen, las creen y en adelante manejan al mundo como si fuera así”, dijo.
“Nuestra visión de mundo está basada en lo que vemos en la prensa y en los medios, así está configurada, por ejemplo, ¿por qué hay una generación que considera que Figueres es un ladrón?, porque ha leído sobre ello noventa mil veces en diferentes medios y no necesita haber estado en el período electoral en el cual fue presidente para leer una serie de noticias”, explicó.
Contrastar información
La tecnología puede ser una herramienta de doble filo, así como facilita la divulgación de noticias falsas, también ayuda a combatirlas mediante herramientas como Fake News Monitor, que ayuda a descifrar la veracidad de noticias, o Facebook, que está dando sus primeros pasos con la verificación de noticias. Inclusive, se puede recurrir a corroborar la base de datos de las fotografías que son utilizadas en estas notas, ya que quizás especifique algunos detalles importantes. Por ese motivo también se promueve el uso de este tipo de aplicaciones que ayuda a disminuir el factor de incertidumbre ante la información compartida.
Durante un foro realizado por el Colegio de Periodistas de Costa Rica (Colper) a inicios de este año acerca de las noticias falsas en los medios digitales, la periodista Any Pérez recomendó revisar varios aspectos al leer una noticia divulgada en redes sociales. En primer lugar, revisar el nombre de la página que la compartió: ¿Es conocida? ¿Es confiable? ¿Quién es el director de este medio de comunicación? De ser una fuente confiable, debe facilitar la información de contacto como el correo electrónico o el número de teléfono.
Los mismos periodistas deben velar por la prevención de la divulgación de las noticias falsas, como analizó la periodista Kattia Bermúdez, del periódico La Nación, durante el foro. La información debe ser corroborada antes de publicada. Si se comete un error, Bermúdez recomienda hacérselo saber a los lectores mediante aclaraciones. En la mesa redonda se promovió la idea de la reafirmación de los datos y su verificación en otros medios periodísticos confiables, en vez de quedarse con una sola versión de la historia.
Siles, por su parte, comentó que ya “sea un medio tradicional o sea un nuevo actor en la escena de los medios informativos que uno lee, es necesario formarse una buena idea de los intereses ideológicos, de las perspectivas, de los enfoques y de los intereses económicos que tiene cada medio que leemos”.
“Nuestro sistema educativo tiene que hacer un cambio radical en el cual una de las competencias centrales que se les enseñen a las personas sea a contrastar fuentes, a dudar, a poner en tela de juicio las cosas", concluyó Salas.
Este artículo pertenece al suplemento de Ciencia y Tecnología C+T, de la Oficina de Divulgación e Información de la Universidad de Costa Rica
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